Conjuntivitis: tipos, síntomas y tratamiento

Para empezar, debemos distinguir los tipos de conjuntivitis. Cada tipo está originado por una causa diferente, que permitirá aplicar el tratamiento adecuado. No olvides que debes acudir a un médico para que pueda realizar un diagnóstico.

• Conjuntivitis bacteriana. Se trata del tipo de conjuntivitis más común. Suele aparecer en un ojo y rápidamente se extiende hacia el otro, experimentando un color rojizo en ambos. Los ojos segregan una mayor cantidad de lágrimas, lo que hará que tengas que secarlos habitualmente. También puedes sentir picor y experimentar la sensación de tener arenilla en el interior de los ojos.
• Conjuntivitis vírica. Como el caso anterior, suele aparecer en un ojo y posteriormente, se extiende al otro presentando el color rojizo y los párpados pueden presentar hinchazón. Estos síntomas pueden ir acompañados de dolor en los ganglios linfáticos y fiebre, así como dolor de garganta y congestión. Este tipo de conjuntivitis es fácilmente contagiosa, puesto que no se detectan síntomas durante los primeros días, por lo que no se toman medidas para su curación y se puede contagiar con el contacto con otras personas. Si se extiende por un tiempo, puede causar problemas en la visión, como visión borrosa.
• Conjuntivitis alérgica. La ventaja que tiene este tipo de conjuntivitis es el conocimiento de la causa por parte de quien la padece, ya que las personas que tienen alergia, por lo general, saben a qué se debe. Es común que tenga lugar en primavera, como consecuencia del polen en el aire. Los síntomas que suelen experimentarse son: picazón en los ojos, hinchazón, enrojecimiento y lagrimeo excesivo.

Aunque en el punto anterior hemos indicado los síntomas en cada tipo de conjuntivitis, por lo general, suelen ser los mismos en todos los casos:

• Ojos enrojecidos por la dilatación de los vasos sanguíneos.
• Picazón, irritación de los ojos.
• Hinchazón de los párpados.
• Lagrimeo excesivo.
• Sensación de tener arenilla en los ojos que puede llegar a ser muy molestia, especialmente cuando se cierran los ojos.
• Legañas que suelen formarse durante la noche y que endurecen.
• Sensibilidad a la luz.
• Secreción del ojo blanca, amarilla o verdosa.

Normalmente, los síntomas aparecen rápidamente, sin transcurrir mucho tiempo entre uno y otro, por lo que es posible que te hayas levantado con varios de estos síntomas cuando el día anterior tenías la sensación de que tus ojos estaban bien. En el caso de que te hayas levantado con legañas, puede parecer un poco aparatoso porque aparecen por la noche y se secan, pero con un poco de agua pueden quitarse.

El tratamiento para la conjuntivitis variará según el tipo de conjuntivitis que se padezca, pero podemos aplicar una serie de medidas en todos los casos que pueden ayudarnos a aliviar los síntomas.

En el caso de la conjuntivitis bacteriana, los colirios antibióticos suelen ser los más efectivos a la hora de combatirla, además de una buena higiene en los ojos. Cuando se trata de una conjuntivitis vírica, es importante la prevención de la transmisión, ya que es fácilmente contagiosa, por lo que se deben realizar lavados frecuentes con agua y evitar el contacto de nuestras manos con nuestros ojos. Esto puede resultar difícil porque si experimentamos picazón tenderemos a tocarnos los ojos. Por último, la conjuntivitis alérgica suele desaparecer por sí sola al cabo de un tiempo que puede variar, pero para aliviar sus síntomas se puede aplicar una compresa fría directamente sobre los ojos cerrados. Tanto para tratar la cónjuntivitis vírica como la alérgica, el mejor tratamiento es el uso de gotas oftálmicas con corticosteroides, a excepción de cuando se haya producido una infección por herpes. Por lo general, el tratamiento suele durar más de una semana.

En todos los casos, es muy importante mantener una buena higiene de nuestras manos para evitar el contagio a otras personas. Podemos llevar alcohol de manos encima por si nos encontramos fuera de casa.

En un principio, la conjuntivitis no se trata de un problema grave y suele desaparecer al cabo de unos días por sí sola. No obstante, en algunas ocasiones pueden tener lugar síntomas que molesten más o algunos factores a tener en cuenta, por lo que de damos algunas recomendaciones de cuándo acudir al médico:

• Sensibilidad a la luz.
• Visión borrosa.
• Enrojecimiento excesivo de los ojos.
• Dolor en el ojo fuerte.
• Padecimiento de alguna enfermedad que conlleve a tener un sistema inmunitario debilitado, como VIH.
• Si los síntomas empeoran o no se siente ninguna mejora en un período de 24 desde el inicio del tratamiento, en los casos de la conjuntivitis bacteriana y vírica.
• Alguna infección previo en los ojos.

Otras afecciones que puedes tener en los ojos con síntomas similares son el orzuelo o picazón en los ojos.

Este artículo es meramente informativo, en ONsalus.com no tenemos facultad para recetar tratamientos médicos ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a acudir a un médico en el caso de presentar cualquier tipo de condición o malestar.

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