Infección por Helicobacter pylori: síntomas y tratamientos

En la mayoría de los casos de pacientes infectados por esta bacteria, no existen síntomas visibles que puedan alertar de la presencia de la misma, por lo que no siempre implica un problema. Esto se debe a que existen brotes de la infección más graves y otros que implican consecuencias leves o incluso indolentes. De hecho, cuando los pacientes detectan síntomas se debe a otras dolencias que ocasionan los mismos, como úlceras pépticas o gastritis. Los síntomas que se detectan en estos casos suelen ser:

• Sensación de acidez en el estómago.
• Hinchazón abdominal.
• Dolor abdominal que puede irradiarse a otras zonas, como la espalda.
• Irritación en el estómago.
• Sensación de tener el estómago lleno tras ingerir una cantidad baja de comida.

En el caso de padecer una úlcera, es común que los síntomas vayan acompañados junto con otros como heces oscuras y anemia.

La transmisión de la bacteria puede darse por el contacto de una persona contaminada con otra sana, a través de restos de heces o vómitos. Asimismo, muchos de los contagios se producen cuando la persona sana ingiere alimentos a agua que tienen la bacteria, como por ejemplo ríos o pozos contaminados, o aquellos alimentos que han sido lavados o procesados con aguas infectadas. La bacteria del Helicobacter pylori se caracteriza por su resistencia a los ácidos gástricos del estómago y puede causas diversas enfermedades:

• Úlcera de duodeno.
• Úlcera de estómago.
• Cáncer de estómago.
• Linfoma de estómago.
• Gastritis.
• Cáncer de estómago.
• Linfoma de estómago.

Existen múltiples formas de diagnóstico de la presencia de la bacteria Helicobacter pylori, entre los cuales encontramos:

• Ureasa. Es uno de los métodos más sencillos y rápidos para diagnosticar la infección. Su empleo es más común para diagnosticar la Helicobacter pylori, pero no para verificar su desaparición tras el tratamiento. Consiste en juntar una muestra de mucosa junto con otra sustancia, la cual cambia de color cuando el resultado es positivo.
• Prueba de aliento. Esta prueba también es sencilla y rápida de ejecutar, mediante la cual el paciente ingiere una sustancia llamada urea, que experimenta una serie de cambios cuando entra en contacto con la bacteria, lo que permite detectarla a través del aire.
• Serología. Tiene el objetivo de detectar anticuerpos que combaten antígenos del micoorganismo.
• Antígeno de H.pylori. Se trata del análisis de una muestra de heces para determinar si existen antígenos de la bacteria en el sistema gastrointestinal. Los antígenos son sustancias que empujan al sistema inmunológico a combatir la infección.
• Cultivo. Es un procedimiento de alto coste que no suele aplicarse en la mayoría de ocasiones. Sirve para determinar la sensibilidad del microorganismo frente a los distintos antimicrobianos.
• Histología. Consiste en la observación de microorganismos para determinar la presencia de la bacteria y su cantidad, además de determinar los daños que han podido producirse en el estómago.

El principal tratamiento que se suele llevarse a cabo para combatir la infección por Helicobacter pylori es la administración de fármacos como los inhibidores de la bomba de protones (IBP), los cuales actúan contra las úlceras, junto con amoxicilina y claritromicina para combatir la bacteria. Sin embargo, parece ser que este tratamiento se aplica cada vez menos al cuestionarse su eficacia debido al aumento de la resistencia de la bacteria H.pylori. Por lo tanto, se han planteado terapias alternativas:

• Terapia cuádruple clásica. Es uno de los que se han obtenido mejores resultados, aunque su complejidad de administración supone una desventaja. El tratamiento está formado por bismuto, un químico que permite reducir el uso de antibióticos, junto a otros fármacos que ayudan a combatir la infección.
• Terapia secuencial. Se ejecuta una fase inicial durante cinco días administrando IBP y amoxicilina y, posteriormente con la administración de IBP, claritromicina y metronizadol. La claritromicina tiene la función de combatir determinadas bacterias, mientras que el metronizadol actúa como antibiótico y antiparasitario.
• Terapia concominante. Este tratamiento ha ganado popularidad para tratar la infección por Helicobacter pylori por lograr resultados óptimos en la mitad de tiempo que el tratamiento secuencial.

La duración del tratamiento varía entre 7 y 14 días. Se ha demostrado que una terapia más larga resulta más eficaz.

Este artículo es meramente informativo, en ONsalus.com no tenemos facultad para recetar tratamientos médicos ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a acudir a un médico en el caso de presentar cualquier tipo de condición o malestar.

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