Diabetes tipo 2: causas, síntomas y tratamiento

La insulina es una hormona que se produce en el páncreas cuando los niveles de azúcar son altos, su meta es viajar en el torrente sanguíneo para que el azúcar o glucosa sea absorbido por las células y convertido en energía, la cual nos ayudará a realizar nuestras tareas cotidianas.

Sin embargo, debido a factores genéticos y hábitos nocivos, es posible que las células no respondan adecuadamente a la insulina que se produce en el páncreas, haciendo que el azúcar se quede acumulado en la sangre sin ayudar a producir energía y aumentando los niveles de glucosa de forma peligrosa. A esta condición se le conoce como resistencia a la insulina, el paso previo a la diabetes mellitus, si la misma se detecta a tiempo y se realizan los cambios necesarios el paciente podrá mantener a raya esta condición, pero cuando la resistencia avanza el desarrollo de diabetes es inminente.

Las principales factores de riesgo de la diabetes tipo 2 son:

• Factores genéticos, quienes tienen familiares que han padecido de esta condición cuentan con un mayor riesgo de sufrirla.
• Obesidad o sobrepeso, uno de los mayores detonantes de esta enfermedad. El incremento de la grasa en el cuerpo dificulta el adecuado uso de la insulina, detonando esta condición.
• Llevar una vida sedentaria y carente de actividad física.
• Sufrir de colesterol alto o hipertensión arterial.

En una fase inicial la diabetes tipo 2 no presenta ningún tipo de síntoma y solo se puede sospechar de su presencia tras un análisis de sangre común en el que se mida el nivel de glucosa. Realizarnos un análisis de sangre anual para medir el nivel de glucosa y otros factores importantes como el nivel de colesterol o triglicéridos, resulta importante para determinar nuestro estado de salud y atender prematuramente cualquier condición que se pueda presentar. Esta recomendación es especialmente importante en personas mayores de 50 años y en quienes cuentan con antecedentes familiares de diabetes.

Cuando esta condición se encuentra más avanzada y no ha sido detectada o tratada, los síntomas de la diabetes tipo 2 son:

• Fatiga.
• Visión borrosa.
• Aumento del apetito.
• Incremento de la sed.
• Orinar de forma frecuente por el mayor consumo de líquido.
• Incremento de las infecciones especialmente de orina o en la vejiga, riñones o la piel.
• Proceso de cicatrización más lento.
• En las mujeres se pueden presentar desórdenes menstruales.
• En los hombres disfunción eréctil.
• En algunos casos entumecimeinto de manos y pies.

No se suelen presentar todos los síntomas al mismo tiempo ni con la misma intensidad, por ello muchas personas no le dan importancia, ocasionando que la enfermedad avance aún más.

Cuando los resultados de una analítica muestran que los niveles de glucosa son más elevados de lo común, entonces se debe recurrir de inmediato a una consulta médica. Los análisis de sangre rutinarios deben realizarse siempre en ayunas, y aunque los valores de referencia pueden variar ligeramente entre laboratorios, por lo general la glucosa deben estar entre 70 y 110 mg/dL.

Cuando este límite es superado, es muy probable que el médico realice algunos exámenes que permitan diagnosticar la diabetes de forma certera, entre los que destacan:

• Medición del nivel de glucemia en ayunas.
• Examen de hemoglobina A1c.
• Prueba de tolerancia a la glucosa o curva de la glucosa.

Estas pruebas podrían determinar si se presenta resistencia a la insulina, momento en el que se pueden realizar cambios profundos en los hábitos como mejorar la dieta, perder peso y hacer ejercicio con el fin de evitar la diabetes, o si ya se cuenta con esta condición crónica.

El tratamiento de la diabetes es siempre individualizado y dependerá del estado de salud general del paciente. El consumo de medicación dependerá de la evaluación y el criterio médico, sin embargo la forma más eficaz de evitar que los niveles de azúcar suban demasiado y se produzcan complicaciones que pueden poner en riesgo la salud del paciente, es llevar una dieta adecuada y aumentar la actividad física.

Por eso es importante:

• Llevar una dieta seguida de cerca por un médico o nutricionista, en la que se fomente la pérdida de peso, el consumo de alimentos saludables y la alimentación balanceada.
• Algunas recomendaciones básicas es moderar la ingesta de grasa, suprimir o reducir al mínimo el consumo de azúcar procesado, optar por harinas integrales, eliminar la comida chatarra o las frituras, el refresco, los dulces, la bollería y el alcohol, que también contiene azúcar.
• Los postres, mermeladas, bebidas o frutas que se consuman deben ser aptas para diabéticos.
• Realizar ejercicio entre 3 y 5 veces a la semana con el fin de mantener el nivel de azúcar bajo. Actividades como caminar, nadar, montar bicicleta o los ejercicios aeróbicos de baja intensidad son buenas alternativas, sin embargo se requiere seguir pautas especiales para medir los niveles de azúcar en sangre durante la actividad, por lo que se recomienda consultar al médico antes de iniciar el plan de ejercicios.
• Abandonar por completo hábitos nocivos como fumar o beber en exceso.
• En nuestro artículo alimentos prohibidos para diabéticos encontrarás de forma detallada aquellos ingredientes que conviene sacar de tu dieta.

En el caso de que una dieta adecuada y el ejercicio frecuente no ayuden a controlar los niveles de glucosa, entonces el médico podría recomendar la ingesta de medicamentos o el uso de insulina con el fin de regular la glucosa. Seguir al pie de la letra las recomendaciones de un especialista es imprescindible para tratar la diabetes adecuadamente.

La diabetes es una enfermedad crónica que conlleva una gran cantidad de complicaciones las cuales pueden presentarse especialmente en aquellos pacientes que no cuidan su dieta, llevan una vida sedentaria y no mantienen hábitos saludables para combatir esta condición.

Las complicaciones más comunes de la diabetes son:

• Mayor riesgo a padecer enfermedades cardíacas, por lo que se debe cuidar especialmente la alimentación y el consumo de grasas.
• Nefropatía diabética, una enfermedad que afecta el funcionamiento de los riñones cuando el azúcar no se controla adecuadamente.
• Neuropatía diabética, se presenta cuando hay daños en los nervios debido al exceso de azúcar. Esta puede conducir a pérdida de sensibilidad en las extremidades y a condiciones como el pie diabético y la disfunción eréctil.
• Enfermedades oculares que comprometan la vista.

Para evitar todas estas complicaciones resulta básico seguir una dieta estricta, realizar ejercicio y llevar hábitos de vida saludables que permitan luchar contra esta enfermedad.

Este artículo es meramente informativo, en ONsalus.com no tenemos facultad para recetar tratamientos médicos ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a acudir a un médico en el caso de presentar cualquier tipo de condición o malestar.

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