Cervicitis: síntomas, causas y tratamiento

Cervicitis: síntomas, causas y tratamiento

La cervicitis es una afección bastante común entre el género femenino, de hecho más de la mitad de las mujeres la presentan en algún momento de su adultez. Se trata de la inflamación del cuello uterino, lo cual puede estar ocasionado por diversos factores, como las enfermedades de transmisión sexual (son la causa más frecuente), los traumatismos o algunas reacciones alérgicas.

A pesar de que no supone un mayor problema si se detecta y se trata con rapidez, lo cierto es que es una afección que no debe ignorarse, ya que puede volverse crónica y derivar en graves complicaciones, como una enfermedad inflamatoria pélvica e infertilidad. Para evitar su padecimiento también hay algunas medidas de prevención que conviene conocer. Sigue leyendo este artículo de ONsalus en el que puedes informarte acerca de la cervicitis: síntomas, causas y tratamiento.

Síntomas de la cervicitis

En muchos casos, las mujeres que sufren de cervicitis no presentan síntomas, razón por la cual es tan importante realizarse las revisiones ginecológicas oportunas. Ahora bien, cuando este proceso inflamatorio del cuello del útero sí se manifiesta, los síntomas de la cervicitis pueden abarcar:

  • Flujo vaginal anormal de color inusual, como grisáceo, verde o amarillo, que también puede presentar mal olor.
  • Sangrados vaginales o manchados intermenstruales o después de mantener relaciones sexuales.
  • Molestias durante las relaciones sexuales.
  • Dolores abdominales o presión en la región pélvica.
  • Problemas al orinar.

En los casos en los que también se llega a producir una inflamación de los ligamentos que sostienen los órganos pélvicos, se pueden presentar otros síntomas, como dolores de espalda, menstruaciones muy abundantes y dolorosas y dolores muy intensos durante las relaciones sexuales (dispareunia).

Complicaciones de la cervicitis

Si se produce una cervicitis crónica se corre el riesgo de que dicha inflamación derive en una estenosis cervical, que es el estrechamiento de la parte inferior del útero, y esto podría derivar a su vez en infertilidad y aumentar el riesgo de cáncer de cuello uterino.

Causas de la cervicitis

Las causas de la cervicitis no siempre están claras en todo los casos, pero lo general la inflamación del cuello uterino puede producirse por lo siguiente:

  • Enfermedades de transmisión sexual: la cervicitis puede ser un síntoma de algún tipo de enfermedad o infección contraída durante la actividad sexual. Entre las ETS que suelen causar estar afección, se encuentran la clamidia, la gonorrea, el herpes genital, el virus del papiloma humano (VPH) y la tricomoniasis.
  • Traumatismos vaginales: la colocación de determinados objetos en el interior de la vagina pueden provocar lesiones que deriven en cervicitis. Aquí se incluyen objetos como las tapas cervicales, los diafragmas, los pesarios, etc.
  • Alergia a los espermicidas o al látex de los preservativos.
  • Exposición a químicos.

Factores de riesgo

Además de las causas de cervicitis anteriores, hay una serie de factores que pueden aumentar las probabilidades de padecerla, y entre ellos se encuentran los siguientes:

  • Realizar prácticas sexuales de alto riesgo y sin utilizar protección.
  • Tener antecedentes de otras enfermedades de transmisión sexual.
  • Tener más de una pareja sexual al mismo tiempo o estar con una pareja que está teniendo otras relaciones sexuales.
  • Realizar duchas vaginales, las cuales pueden alterar el pH vaginal y causar una infección.
  • Edad: a medida que se va avanzando en edad y los niveles de estrógenos disminuyen en el cuerpo, aumentan las posibilidades de sufrir cervicitis.

Diagnóstico de la cervicitis

Ante los síntomas de cervicitis, el médico o especialista analizará el historial clínico de la paciente y llevará a cabo una examen pélvico para revisar la vagina y el cuello uterino, en búsqueda de secreciones anormales, enrojecimiento e inflamación de las paredes internas de la vagina. Además de estos, se pueden realizar las siguientes pruebas médicas para confirmar el diagnóstica y encontrar la causa exacta:

  • Citología vaginal o prueba de Papanicolau.
  • Exámenes para detectar clamidia, gonorrea u otra enfermedad de transmisión sexual.
  • Análisis de orina.
  • Colposcopia para inspeccionar el cuello uterino mediante un instrumento óptico.
  • Análisis de sangre.
  • Biopsia del cuello uterino.

Tratamiento de la cervicitis

El tratamiento de la cervicitis dependerá en cada caso de la causa que haya dado lugar a la inflamación del cuello uterino. En el caso de enfermedades de transmisión sexuales de carácter bacteriano (como la clamidia o la gonorrea), será necesario iniciar un tratamiento antibiótico específico; y en el caso de las infecciones causadas por un virus, como el herpes genital, se deberán administrar los fármacos antivirales apropiados.

No obstante, cuando estos tratamientos no dan los resultados esperados o la inflamación haya estado presente durante bastante tiempo, se puede recurrir a:

  • Criocirugía: se realiza la congelación y destrucción del tejido que no es normal en el cuello del útero.
  • Electrocauterización: los tejidos dañados se calientan mediante electricidad para extriparlos.
  • ser: se destruye el tejido dañado mediante un rayo de luz intensa.

Además, durante el tratamiento se recomienda evitar las relaciones sexuales para evitar reinfecciones y que la cervicitis se agrave. También es aconsejable extremar las medidas de higiene íntima.

Las mujeres embarazadas con cervicitis deben ponerse en manos de un especialista cuanto antes para iniciar el tratamiento oportuno, ya que podría ponerse en riesgo la salud del feto y causar un parto prematuro.

Medidas para prevenir la cervicitis

Entre las recomendaciones para prevenir la cervicitis se encuentran las que enumeramos en las siguientes líneas:

  • Evitar el uso de productos de higiene íntima que sean agresivos y causen irritación. No realizar duchas vaginales.
  • Asegurarse de que cualquier objeto o elemento que se introduzca en la vagina esté bien colocado y que no provoque lesiones.
  • Utilizar preservativo en todas las relaciones sexuales.
  • Evitar las prácticas sexuales de alto riesgo.
  • Asegurarse de que la pareja sexual no padece de ningún tipo de enfermedad de transmisión sexual.

Este artículo es meramente informativo, en ONsalus.com no tenemos facultad para recetar tratamientos médicos ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a acudir a un médico en el caso de presentar cualquier tipo de condición o malestar.

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