Dolor en el talón: causas

En muchas ocasiones, el uso de un calzado con mal soporte o con poca amortiguación son los responsables de la aparición del dolor en el talón. Los pies soportan, día a día, el peso de todo el cuerpo y debido a que al caminar o correr se ejerce en estos una gran presión y fuerza, si no disponemos de un calzado que minimice el impacto contra el suelo, es normal que empiecen a aparecer dolencias en el área del talón. La elección de un calzado que proporcione un buen soporte y una amortiguación adecuada, no solo es importante para prevenir el padecimiento de este tipo de dolores, sino que también es clave para evitar la aparición de futuros problemas en las rodillas y/o la espalda.

Así, es fundamental elegir bien el calzado en cada circunstancia, teniendo en cuenta factores como la forma del pie, el tipo de pisada, la época del año, los materiales en los que se ha fabricado y si se padecen de problemas o afecciones en los pies, como juanetes, callosidades, espolón, etc.

Son muchos los deportistas que salen a correr sobre superficies duras, como el asfalto o pavimentos de hormigón, y esto sin duda tiene efectos perjudiciales para la salud de los pies, pero también para las rodillas, la cadera y la espalda. Cuando los pies golpean de forma repetida superficies como estas, el suelo no absorbe el choque y la vibración que se produce se refleja a través de los pies a una gran intensidad, por lo que se aumentan considerablemente las posibilidades de padecer futuras lesiones.

Se recomienda elegir superficies más blandas, como la hierba natural, para reducir las cargas a nivel plantar y usar un calzado deportivo adecuado, con buena amortiguación y adaptado al peso de cada paciente.

La bursitis se define como la inflamación de la bursa, que es una especie de saco lleno de líquido que recubre las articulaciones y permite la movilidad de tendones y músculos cuando la articulación en cuestión se mueve. Puede aparecer como consecuencia de los dos factores mencionados anteriormente o estar relacionada con problemas estructurales del pie, y es posible que el paciente experimente dolores en el talón con más incidencia al caminar, correr, saltar o tocar el área afectada, además de enrojecimiento y calentor en la zona posterior del talón.

En este caso, será necesario evitar realizar aquellas actividades que causen dolor y reducir la inflamación mediante la aplicación local de frío o la toma de algún medicamento antiinflamatorio. También es posible que se requiera de fisioterapia para mejorar la bursitis y evitar que sea una condición recurrente. Si los dolores son persistentes, es imprescindible acudir al médico.

La fascitis plantar es la inflamación o hinchazón de la denominada fascia plantar, la cual es una banda de tejido fibroso que va desde el talón hasta la zona anterior del pie (los dedos). Normalmente, ocurre cuando esta banda gruesa se estira o se sobrecarga demasiado, por lo que es una condición muy frecuente en deportistas o corredores. Ocasiona dolores intensos y rigidez en la parte inferior del talón, lo cual puede extenderse por todo el arco plantar y ser más acentuado por la mañana al levantarse, después de estar en reposo, al subir escaleras o tras la realización de actividad física. Otros síntomas comunes son hipersensibilidad, inflamación, sensación de ardor y enrojecimiento.

Ante su padecimiento, se deberá acudir al médico para iniciar el tratamiento adecuado, pues puede ser necesario el uso de férulas nocturnas, la administración de medicamentos antiinflamatorios, la realización de ejercicios de estiramiento del talón y el pie, entre otras medidas.

Otra de las posibles causas del dolor en el talón es el espolón calcáneo, que es una pequeña formación ósea que aparece en la parte inferior del talón, en la gran mayoría de casos, como consecuencia a la hinchazón de la fascia plantar. Los principales factores que pueden desencadenar en su formación son la realización de actividades físicas de alto impacto, caminar largas distancias o permanecer de pie durante mucho tiempo, el uso de un calzado inadecuado, el sobrepeso y tener pie plano. Se manifiesta a través de un dolor punzante en el talón, que varía en intensidad y es posible que la zona se enrojezca y se inflame debido a la presión que ejercen los zapatos en la formación ósea.

Es esencial acudir al podólogo o médico para recibir el mejor tratamiento; normalmente, se suele recetar la aplicación de pomadas con un efecto analgésico, anestésico y antiinflamatorio para reducir los dolores, el uso de plantillas ortopédicas y férulas nocturnas, la terapia con ultrasonido, la realización de ejercicios y el uso de un calzado adecuado.

La inflamación del tendón de Aquiles, llamada tendinitis aquílea, ocurre normalmente por una sobrecarga del pie continua y es muy frecuente en atletas y deportistas. Sin embargo, también puede deberse al uso de zapatos cuya parte elevada se incruste en el talón o a determinadas afecciones inflamatorias como la gota, la artritis, etc. Sus síntomas abarcan dolor en el talón y en el tendón de Aquiles al caminar, correr o al tocarlo, hinchazón y calentor.

El dolor no puede desaparecer hasta pasados unos 2 o 3 meses, y será necesario realizar cambios en la actividad física habitual y en el uso del calzado, además de tomar algún antiinflamatorio para disminuir los dolores. Cuando los tratamientos no solventan el problema, puede requerirse una terapia con ondas de choque o la cirugía.

Entre las causas del dolor en el talón, se encuentra también el atrapamiento del nervio plantar lateral. Esto hace referencia a la compresión de un pequeño nervio del pie que puede acabar causando dolor debajo del talón, entumecimiento y sensación de hormigueo. Habitualmente, el nervio queda atrapado debido al padecimiento de un esquince en la zona, una fractura o una variz inflamada próxima al talón.

• Artritis reumatoide y otros tipos de artritis como la gota.
• Deformidad de Haglund: agrandamiento del hueso en la parte posterior del talón debido al uso excesivo de tacones altos.
• Contusiones óseas: inflamación de aquellos tejidos que recubren el hueso del talón debida principalmente a golpes o traumatismos.
• Callosidades.
• Heridas abiertas.

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