Deshidratación: síntomas y tratamiento

Deshidratación: síntomas y tratamiento

El cuerpo humano de un adulto posee, aproximadamente, un 65% de agua, por lo que este elemento resulta su principal componente. La deshidratación se entiende como la falta de líquidos en el organismo, algo que ocurre cuando se pierde más agua de la que se ingiere por lo que la cantidad de líquido en el cuerpo no es suficiente.

La deshidratación puede clasificarse en leve, moderada o grave en función del porcentaje de peso corporal que se pierda con la misma, una deshidratación grave puede llegar a ser mortal. Los bebés, los niños, los ancianos y las personas enfermas poseen un riesgo mayor a la hora de padecer esta afección, por lo que deben prestarle más atención a la reposición de líquidos. En ONsalus te explicamos todo acerca de la deshidratación: los síntomas y tratamiento de esta condición.

Síntomas de la deshidratación

Cuando el organismo no dispone de la suficiente cantidad de agua, lo manifiesta mediante un conjunto de signos. El principal, ante una deshidratación leve, es la sed cada vez más intensa, la cual puede venir seguida de síntomas como sensación de boca seca y pegajosa, micciones poco frecuentes, orina de color amarillo oscuro y dolores de cabeza.

Si la deshidratación aumenta, pueden aparecer los siguientes problemas:

  • Ojos hundidos y falta de lágrimas.
  • Dolor abdominal, náuseas, vómitos y estreñimiento.
  • Mareos, vértigo, confusión y fatiga.
  • Somnolencia.
  • Piel arrugada y seca.
  • Ausencia de orina.
  • Fontanelas hundidas en bebés.
  • Aumento del ritmo cardíaco y la frecuencia respiratoria.
  • Disminución de la presión arterial.
  • En casos más graves, delirios e inconsciencia.

Se considera que se debe recurrir a atención médica en el momento en que se produce la sed extrema acompañada de la falta de orina, el mareo y la confusión.

Tratamiento de la deshidratación

El único modo de tratar un estado de deshidratación es reponiendo los líquidos que faltan en el organismo y los correspondientes electrólitos, minerales presentes en los líquidos corporales. Sin embargo, el tratamiento se aplicará en función de las características del paciente y del grado de deshidratación en el que se encuentre.

Ante una situación leve, el mejor tratamiento es la toma de agua en pequeños sorbos o chupando cubitos de hielo, algo que proporcionará una hidratación progresiva y refrescante. Existen también soluciones de rehidratación orales a la venta en farmacias que contienen tanto el agua como las sales que será necesario reponer. Especialmente, se recomienda su toma en bebés y niños deshidratados, y también en caso de sufrir afecciones como vómitos o diarrea, por las cuales se pierde gran cantidad de líquido.

Por otro lado, una deshidratación grave precisará de asistencia médica urgente, durante la cual se administrará al paciente líquidos y sales por vía intravenosa en lugar de hacerlo vía oral.

El mejor remedio para esta afección es, sin duda alguna, la prevención. Debemos beber suficiente líquido a diario y ayudarnos también con alimentos ricos en agua, como frutas y verduras. La sed debe ser nuestro referente a la hora de ingerir líquido, pero lo más recomendable es no esperar a tenerla cuando haga mucho calor o estemos practicando ejercicio, de este modo también conseguiremos evitar el temido golpe de calor.

Este artículo es meramente informativo, en ONsalus.com no tenemos facultad para recetar tratamientos médicos ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a acudir a un médico en el caso de presentar cualquier tipo de condición o malestar.

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