Clamidia en mujeres: síntomas y tratamiento

Clamidia en mujeres: síntomas y tratamiento

La clamidia es una de las enfermedades de transmisión sexuales (ETS) más comunes que existen y que está causada por una bacteria llamada clamidia trachomatis, la cual se transmite durante el contacto sexual. Puede afectar tanto a mujeres como hombres y ocasionar graves daños en la salud del sistema reproductivo si no se trata de manera prematura y con la medicación apropiada; en el caso de las mujeres puede llegar a dificultar el proceso de quedar embarazada en el futuro si no se cura como requiere. Para saber más acerca de cómo afecta esta infección al sexo femenino, en ONsalus explicamos con detalle cuáles son los síntomas y el tratamiento de la clamidia en mujeres.

Transmisión y síntomas de la clamidia en mujeres

La clamidia es una enfermedad que puede contagiarse al mantener relaciones sexuales vaginales, anales u orales con una persona infectada. También existe riesgo de contagio si se comparten juguetes sexuales que no se han lavado previamente o no se cubren con un preservativo nuevo entre cada persona que lo utiliza. De esta forma, toda persona con una vida sexual activa puede contraer clamidia y se aumentan las posibilidades si se tiene un mayor número de parejas sexuales; además, se ha señalado que tanto las adolescentes como las mujeres jóvenes cuentan con un mayor riesgo de infección debido a que no se ha producido el desarrollo completo de su cuello uterino.

Por otro lado, las mujeres embarazadas infectadas por clamidia también pueden transmitírsela al bebé durante el parto, dando lugar a una posible infección ocular o el padecimiento de neumonía en el recién nacido. Además, sufrir de esta ETS durante el embarazo incrementa las probabilidades de dar a luz de manera prematura.

Una gran mayoría de mujeres con clamidia no presentan síntomas y desconocen que han contraído la infección, siendo esta diagnosticada durante la realización de una prueba ginecológica rutinaria. Sin embargo, cuando sí hay síntomas, estos suelen aparecer tras 5 y 10 días después del inicio de la infección y los más comunes en el caso de la mujer son los siguientes:

  • Flujo vaginal anormal.
  • Dolor o ardor durante la micción.
  • Necesidad de orinar con mayor frecuencia.
  • Dolor al mantener relaciones sexuales.
  • Sangrado anormal entre periodos menstruales o después de una relación sexual.
  • Dolor abdominal.
  • Dolor en el recto.
  • Hinchazón dentro de la vagina o alrededor del ano.

Además de estos síntomas, en algunos casos la clamidia puede provocar diarrea; enrojecimiento, picores y secreciones oculares si afecta a los ojos o dolores y molestias en la garganta si la infección daña esta parte.

Ante la manifestación de cualquiera de los síntomas descritos, es fundamental consultar con el médico o ginecológo para realizarse un examen exhaustivo y empezar el tratamiento adecuado en caso de que exista la infección.

Tratamiento de la clamidia

Para diagnosticar la clamidia es posible que el médico solicite un análisis de orina o utilizar un hisopo para tomar muestras de las células del cuello uterino y examinarlas posteriormente en laboratorio.

Cuando la infección existe, el tratamiento de la clamidia se basa exclusivamente en la toma de medicamentos antibióticos, los cuales permiten acabar con la bacteria causante por completo. Es importante realizar el tratamiento siguiendo las indicaciones del médico y respetando en todo momento tanto la dosis como la duración establecida, aún cuando los síntomas ya hayan desaparecido, pues de lo contrario la infección podría no llegar a curarse totalmente.

Además de los antibióticos, es necesario programar visitas de seguimiento con el médico para asegurarse de que la infección ha desaparecido y realizarse de nuevo las pruebas de diagnóstico pasados unos 3 o 4 meses después del tratamiento. Al tratarse de una enfermedad de transmisión sexual, la pareja de la persona con clamidia también deberá recibir el tratamiento oportuno para prevenir posibles infecciones en el futuro y evitar que se convierta en una condición recurrente. Así mismo, es fundamental suspender las relaciones sexuales hasta que el tratamiento se haya completado y la infección se haya curado, lo conveniente es hablar con el médico para informarse acerca de cuándo es aconsejable reanudar el sexo.

Es necesario tratar la clamidia de forma temprana, ya que si no se cura como se debe y la infección avanza podría ocasionar graves problemas de salud y reproductivos en la mujer a corto y largo plazo. Entre sus complicaciones, se encuentra el padecimiento de la enfermedad inflamatoria pélvica (EIP) si la infección llega a propagarse el útero o a las Trompas de Falopio, dolores pélvicos crónicos, infertilidad y embarazo ectópico (embarazo que se desarrolla por fuera de la matriz).

Medidas para prevenir la clamidia

De la misma manera que con el resto de enfermedades de transmisión sexual, la única forma segura de prevenir la clamidia es protegerse mediante el uso de preservativo al mantener relaciones sexuales, ya sean vaginales, anales u orales. No se deben compartir juguetes sexuales con otras personas y es esencial lavarlos antes y después de cada uso de forma adecuada.

También es posible asegurarse de que se dispone de un menor riesgo de contraer la infección, si se tiene una relación monógama a largo plazo con una persona a la que ya se le han realizado pruebas que han descartado el padecimiento de esta ETS.

Este artículo es meramente informativo, en ONsalus.com no tenemos facultad para recetar tratamientos médicos ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a acudir a un médico en el caso de presentar cualquier tipo de condición o malestar.

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