Tener un hijo puede generar grandes dudas en numerosas personas, principalmente, si es el primero. Cuando los padres ven a su niño por primera vez, pueden surgirles muchas incertidumbres tales como si nació con el peso correcto o si mide lo que debería; sin embargo, las preguntas solo siguen multiplicándose con el paso del tiempo, ya que, cada día, comienzan a surgir nuevas y tienen miedo de no estar cuidando a su bebé correctamente.
Para eliminar todas las dudas y proceder de la mejor forma a la crianza del niño, es indispensable realizar consultas rigurosas con el pediatra para que el mismo pueda evaluar al pequeño y, al mismo tiempo, pueda ayudar a los padres con cualquiera de sus preguntas. Una de las más frecuentes es cuándo empezar a dar agua al bebé, por lo que queremos ofrecerte toda la información sobre el tema en el siguiente artículo de ONsalus. A pesar de esto, no olvides consultar y preguntar a un especialista antes de realizar cambios en la vida rutinaria del niño.
¿Cuándo empiezan a beber agua los bebés?
Generalmente, los especialistas aconsejan a los padres que el niño se mantenga en lactancia con leche materna hasta los 6 meses de vida; sin embargo, esto puede variar dependiendo cada caso particular, por lo que es importante seguir siempre de forma rigurosa las instrucciones del especialista.
Después de este tiempo, ampliar el menú del niño será más de forma educacional que nutritiva, ya que la leche seguirá siendo su alimento principal, por consiguiente, tampoco será necesario que el bebé ingiera agua adicional debido a que la leche materna cuenta con un 90% de agua. En otras palabras, un recién nacido no necesitará de ningún otro alimento ni líquido durante los primeros 6 meses de vida, ya que la leche materna será su principal alimento hasta su primer año porque cuenta con los nutrientes necesarios para su correcto desarrollo durante esa etapa.
La leche de la madre puede cambiar significativamente con el paso del tiempo y dependiendo de la cantidad que beba el niño, es por esto que se suele aconsejar no limitar la demanda del bebé y amamantar sin esperar un horario fijo entre cada toma. Esto ayudará al niño a sentirse satisfecho tanto cuando tiene hambre como cuando tiene sed.
Una vez que el niño llega a los 6 meses, los padres deben comenzar a incluirle diferentes comidas poco a poco para que cuando alcance el año, el pequeño cuente con una alimentación similar a la de un adulto, por lo que a partir del sexto mes es el momento en el que se puede empezar a dar agua al bebé; sin embargo, no hay que preocuparse si no la quiere beber debido a que la madre deberá seguir dándole el pecho o la leche de fórmula adaptada que recomiende el especialista a cargo.
Puede que muchas mujeres sientan miedo cuando hace mucho calor y piensan que el bebé puede deshidratarse por no beber agua; sin embargo, esto no es correcto. La leche materna tiene la capacidad de adaptarse a las necesidades del niño y puede mantenerlo perfectamente hidratado por más que exista una alta temperatura ambiental.
No obstante, es indispensable que, los días de mucho calor, la madre le ofrezca el pecho a su hijo con mucha mayor frecuencia de lo habitual para que el pequeño no se deshidrate y obtenga el líquido y los nutrientes necesarios.
¿Qué tipo de agua dar a un bebé?
Al comenzar a incorporar alimentos y agua a la vida del niño, es posible que se despierten nuevas dudas, por ejemplo, si es necesario comenzar a ofrecerle al bebé agua mineral y no agua corriente. Esto es importante que se consulte con un especialista, ya que si bien el agua mineral es totalmente adecuada para los pequeños, es importante saber qué agua ofrecerle, ya que no todas son ideales para ellos.
Generalmente, se aconseja escoger las aguas que cuentan con mineralización débil y las que contienen menos sodio, ya que, en caso contrario, podría ser perjudicial para el bebé y provocar alguna alteración en sus riñones debido a que los mismos se encuentran en desarrollo y pueden afectarles las grandes cantidades de sodio.
Otra pregunta muy común es si el niño debe comenzar a incorporar el agua con un vaso o con biberón pero, una vez más, se recomienda consultarlo con un pediatra; sin embargo, la elección dependerá tanto de la edad del bebé como de la alimentación con la que estuvo viviendo. A pesar de esto, es más frecuente que la mejor opción sea un vasito ya que, en poco tiempo, el niño deberá a empezar a comer y beber como un adulto, es decir, con plato y cubiertos, por lo que quitarle el pecho y reemplazarlo por un biberón no sería lo más adecuado.
Se puede optar por utilizar los vasitos infantiles antiderrame para evitar que el pequeño tire su vaso y desparrame el agua por cualquier sitio.
Signos de falta de agua en un bebé
Si bien la leche materna puede mantener hidratado a un bebé, es importante estar siempre alerta para saber cuándo le falta líquido. Si el niño se encuentra activo, con saliva abundante, orina regularmente y su materia fecal no es tan dura, significa que el pequeño se encuentra correctamente hidratado.
En caso de no estarlo, es posible que el bebé manifieste diversos signos tales como sequedad en la boca, se observa una gran reducción de la producción de su saliva, la orina se torna más oscura y espesa al mismo tiempo que micciona con mucha menos frecuencia y en el caso de las heces, su textura cambia considerablemente y se vuelven más duras, por lo que le podría dificultar la defecación y que el niño llore en el acto por el dolor.
Este artículo es meramente informativo, en ONsalus.com no tenemos facultad para recetar tratamientos médicos ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a acudir a un médico en el caso de presentar cualquier tipo de condición o malestar.
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