Cómo limpiar un oído que supura

La supuración de oído, también conocida como otorrea en términos clínicos, hace referencia a la secreción de pus asociada a procesos infecciosos. Casi siempre, el fluido que sale por el oído es un líquido espeso, de color amarillento o blanquecino, producto de células muertas y leucocitos que, en algunas circunstancias, puede estar acompañado de sangre.

El oído supura debido a una infección en el canal auditivo o en el oído medio a consecuencia de un resfriado o gripe. Sin embargo, también la secreción puede aparecer después de una lesión en la cabeza, por una herida leve en el conducto o tímpano o por la introducción de un objeto extraño, generando además otros malestares, como fiebre, dolor en el área interna y externa del oído, vértigo y náuseas.

Atendiendo a esto, entre las causas principales por las que supura un oído, se encuentran:

• Otitis externa: es una afección vinculada a la inflamación del conducto auditivo externo producto de un proceso infeccioso bacteriano o por hongos, que suele desarrollarse por el exceso de humedad atrapado en el conducto externo, proveniente de duchas, piscinas y climas húmedos.
• Otitis media: al igual que la externa, es una patología infecciosa causada por bacterias o virus proveniente de gripe, resfriado o afecciones respiratorias, que inflama el oído medio, justamente el espacio detrás del tímpano lleno de aire.
• Traumatismos: las lesiones o golpes directos en la zona del oído o en el cráneo debido a accidentes de tránsito, laborales, una bofetada en el oído, explosiones o cualquier otra cosa que genere presión sobre él, puede lesionar el hueso temporal, alterar el oído medio y perforar el tímpano. Esto ocasiona un gran dolor en toda el área afectada, zumbido, vértigo, pérdida de la audición y supuración en el oído, que puede ser trasparente o con pus y sangre.
• Presencia de cuerpos extraños: la presencia de cuerpos extraños dentro del oído, como un hisopo de algodón, una horquilla u objetos pequeños como juguetes, insectos, frutos secos, etc., pueden ocasionar supuración e inflamación en el área del oído externo, lesiones en el tímpano e infecciones si se quedan tiempo dentro del oído.
• Tumoración: una tumoración en el oído externo o medio, benigna o maligna, es una causa poco frecuente que puede ocasionar supuración en este órgano debido al desarrollo de infecciones secundarias cuando esta lesión crece considerablemente y llega a romper las estructuras internas y tejidos.

La limpieza de un oído que supura producto de una infección es un proceso delicado que debe hacerse de manera adecuada para no complicar el daño. Por lo general, la supuración se limpia con tratamientos farmacológicos previamente recetados por el especialista y con un cuidado especial diario en esa área. En este sentido, es importante tener en cuenta lo siguiente:

• Para retirar la secreción saliente de un oído enfermo, el especialista recomendará colocar un algodón impregnado con una solución de ácido acético y alcohol al 70% en el canal auditivo externo, inclinando la cabeza con delicadeza para evitar mareos. Una vez que el paciente sienta que no sale más líquido purulento por el oído, se retira con cuidado el algodón para no dejar restos en la zona. Esto debe repetirse al menos tres veces al día.
• Asimismo, el médico tratante suele indicar gotas antibióticas para retirar los residuos dentro del conducto, siempre y cuando el paciente no presente fisuras o perforación de tímpano. Por lo general, estas gotas contienen dexametasona y ciprofloxacina. Lo indicado es colocar una o dos gotas dentro del oído afectado, acostándose previamente de lado, dejando el oído hacia arriba y esperar aproximadamente 1 minuto en esa posición después de la aplicación. Este tratamiento, normalmente, se debe realizar 2 veces al día, específicamente en la mañana y la noche por una semana. Estas gotas permiten, además, reducir la inflamación.
• En ciertas circunstancias, cuando la supuración del oído no mejora y continúa después de una semana, el especialista puede considerar limpiar la supuración mediante la microsucción, un procedimiento específico y puntual realizado en el consultorio médico, empleando un microscopio y un diminuto dispositivo que permite aspirar los residuos y secreciones.
• Si la supuración de oído aparece de manera reiterativa, al menos 3 veces al año, el médico puede recomendar al paciente colocar un tubo auditivo a través del oído medio para lograr que el líquido drene por completo y ayude a mejorar la condición clínica del paciente.

Lo importante ante esta situación es seguir las indicaciones por parte del médico, ya que una supuración de oído mal tratada puede desencadenar episodios infecciosos graves, comprometer otros órganos y ocasionar daños irreversibles.

El oído desde su condición natural supura cerumen con la finalidad de protegerlo de cualquier microorganismo, por lo que en principio es normal sentir esta sustancia natural en el conducto auditivo. También, es frecuente observar un líquido transparente que sale del oído después de ducharse o nadar.

No obstante, cuando la secreción es anormal, es decir, con sangre o pus, es una señal de que hay algún problema y se debe acudir lo antes posible al médico, sobre todo, si la supuración va acompañada de otros malestares como:

• Inflamación y enrojecimiento en toda el área del oído.
• Zumbido o Pérdida de audición.
• Fiebre mayor a 38 grados.
• Dolor intenso en el oído por más de 48 horas.

Por ello, es fundamental la valoración detallada del canal auditivo, es la manera idónea para determinar lo que está sucediendo, y precisar el tratamiento oportuno.

Este artículo es meramente informativo, en ONsalus.com no tenemos facultad para recetar tratamientos médicos ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a acudir a un médico en el caso de presentar cualquier tipo de condición o malestar.

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