Cómo saber si un hematoma es grave

Un golpe, lesión o traumatismo puede provocar la ruptura de los vasos sanguíneos, lo que da lugar a una acumulación de sangre conocida comúnmente como hematoma. A diferencia de la equimosis, que afecta únicamente a las capas superficiales de la piel, el hematoma suele ser más profundo y extenso, y en algunos casos puede formar un bulto palpable lleno de sangre.

Es importante conocer los diferentes tipos de hematomas que pueden presentarse:

• Hematoma subcutáneo: se forma debajo de la piel y es visible a simple vista.
• Hematoma intramuscular: se localiza dentro del tejido muscular.
• Hematoma óseo: aparece en el interior del hueso, generalmente asociado a fracturas.
• Hematoma interno: se desarrolla en órganos o cavidades corporales y suele ser el más peligroso debido a su localización oculta.

Estos hematomas pueden estar asociados a diversas causas, entre ellas:

• Golpes o traumatismos.
• Intervenciones quirúrgicas.
• Trastornos de la coagulación.
• Uso de medicamentos anticoagulantes.

¿Pero cómo saber si un hematoma es grave? Continúa leyendo.

La mayoría de los hematomas son inofensivos, pero algunos pueden ser señal de problemas más graves. A continuación, te explicamos cómo diferenciarlos:

• Localizaciones peligrosas, especialmente los que se ubican en la cabeza después de un golpe fuerte, los que se ubican en el abdomen que pueden indicar sangrado interno y los que se ubican alrededor de los ojos que nos orientan de un posible riesgo de daño ocular.
• En cuanto a su tamaño y crecimiento: los hematomas son peligrosos si miden más de 5 cm, alrededor del tamaño de una pelota de golf. Y si, además, sigue aumentando de tamaño después de transcurridas las primeras 24-48 horas.
• Por otro lado, el dolor y la sensibilidad también nos pueden indicar si un hematoma es grave, especialmente cuando el dolor aumenta en lugar de disminuir y cuando la zona está muy dura o inflamada.
• Asimismo, síntomas generales como la presencia de fiebre o escalofríos, nos puede orientar a una posible infección. La presencia de mareos, palidez o debilidad, que puede significar una pérdida de sangre, así como moretones frecuentes sin causa aparente, que nos pudiese orientar a que existen problemas de coagulación.
• La evolución de un hematoma puede considerarse anormal cuando no cambia de color en el transcurso de una a dos semanas, siguiendo el patrón habitual: rojo → morado → verde → amarillo. Además, si la piel se siente caliente o presenta un enrojecimiento extendido, podría ser indicio de una posible infección.
• Finalmente, si hay dificultad para mover la articulación o extremidades, si estás tomando anticoagulantes como la warfarina o la aspirina, y si el hematoma aparece después de un accidente grave, como caída o choque, debes buscar ayuda médica urgente.

Es importante tomar algunas medidas si tienes un hematoma que no mejora y así determinar si necesitas atención médica de inmediato. Aquí te indico qué es lo que debes hacer:

En primer lugar, en casa, si no tienes señales de alarma, puedes hacer lo siguiente:

• Aplicar frío durante las primeras 48 horas; esto ayuda a reducir la inflamación.
• Elevar la zona afectada te ayudará a mejorar la circulación.
• Mantener reposo y evitar la presión sobre el área en la que tienes el hematoma.
• Una vez transcurridas las primeras 48 horas, aplicar calor ayuda a reabsorber la sangre.

¿Cuándo acudir al médico?:

• Si transcurridas dos semanas, el hematoma no mejora.
• Si aparecen signos de infección como fiebre, pus, enrojecimiento o calor local.
• Si la aparición de hematomas se hace frecuente y sin causa aparente.
• Si además tienes antecedentes de problemas de coagulación.

El médico probablemente te indique análisis de sangre tipo hemograma o pruebas de coagulación, así como una realización de ecografía o resonancia magnética si hay sospecha de lesiones internas.

Si tomas medicamentos que afectan la coagulación o si eres propenso a manifestar hematomas con recurrencia, debes tomar algunas recomendaciones para prevenir hematomas graves:

• Evita golpes y traumatismos: usa protección, especialmente en actividades de riesgo (rodilleras, coderas y casco). Así mismo, ten cuidado al mover muebles, realizar deportes de contacto y mantén tu hogar bien iluminado y libre de obstáculos para evitar caídas.
• Por otro lado, fortalece tus vasos sanguíneos tomando vitamina C, que ayuda a fortalecer las paredes de los capilares. Esta se encuentra presente en frutas cítricas, kiwi y pimientos. Consume vitamina K, esencial para la coagulación; se encuentra en alimentos como la espinaca y el brócoli. También puedes incorporar bioflavonoides, que ayudan a mejorar la resistencia vascular. Estos compuestos están presentes en frutas como los arándanos, la uva y en bebidas como el té verde.
• Si además tomas medicamentos que aumentan el riesgo de la presencia de hematomas, consulta con tu médico acerca de cómo puedes minimizar los riesgos. Evita el exceso de ibuprofeno y otros antiinflamatorios no esteroideos que pueden aumentar el riesgo de sangrado.
• Mantener una piel sana e hidratada evitará la fragilidad capilar. Utiliza cremas con árnica o caléndula para mejorar la circulación a nivel local.
• El ejercicio mejorará la circulación, pero evita deportes de alto impacto si eres propenso a manifestar hematomas.
• El alcohol puede afectar el hígado y la coagulación, por lo que debes evitar consumirlo en exceso. Una buena reparación tisular se debe a un consumo suficiente de proteínas.

No olvides hablar con tu médico de cabecera si el hematoma es grande, doloroso y si no sigue el proceso normal de curación.

Este artículo es meramente informativo, en ONsalus.com no tenemos facultad para recetar tratamientos médicos ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a acudir a un médico en el caso de presentar cualquier tipo de condición o malestar.

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