Otitis: síntomas, causas y tratamiento

Los síntomas que acompañan a la otitis pueden variar en función de si afecta a la estructura interna, media o externa del oído.
Al inicio de la afección de oído, se tiene la sensación de taponamiento que conlleva a una pérdida leve de la audición. Más tarde, aparece el dolor, el cual puede verse incrementado y extenderse por la zona del oído. Es habitual que en este momento aparezcan otros síntomas como fiebre, vómitos y sensación de cansancio como consecuencia del líquido acumulado.
En el momento en el que el tímpano se perfora, el líquido sale al exterior del oído pudiendo ir acompañado de sangre y los síntomas pueden verse aliviados. Cuando la otitis es crónica, es común que no se experimente dolor debido a que la acumulación de líquido se encuentre en la parte posterior del tímpano y el único síntoma que se perciba es una falta de audición.

Síntomas de la otitis externa

• Enrojecimiento de la oreja.
• Picor de la piel de la oreja.
• Pérdida leve de la audición.
• Líquido que supura del interior.
• Sensación de presión.
• Ganglios linfáticos inflamados.

Síntomas de la otitis media

• Pérdida de audición.
• Fiebre.
• Vómitos.
• Dolor.
• Pérdida leve de la audición.
• Cansancio.
• Supuración de líquido.

Síntomas de la otitis interna

• Mareos.
• Pérdida del equilibrio.
• Supuración de líquido.
• Vómitos.

Para poder explicar las causas que generan la otitis, podemos diferenciar entre dos tipos de daños que puede tener lugar en diferentes partes del oído:

• Otitis media. La causa principal que genera la otitis media es la obstrucción de la trompa de Eustaquio, un conducto encargado de drenar el líquido y la suciedad de los oídos, y que conecta a estos con la nariz. En el caso de los niños, este conducto presenta una estructura más estrecha y horizontal, por lo que resulta más fácil que pueda acumularse suciedad y bacterias provocando la infección.
• Otitis externa. En este caso, la parte exterior de la oreja se irrita, sin verse implicada la estructura interna del oído. La causa más habitual de este tipo de otitis es el contacto con aguas que contienen hongos y bacterias, como piscinas, y el uso de bastoncillos para limpiar las orejas.
• Otitis interna. Conocida como laberintitis, consiste en la irritación e hinchazón de la parte interna del oído, siendo el tipo que suele producirse con menos frecuencia. El causante de este tipo de otitis es un resfriado o gripe, así como algunas alergias o medicamentos.

Además, fumar o exponerse al humo del tabaco, el consumo frecuente de antibióticos, tener antecedentes familiares, los resfriados frecuentes, entre otros síntomas, pueden suponer algunos factores de riesgo frente a la otitis.

En un principio, el tratamiento para curar la otitis se basa en la administración de antibióticos para combatir la infección en caso de que las bacterias sean la causa, y antiinflamatorios durante un período de dos semanas aproximadamente. Es muy común el uso de gotas para tratar la infección, puesto que estas se introducen en el interior del oído permitiendo desinfectar la zona. Es recomendable no bañarnos y evitar el contacto de nuestros oídos con el agua durante el tratamiento.
En algunos casos, se requiere someterse a una intervención quirúrgica con el objetivo de permitir la salida del líquido acumulado en el interior del oído y otras sustancias que puedan estar obstruyendo la trompa de Eustaquio. Asimismo, también se pueden llevar a cabo cirugía para extirpar tejidos inflamados que obstaculizan los conductos auditivos.

Teniendo en cuenta las siguientes pautas, evitaremos que nuestro oído se infecte por las diferentes causas que hemos explicado anteriormente. También debemos enseñar a los niños a adoptar ciertas costumbres en cuanto a la higiene auditiva, puesto que son los más propensos a sufrir problemas de este tipo.

• Usar gorros adecuados al bañarse en piscinas u otros lugares donde el agua puede estar sucia o hay cloro.
• Evitar el uso de tapones, puesto que pueden generar heridas en la parte interna del oído, por lo que solo es recomendable para aquellos pacientes propensos a infecciones de oído.
• Evitar el uso de bastoncillos para limpiar los oídos, puesto que podrías dañar el tímpano además de facilitar la entrada de suciedad que facilitara una infección.
• Secarse bien las orejas después del contacto con agua.

En el caso de los de los niños:

• Lactancia materna. Amamantar al niño, al menos los 6 primeros meses vida.
• Enseñar al niño a expulsar los mocos, es decir, a sonarse lo antes posible.

En el caso de que el dolor sea leve o moderado, podemos esperar unos días con la ayuda de algún medicamento antiinflamatorio o analgésico para ayudar a combatir el dolor y la inflamación. Si se detecta que los síntomas perduran o se incrementan, debemos ir al médico lo antes posible para que el médico estudie el caso y establezca un diagnóstico. No obstante, existen más causas del dolor de oído, por lo que los síntomas podrían indicar otros daños o enfermedades.

Este artículo es meramente informativo, en ONsalus.com no tenemos facultad para recetar tratamientos médicos ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a acudir a un médico en el caso de presentar cualquier tipo de condición o malestar.

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