Asma: síntomas, causas y tratamiento

Hay que destacar que los síntomas, la gravedad de estos y la frecuencia con se presentan pueden variar de una persona a otra. Los síntomas del asma son los siguientes:

• Dificultad para respirar, que puede empeorar al realizar algún esfuerzo físico.
• Tos con flema, que se incrementa en la noche o en las primeras horas de la mañana.
• Silbidos al respirar.
• Presión en el pecho.

Existen otros síntomas que se presentan cuando el episodio de asma es grave:

• Coloración azulada de los labios y la cara.
• Somnolencia o confusión.
• Ansiedad.
• Pulso acelerado.
• Sudoración.

La forma de diagnosticar el asma es a través de una prueba de la función pulmonar o espirometría la cual medirá la capacidad de los pulmones para movilizar el oxígeno y la eficiencia a la hora de tomar y liberar el aire.

La causa del asma no se conoce, pero se cree que es un conjunto de factores ambientales y genéticos lo que la producen y que generalmente aparecen en la infancia. Algunos de estos elementos que podrían causar el asma son:

• Herencia, si el padre o la madre sufre de asma.
• Infecciones respiratorias en la infancia.
• Exposición a sustancias como el tabaco, contaminación en el aire o sustancias químicas.
• Estar en contacto con algunos animales, ácaros o el polvo.
• Los cambios de estación.
• Algunos medicamentos como la aspirina.
• Practicar alguna actividad física que amerite mucho esfuerzo.
• Estrés.

Un alergólogo o inmunólogo será el especialista que deberás consultar en caso de presentar cualquiera de los síntomas explicados anteriormente. Por otro lado si se presentan las siguientes situaciones es necesario que vayas a urgencia lo más pronto posible:

• Si ya has sido medicado y los síntomas no mejoran.
• Si la dosis recomendada no ha sido suficiente para que la condición mejore.
• Si la dificultad para respirar se presenta cuando hablas.
• Si tienes episodios de ansiedad por la dificultad para respirar.
• Si tus labios y cara se vuelven de un color azulado.
• Si presentas un dolor torácico muy fuerte.

El asma no tiene cura y la finalidad del tratamiento será, sobre todo, controlar la inflamación que se produce en las vías respiratorias. Los medicamentos utilizados pueden ayudar a prevenir los ataques, calmar los síntomas y prevenir el uso constante de medicinas de alivio rápido. Es importante que visites a tu médico para poder llevar a cabo un plan contra esta enfermedad. Los fármacos que se utilicen para iniciar el tratamiento dependerán de la gravedad que presentes y el seguimiento de este proceso es muy importante para controlar los síntomas.

Hay que destacar que existen algunas enfermedades y condiciones que podrían dificultar el tratamiento como es el caso del estrés psicológico, el reflujo, la apnea del sueño o la sinusitis, igualmente las mujeres embarazadas y los niños, necesitarán ajustes en el tratamiento.

Los medicamentos para el asma pueden venir en pastillas, pero los más utilizados son los inhaladores, los cuales permiten desinflamar las vías respiratorias y evita que se produzcan más síntomas. Es importante destacar que estos medicamentos no producen ningún tipo de adicción. Por otro lado existen tratamientos a largo plazo que ayudarán a evitar los síntomas, pero no tienen un efecto inmediato. En el caso de que el asma sea muy grave, tu médico te recetará corticoesteroides, ya sea en pastillas o líquido, que actúan como antiinflamatorio.

Si deseas más información sobre cómo tratar el asma, te recomendamos el artículo remedios naturales para el asma.

El asma es una enfermedad que no tiene forma de prevenirse, sin embargo para que el tratamiento sea eficaz existen cuidados que se deben tomar en cuenta para que los episodios de asma no sean recurrentes:

• Sigue el tratamiento como te lo recetó el médico, siempre respetando la dosis.
• Limpia tu casa regularmente para evitar acumulaciones de polvo.
• Utiliza detergentes sin olor.
• Mantén a los animales lejos de las habitaciones.
• Elimina el tabaco, no es suficiente con fumar fuera de casa ya que los residuos se mantiene en la ropa y el cabello.
• Evita la humedad dentro de la casa, ya que ayudará a prevenir el moho.
• Cubre las camas con fundas protectoras para evitar los ácaros.

Este artículo es meramente informativo, en ONsalus.com no tenemos facultad para recetar tratamientos médicos ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a acudir a un médico en el caso de presentar cualquier tipo de condición o malestar.

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