Cómo saber si tengo la tiroides inflamada

Como hemos dicho anteriormente, la tiroides es una glándula que forma parte del sistema endocrino, el encargado de generar hormonas para nuestro cuerpo. La glándula tiroides está situada en la parte baja del cuello, justo debajo de la nuez, tiene forma de lazo o de mariposa, con dos lóbulos que se expanden por el cuello y pesa aproximadamente unos 28 gramos. Está colocada justo entre la piel y la tráquea, aunque es muy difícil poderla encontrar con el tacto a través del contacto con la piel.

La tiroides se encarga de la generación de hormona tiroidea o tiroxina (t4) y genera triyodotironina (T3). Una vez creadas, las expande hacia la sangre y son transportadas a todo nuestro cuerpo. Para poder generarla, necesita un elemento concreto, el yodo, que lo transforma a través de una reacción química y lo convierte en estas hormonas que hemos citado. Por eso, es importante que en nuestra dieta ingiramos alimentos que contengan yodo.

Esta secreción hormonal regula nuestro metabolismo a varios niveles. Se encarga de mantener la temperatura corporal estable, permite asimilar los nutrientes de los alimentos, promueve el crecimiento, equilibra el sistema nervioso, regula el ritmo cardíaco y genera la energía que necesita el cuerpo para funcionar.

La tiroides puede sufrir cambios y generar una disfunción en el sistema. Las enfermedades más conocidas en esta glándula son el hipotiroidismo, cuando no genera suficiente hormona; hipertiroidismo, cuando genera demasiadas hormonas; tiroides crónica y tiroiditis, cuando se inflama; o cáncer de tiroides, cuando genera células malignas. Vamos a centrarnos en la inflamación de la tiroides para dar respuesta a la pregunta de cómo saber si la tengo inflamada.

La tiroides se inflama como síntoma de un trastorno mayor, como podría ser el hipotiroidismo o el hipertiroidismo. Según que enfermedad genere esta inflamación, podremos presentar unos síntomas u otros. En esta lista, exponemos los síntomas más comunes para saber si tienes la tiroides inflamada:

• Notar el cuello inflamado: tener la sensación de que el cuello está hinchado, pero no identificar esta impresión con un dolor de cuello habitual: faringitis, laringitis, amígdalas inflamadas, etc.
• Visualizar un engrandecimiento de la nuez del cuello: delante del espejo, poder ver cómo nuestro cuello ha aumentado de volumen. Esto se debe al bocio, es decir, a la inflamación que se genera en la zona.
• Disfagia: dificultad para tragar. Al crecer la glándula, obstruye el mecanismo que nos permite tragar y encontramos dificultad para realizar este acto.
• Disfonía o afonía: notar que nuestra voz suena diferente o que directamente no tenemos voz. Esto se debe a la presión que ejerce la glándula sobre la zona donde se sitúan las cuerdas vocales, responsables de la voz.
• Dificultades respiratorias: notar que se nos hace difícil respirar, que el aire no pasa de forma normal y no fluye por nuestra tráquea. También es una sensación generada por la presión que realiza el bocio sobre la tráquea.

Otros síntomas que nos pueden indicar que nuestra tiroides está inflamada y no funciona bien son:

• Peso irregular: cambiar de peso de forma rápida y sin quererlo. Adelgazar o engordar mucho, sin encontrar un peso estable. Esto se debe a que no se asimilan bien los nutrientes de los alimentos.
• Menstruación irregular: debido a que la secreción de hormonas no es la correcta y, por lo tanto, nuestro ciclo se altera.
• Piel y pelo excesivamente secos: no se genera suficiente hormona y la piel y el cabello empiezan a perder nutrientes y se van secando. La caída del pelo es otro indicador.
• Estreñimiento: debido a que no se asimilan los nutrientes y, por lo tanto, el sistema digestivo queda afectado pudiendo provocar estreñimiento.
• Frecuencia cardíaca inestable: demasiado rápido o demasiado lento, dependiendo de qué enfermedad se padezca. Esto sucede a que el descontrol hormonal no puede regular el ritmo cardíaco.
• Depresión y cambios de humor: la secreción inestable de hormonas genera una sensación anímica de depresión generalizada o puede ocasionar picos de alegría extrema continuados por momentos de tristeza.
• Cansancio: sentir que no se tiene la suficiente energía para afrontar las actividades del día a día.

Si crees que puedes tener la tiroides inflamada porque te has sentido identificado o identificada con alguno de los síntomas expuestos anteriormente, nuestra recomendación es que visites a tu médico rápidamente para que pueda analizar tu situación y estudiar desde una visión profesional tu caso.

La inestabilidad de la tiroides es fácil de conocer a través de un análisis de sangre, lo que facilita el conocimiento de la composición hormonal en tu sangre y de las posibles alteraciones, con lo que puede ser detectado de manera sencilla.

Te queremos dar algunos consejos que ayudan a mantener el equilibro de esta glándula y, en consecuencia, previenen la inflamación de la tiroides y son beneficiosos para tu salud:

• Mantener una alimentación variada, rica en frutas y verduras y que aporte yodo a tu cuerpo. Alimentos ricos en yodo son los frutos secos, los arándanos, el pescado y las legumbres, entre otros.
• No consumir alcohol ni tabaco. Esto propicia un buen funcionamiento hormonal y circulatorio, lo que facilita el equilibrio de la glándula tiroides.
• Realizar ejercicio físico a diario. También es una buena manera de mantener la secreción hormonal equilibrada, además de generar una buena circulación de las hormonas tiroides.
• Descansar las horas adecuadas. Esto nos ayuda a tener en orden el metabolismo y a no forzar la glándula tiroides a generar más hormonas para mantenernos activos. Un buen descanso puede ser un gran aliado para la prevención de muchas enfermedades.

Este artículo es meramente informativo, en ONsalus.com no tenemos facultad para recetar tratamientos médicos ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a acudir a un médico en el caso de presentar cualquier tipo de condición o malestar.

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