Candidiasis vaginal: síntomas, tratamiento y prevención

El hongo común Candida Albicans se encuentra, en pequeñas cantidades, alojado en distintas partes del organismo, como por ejemplo la boca, el estómago, el tubo digestivo, la piel o la vagina. Sin embargo, cuando se produce un desequilibrio de los microorganismos, en este caso, en la zona íntima y este hongo crece de forma excesiva se da lugar a esta infección denominada candidiasis vaginal.

Hay ciertos factores que pueden ser los responsables de ese desequilibrio de microorganismos en la vagina, y entre los más comunes encontramos: la toma de antibióticos, tener sobrepeso, estar embarazada o experimentar cambios hormonales, padecer de diabetes, tener un sistema inmunológico debilitado, además de otros externos como el uso de jabones o productos de aseo agresivos o llevar ropa muy ajustada.

Los síntomas de la candidiasis vaginal pueden variar de una paciente a otra, pero el cuadro más común es el siguiente:

• Alteraciones en el flujo vaginal. El flujo adquiere un color blanquecino y una consistencia espesa y acuosa (como requesón). Las segregaciones son más abundantes aunque no desprende mal olor.
• Picor, ardor, escozor e irritación alrededor o dentro de la vagina.
• Enrojecimiento e inflamación vulvar.
• Hipersensibilidad en los labios mayores.
• Micción dolorosa.
• Dolores o molestias al mantener relaciones sexuales.

El diagnóstico clínico de la candidiasis genital consiste en el análisis de los síntomas y un examen de una pequeña muestra del flujo vaginal si es necesario. Por lo general, el tratamiento de esta infección se basa en la administración de fármacos llamados antifúngicos, los cuales sirven para frenar el crecimiento excesivo del hongo Cándida albicans en el organismo.

Este tipo de fármacos están disponibles en distintas versiones como cremas, geles, supositorios u óvulos vaginales y pastillas o cápsulas. La forma más común de tratamiento es el local, es decir mediante la aplicación de cremas sobre la vulva o la inserción de supositorios en la vagina para que actúen eficazmente contra la infección. Es fundamental seguir las indicaciones del médico y leer con detenimiento las instrucciones del prospecto de los medicamentos para usarlos tal y como allí se señala. Por lo general, este tipo de tratamiento suele tener una duración de 1 a 7 días, pero en ningún caso se debe suspender previamente ya que podría no surtir efecto. Además, si la infección no remite una vez finalizado el tratamiento, se deberá consultar nuevamente con el médico.

En otros casos, es posible que el facultativo recete un tratamiento oral basado en la toma de cápsulas o pastillas. La duración y la dosis dependerá en cada caso de la gravedad de los síntomas y de si se trata de una infección vaginal recurrente.

No es recomendable hacer un uso prolongado de estos medicamentos, pues su eficacia podría verse reducida. Cuando la infección se vuelve recurrente, se debe visitar al médico e informarle debidamente; podría ser necesario el inicio de otros tratamientos más fuertes.

Hay algunas medidas que se pueden adoptar en el día a día para reducir el riesgo de desarrollar este tipo de infecciones en la zona genital. Las que se deben tener en cuenta para prevenir la candidiasis vaginal son las siguientes:

• Mantener una buena higiene íntima: lavar la zona genital una vez al día con un jabón de pH neutro que respete la flora vaginal. Evitar los jabones para el cuerpo, desodorantes, perfumes o polvos vaginales.
• Evitar las duchas vaginales, pues acaban con aquellas bacterias que son buenas y protegen la vagina frente a infecciones.
• Mantener siempre seca la zona vaginal, ya que la humedad favorece la proliferación bacteriana.
• Limpiar de delante hacia atrás la zona íntima al hacer las necesidades. De esta manera, se impide que los gérmenes presentes en el ano se trasladen hacia la vagina.
• Durante el ciclo menstrual, cambiar con frecuencia compresas y tampones. Así mismo, estos últimos no se deben utilizar durante toda la noche.
• Quitarse rápidamente el traje de baño mojado o la ropa deportiva después de hacer ejercicio y haber sudado.
• Utilizar siempre preservativo en las relaciones sexuales. Esto es fundamental para evitar el contagio de infecciones por hongos y bacterias.
• Usar ropa interior de algodón. Los tejidos sintéticos, por el contrario, favorecen la sudoración de la zona íntima y aumentan las posibilidades de desarrollar infecciones.
• Evitar llevar pantalones demasiado ajustados.
• Si se tiene diabetes, es importante mantener controlados los niveles de azúcar en la sangre.

Los antibióticos modifican el equilibrio normal de los microorganismos de la vagina, y es por esto que en muchas ocasiones son los principales responsables del padecimiento de candidiasis vaginal. Por ello, cuando se están tomando antibióticos y aparece este tipo de infección, es aconsejable hablar con el médico sobre la posibilidad de modificar el tratamiento o solicitar, previamente, el uso de fármacos antifúngicos a modo de prevención.

Este artículo es meramente informativo, en ONsalus.com no tenemos facultad para recetar tratamientos médicos ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a acudir a un médico en el caso de presentar cualquier tipo de condición o malestar.

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