Anemia: síntomas, tipos y tratamiento

Anemia: síntomas, tipos y tratamiento

La anemia no es una enfermedad de las que jamás hemos escuchado hablar, por el contrario es más bien uno de los padecimientos más comunes que se pueden presentar en nuestra sangre. Cuando sufrimos de esta dolencia quiere decir que en nuestro torrente sanguíneo la cuenta de glóbulos rojos, responsables de transportar oxígeno por nuestro cuerpo gracias a una proteína llamada hemoglobina, ha caído hasta niveles fuera de lo normal y que pueden producir complicaciones en nuestra salud. En ONsalus te explicamos todo sobre los síntomas, tipos y tratamiento de la anemia.

Tipos de anemia

Las causas de la anemia son variadas a pesar de que sus síntomas suelen ser muy parecidos, las variaciones se encuentran sobre todo en la gravedad de la enfermedad y en la dolencia de fondo, es decir con ese otro padecimiento que está provocando la existencia de anemia. Por ejemplo en el caso de la enfermedad de Crohn puede ocurrir que suframos de úlceras, heridas en nuestro sistema digestivo que nos hace perder sangre, y es esa misma pérdida de sangre la que hará que los niveles de hierro en nuestro torrente caigan en picada y comencemos a sufrir de anemia.

La escasez de hierro también puede ser producto de una mala alimentación o deberse a una incapacidad de tu cuerpo de absorber el mineral. No te preocupes, la anemia ferropénica, como se le conoce, no solo es la más común sino también la más fácil de tratar. En ocasiones el problema no es tanto el hierro sino la vitamina B12, que tu cuerpo necesita para generar glóbulos rojos y que por algún motivo no está absorbiendo de manera correcta. Este tipo de anemia es conocida como perniciosa.

Orta causa que se puede detectar es la producción anormal de hemoglobina, dolencia llamada Tasalemia, o que esta misma proteína es generada por nuestro cuerpo pero con una estructuración irregular, lo que se denomina anemia de células falciformes, ambos casos generan una muerte prematura de los glóbulos rojos, mucho más rápida que la capacidad de tu médula ósea para reponer esa pérdida.

El causante de la anemia también puede ser en algunos casos una insuficiencia de producción de glóbulos rojos por parte de tu médula ósea como consecuencia de una estructura celular defectuosa, un origen mucho menos común pero más grave. Se le conoce como anemia aplástica y muchas veces su origen es hereditario.

Ahora imagina que estas células transportadoras de oxígeno son como coches que van por la supercarretera de tus venas. Los “coches” que están demasiado viejos para seguir en circulación van a nuestro órgano chatarrero, el bazo. Cuando este órgano está enfermo destruye más glóbulos rojos de lo normal, lo que causa una anemia que entra en las llamadas anemias hemolíticas, donde una alteración en el cuerpo hace que los glóbulos rojos mueran a una tasa mayor que su producción.

Síntomas de la anemia

Si tu caso de anemia resulta ser leve o incluso moderado puede que no sientas ningún síntoma y que descubras que padeces esta condición por un análisis de sangre común. Sin embargo cuando la anemia ya se encuentra un poco más avanzada es común experimentar:

  • Cansancio crónico
  • Palidez
  • Mareos espontáneos
  • Sensibilidad al frío o arritmias.

Si estas señales se presentan acude a un especialista, pues darle largas a la anemia puede producir insuficiencia cardíaca o daños a los órganos por la falta de oxígeno transportado a ellos.

Tratamiento de la anemia

El tratamiento de la anemia que indican los especialistas apuntará siempre a aumentar tu conteo de glóbulos rojos o la concentración de hemoglobina, mientras se hace foco también en la enfermedad causante de la anemia. Tu médico podría recomendarte hacer cambios en tus hábitos alimenticios para añadir más alimentos con hierro a tu dieta, o tomar suplementos vitamínicos que contengan el hierro necesario para producir la hemoglobina necesaria. Entre tus comidas también deberás contar con fuentes de vitamina B12, ácido fólico y vitamina C.

Además, quizás tengas que recurrir a medicamentos como antibióticos, hormonas e inmunosupresores. En casos de mayor gravedad, puede existir la necesidad de recurrir a un trasplante de médula ósea o a una cirugía para retirar el bazo o cerrar la herida o úlcera que esté causando la pérdida de sangre.

Para determinar las mejor solución es básico acudir a tu médico de cabecera o a un hematólogo para encontrar la causa de la anemia y atenderla oportunamente.

Este artículo es meramente informativo, en ONsalus.com no tenemos facultad para recetar tratamientos médicos ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a acudir a un médico en el caso de presentar cualquier tipo de condición o malestar.

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