¿Cuándo ir al médico por ansiedad?

La ansiedad es una reacción multidimensional, con esto queremos decir que presenta síntomas tanto a nivel físico como psíquico. Popularmente se recurre al término de ansiedad para dar a entender una reacción o estado de preocupación y miedo al futuro, provocando dificultad en la toma asertiva de decisiones.

También está muy bien entendido la ansiedad presente en personas con adicciones o dependencias a ciertas sustancias o hábitos, cuando no logran acceder a ellos. Todas estas descripciones populares de la ansiedad son correctas, mas puede olvidarse que la ansiedad puede llegar a niveles graves y muy perjudiciales para quien lo padece y quienes le rodean.

Los manuales de diagnóstico DSM-IV y CIE-10 concuerdan en que la ansiedad (específicamente un ataque de pánico) se caracteriza por los siguientes signos y síntomas:

Síntomas físicos

• Sudoración
• Palpitaciones y aumento de ritmo cardíaco
• Temblores o sacudidas
• Inestabilidad, mareo o desmayo
• Sensación de atragantarse, ahogo y/o falta de aliento
• Escalofríos o sofocaciones

Síntomas psicológicos

• Miedo a morir y al futuro
• Adicción o dependencia a alguna sustancia o hábito para paliar estos síntomas
• Despersonalización (no sentirse uno mismo) o desrealización

Dependiendo de las circunstancias ante las cuales se presente la ansiedad, existen algunos diagnósticos diferenciales (específicos) dentro del espectro de la ansiedad:

• Fobias: respuestas exageradas e irracionales de ansiedad como la agorafobia, fobias específicas (Ej.: a las arañas) y fobia social.
• Estrés postraumático y estrés agudo.
• Trastorno obsesivo-compulsivo: ansiedad si las cosas no se mantienen con el orden, limpieza o patrón correcto.
• Ansiedad inducida por sustancias o por enfermedad médica.

La mención de estas clasificaciones es importante para recordar las distintas formas en las que la ansiedad puede manifestarse, y todas pueden ser dignas de atención médica si la gravedad del caso es lo suficiente como para catalogarla como trastorno.

Recordemos que todo el mundo puede vivir en varios momentos de su vida crisis de pánico, pues la vida está llena de sorpresas y no siempre estamos preparados para afrontarlas. Para diferenciar un ataque de pánico o una personalidad ansiosa de una ansiedad que necesita atención clínica, existen además de los síntomas, otros indicadores cruciales:

• Adaptación social y al medio: cuando estos síntomas se extienden al punto de irrumpir o llevar a cero el rendimiento laboral del individuo y la sociabilidad incluso con sus círculos más cercanos, hay algo ya necesario de atender.
• Riesgo a la integridad propia o ajena: cuando alguno de los síntomas llega a este punto, la atención es necesaria, así sean síntomas principalmente físicos o psicológicos. Si es padre o madre de familia, la garantía de alimento e integridad psicofísica de los mismos debe cumplirse, sino necesita terapia e idealmente, supervisión o asistencia en su relación con los niños.
• Estrés postraumático: luego de un suceso grave como la muerte súbita de un cónyuge o familiar o un accidente natural, es importante atender inmediatamente a la persona y observar si amerita atención médica, dependiendo de la severidad de la reacción (agudeza de síntomas).

Cuando hablamos de atención por ansiedad, hay que aclarar el abanico de profesionales y herramientas necesarias para el manejo del caso.

• Los psiquiatras son formados para atender a nivel farmacológico este y otros tipos de trastornos psíquicos y, dependiendo de su corriente terapéutica, aplica herramientas psicoterapéuticas. Sin embargo, un psiquiatra es en principio un médico con especialidad en psiquiatría, no un psicólogo. Un neurólogo es otra especialidad muy adecuada.
• Los psicólogos son una carta importante a considerar, especialmente para acompañar el proceso terapéutico para sanar la dimensión psicológica y encontrar las raíces inconscientes que conllevan a esa ansiedad y que la persona necesite entender para comprender mejor lo que le angustia. Sin embargo, recordamos que un psicólogo no medica, por ende, en caso de trastornos, es mejor una atención multidisciplinaria.
• Realizar ejercicio: la práctica de ejercicio físico y meditación ayuda a cualquier persona a tener un mayor manejo y afrontamiento del miedo y las emociones. Es un recurso importante a tomar en cuenta, aunque un profesor especialista o un ser querido acompañante será de gran ayuda (no dejar al paciente solo en el proceso).

Este artículo es meramente informativo, en ONsalus.com no tenemos facultad para recetar tratamientos médicos ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a acudir a un médico en el caso de presentar cualquier tipo de condición o malestar.

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