Diferencias entre callo y clavo en el pie

Diferencias entre callo y clavo en el pie

Son muchos los agentes a los que los pies se encuentran expuestos diariamente, como la temperatura y el calzado, cuya textura y tamaño pueden afectar de forma directa a la piel de los mismos.

Las callosidades se producen por un exceso en la producción de queratina y el aumento del espesor de la capa córnea, y pueden llegar a alterar la pisada además de provocar daño en el resto del cuerpo. Conocer y establecer diferencias entre estas lesiones evita la aparición de complicaciones y permite implementar medidas que impidan su proliferación en las diferentes zonas del pie.

Sigue leyendo en este artículo de ONsalus para saber cuáles son las diferencias entre un callo y clavo en el pie.

Qué es un callo en el pie

Los callos son lesiones conocidas como hiperqueratosis localizadas, tienen lugar cuando la piel se endurece volviéndose gruesa. Suelen aparecer en lugares en los que hay roce de forma repetitiva y prolongada.

La piel de algunas zonas de los pies se vuelve más gruesa, dura y amarillenta y los callos pueden ser una forma de protección ante el roce o la presión constante.

El uso de calzado grande o muy ajustado puede causar inflamación de los tejidos blandos periféricos ocasionando dolores que pueden llegar a imposibilitar la acción de caminar. Los callos en los pies provocan un gran dolor, ya que es necesario apoyarse constantemente en ellos para caminar.

Los callos aparecen en la parte externa del dedo gordo y meñique de los pies o incluso en el área del talón.

Qué es un clavo en el pie

Un clavo en el pie es una lesión en la pie, la cual se vuelve gruesa y dura y se caracteriza por la presencia de una dureza amarilla rodeada de una parte más blanda. Con frecuencia, aparece en los dedos de los pies.

Esta lesión se produce por un engrosamiento de la queratina de un callo o de una dureza. Posteriormente, esta crece hacia el interior de la piel del pie en forma de láminas concéntricas dando origen a la formación de un clavo.

Los clavos en los pies se forman por presión o roce continuo por encima e incluso en los espacios interdigitales de los dedos del pie. Esto sucede con frecuencia cuando se llevan zapatos apretados, especialmente, en la parte anterior del pie.

Para más información, consulta el artículo Clavos en los pies: causas y cómo quitarlos.

Cuáles son las diferencias entre callo y clavo en el pie

Ambas lesiones se producen por el mismo mecanismo, pero el callo y el clavo en el pie poseen diferencias particulares como las siguientes:

  • Los callos son indoloros a diferencia de los clavos, que son muy dolorosos debido a su ubicación cercana a múltiples terminaciones nerviosas.
  • Los callos son más grandes: miden aproximadamente 2,5 cm de largo y poseen una parte gruesa de piel muerta mientras que los clavos son lesiones puntiformes pequeñas, así como profundas.
  • Los clavos pueden verse uno o varios de ellos en los dedos del pie, a diferencia de los callos, que aparecen debajo del talón, sobre un juanete o al lado del dedo gordo.

Cuando los clavos son retirados, dejan un agujero profundo en el área del pie donde se ubica. Seguidamente, deben ser desinfectados y aplicar un medicamento para su cicatrización. Por su parte, los callos son retirados frotándolos o limándolos con una lima hasta que se elimina la dureza.

Cómo prevenir los callos y clavos en el pie

Los podólogos son los encargados de tratar este tipo de lesiones. Una vez que aparezcan, estos especialistas te darán una serie de recomendaciones que ayudarán a prevenir su reaparición:

  • Es necesario mantener una buena higiene de los pies, lo cual implica su correcto secado después de la ducha. El secado debe hacerse entre los dedos con especial atención para evitar la humedad al igual que la formación de durezas en la zona interdigital.
  • Evita someter a presiones o rozamientos constantes los pies con el uso de zapatos de tallas muy grandes o pequeñas que ejerzan presión en una determinada zona.
  • La elección de un calzado suave y cómodo es una manera de prevenir la aparición de clavos y callos en los pies.
  • Preocúpate por alternar el calzado a pesar de que te sientas bien usando uno en concreto. De esta manera, podrás dar un descanso a tus pies, evitando así la presión o el constante roce que este puede ejercer en una área específica del pie.
  • Tanto las cremas hidratantes como la vaselina después de la higiene diaria de los pies son esenciales para mantener la piel hidratada además de evitar la aparición de callos o clavos en los pies.

Este artículo es meramente informativo, en ONsalus.com no tenemos facultad para recetar tratamientos médicos ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a acudir a un médico en el caso de presentar cualquier tipo de condición o malestar.

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Bibliografía
  • Bonet, R., & Garrote, A. (2013). Cuidado de los pies. Farmacia profesional, 27(1), 25-29.
  • Ibáñez, M. C., Simón, A. P., & Rubiò, J. B. (2003). Tratamiento de callos y clavos. FMC-Formación Médica Continuada en Atención Primaria, 10(5), 349-358.