10 hábitos de vida saludable para niños

Los sistemas educativos modernos aún arrastran un modelo demasiado mental y estático del aprendizaje. El aprender sentados o a través de la simple recepción de información es perjudicial y no permite el desarrollo completo del potencial de los niños, al punto de incluso llegar a atrofiar y dañar su salud física y emocional.

Es necesario en la vida de todo ser humano la actividad física constante. Que el niño practique deportes o por lo menos se le permita jugar estando constantemente en movimiento: corriendo, bailando o saltando. Eso le ayudará a darse cuenta de lo importante de dicho aspecto de la salud que es totalmente natural.

Si tu niño tiene resistencia o apatía por estas actividades, puedes optar por algunas de los hábitos que mencionaremos en los próximos apartados, donde también podrías encontrar causas de por qué tu niño puede estar desanimado y cómo cambiar eso.

El arte verdadero permite espontaneidad, la expresión del ser. Por más que se haga resistencia, cualquier obra que realices te reflejará a ti. A los niños les gusta esto y mientras más puedan experimentar con todos sus sentidos en el proceso, mejor. Pintar, usar pintadedos, plastilina, manualidades, música, danza, teatro, entre otros, son todos válidos.

El estudio de un arte como tal es una forma de canalizar ese potencial o cuando tu hijo muestra por sí mismo su interés por profundizar en un arte (no sólo porque los padres quieran). Tampoco hay que dar a entender que inscribir a un niño en una escuela de música o pintura va a hacerle bien si el no se siente a gusto, o si es más lo que estudia allí que lo que le permiten crear e inventar.

Todos somos seres sociales, y hasta los niños con personalidades más cerradas necesitan de esta interacción constante con sus padres, abuelos y otros familiares donde él se sienta en confianza e intimidad.

Daros una oportunidad para jugar, compartir experiencias, estar juntos abrazados unos minutos al día o simplemente mostrarse empáticos con ellos si están irritados, son formas de expresar esta intención y construir -o recuperar- la armonía familiar. Cabe decir que no se debe confundir empatía con demasiada permisividad.

Compartimos el planeta Tierra como hogar con cada ser vivo que existe y la interacción con ellos desde la infancia permite mantener despierta la conciencia ecológica, que no sólo se expresa en su respeto por lo exterior, sino por el respeto a si mismo y a su salud, como un ser codependiente del sistema natural que lo rodea y que, por lo tanto, debe velar por su cuidado.

La jardinería por su parte, permite tener una conexión más consciente y continua con los ciclos de la naturaleza, además que requiere de labores manuales que les gustará al interactuar directamente a través de sus sentidos con la misma.

La felicidad y la salud son nuestro origen, no un fin. Todos tenemos dentro de nosotros mismos la llave para mantener ese estado de armonía interior y la suficiente inteligencia emocional para canalizar nuestras necesidades, y diferenciarlas de simples caprichos y deseos improductivos, o actitudes hostiles que sólo buscan llamar la atención.

Todo esta realidad -o complejidad- emocional también se presenta en niños, pero el hábito de la meditación, el yoga y la sincronización de la mente con la respiración son puentes para todo niño y adulto para la paz interior y comprender lo que perturba al ser, e incluso comprender la perturbación del otro.

Muchos pediatras aún indican que la lactancia es necesaria hasta los 6 meses, o ni la consideran tan fundamental como realmente es. La lactancia aporta nutrientes necesarios para la salud inmune del bebé y el contacto piel con piel de la madre es una oportunidad para el de sentirse en paz y calma íntima.

Lo que pocos consideran es que la misma Organización Mundial de la Salud indica que la lactancia materna es beneficiosa en la salud del infante hasta los 2 años de edad. Obviamente deja de ser el alimento principal, pero la leche materna sigue aportando beneficios y en realidad no debería haber tabúes en continuar hasta los 5 años.

En el siguiente artículo de ONsalus te hablamos sobre los alimentos que no debes comer durante la lactancia para que la alimentación del bebé sea totalmente positiva para su salud.

Así como la meditación beneficia al desarrollo de la inteligencia emocional, esta puede fortalecer la salud física y la capacidad preventiva de los niños en pro de su propia salud.

Jugar con él haciéndole cerrar sus ojos, recorriendo y reconociendo mentalmente la posición de cada parte de su cuerpo y para qué sirve cada una. Esto puede ayudarlo a incluso poder expresar con palabras más detalladas las dolencias que pueda tener e identificar alimentos que no le sientan tan bien. Algunos niños son lentos o apáticos para comer porque lo que les sirven no les sienta bien y no saben cómo expresarlo.

Algunos alimentos perjudiciales son subestimados por los daños que pueden causar, especialmente las comidas procesadas y aparentemente light o naturales. La mejor forma de asegurar una correcta alimentación al niño es brindarle alimentos frescos y orgánicos desde un principio, y no obligarlo a comer nada. Si coloca demasiada resistencia, revisar la causa emocional o la calidad del alimento.

¡No necesitan golosinas!

La necesidad impulsiva de dulces artificiales es inducida inicialmente por los padres y el entorno. El ser humano viene naturalmente preparado para consumir frutas y tubérculos dulces y sentirse atraído por ellos, pero las galletas y antojos procesados son innecesarios y perjudiciales. Aprenden a comerlas y en cantidad porque se las dan a probar, y porque además los padres las usan como mecanismo de recompensa, así que ¿cómo crees que no van a apegarse a ellas?

Cultiva una alimentación orgánica y baja en harinas desde el principio, olvídate de ofrecerle esos antojos estando en casa o contigo y tu niño preferirá luego por sí mismo lo saludable, y así te olvidarás de ese problema que afecta a tantos chicos y grandes hoy día.

Los niños son como esponjas y vienen preparados para experimentar y aprender. El juego, para ellos, es algo muy serio pues a través de este mecanismo aprenden, socializan y crean. El estudio como lo conocemos hoy en día no es malo, pero ocupa demasiado tiempo o importancia en comparación a las actividades lúdicas y creativas.

Todos somos intuitivos y valoramos el ejemplo y las acciones más que las palabras o lecciones moralistas. Los niños son aún más sensibles a esta realidad y si quieres cultivar salud en ellos o producir cualquier cambio, siempre será favorable que demuestres con el ejemplo que es posible o cómo hacerlo.

Si a ellos les cuesta unirse a actividades como las anteriormente expuestas, el verse rodeado de personas que las hagan y desarrollen tales hábitos permitirá que, más temprano que tarde, ellos cedan y se sumen.

Este artículo es meramente informativo, en ONsalus.com no tenemos facultad para recetar tratamientos médicos ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a acudir a un médico en el caso de presentar cualquier tipo de condición o malestar.

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