La eclampsia se caracteriza por la aparición de crisis epilépticas o convulsiones en mujeres embarazadas y puede derivar en pérdida de consciencia. Esto no ocurre por causa de ninguna enfermedad cerebral, sino a raíz de un aumento excesivo de la tensión arterial de la madre, a menudo tras la semana 20 de gestación. Cuando esto sucede, se producen una serie de espasmos en los vasos sanguíneos del útero que pueden cortar el riego sanguíneo al bebé y privarle de oxígeno.
Llegar a esta fase no solo es peligroso para la vida del feto, sino también para la de la madre. Sin embargo, los controles prenatales que se realizan durante el embarazo suelen detectar la enfermedad en sus comienzos, antes de que aparezcan las convulsiones. En este artículo de ONsalus, te explicamos las causas, síntomas y tratamiento de la eclampsia.
Causas de la eclampsia
La eclampsia aparece siempre tras padecer preeclampsia, una complicación del embarazo que provoca presión sanguínea alta, aumento de peso y presencia de proteínas en la orina al examinarla. Sin embargo, solo 1 de cada 2.000 embarazadas terminan sufriendo eclampsia; cabe añadir que el riesgo aumenta si la preeclampsia se presenta con dolores de cabeza, exámenes sanguíneos anormales y alteraciones en la visión. Algunos de los factores que aumentan las posibilidades de padecer eclampsia son los siguientes:
- Padecer problemas vasculares.
- Ciertas características neurológicas.
- La dieta.
- Factores genéticos.
- Estar embarazada por primera vez.
- Ser adolescente.
- Tener más de 35 años de edad.
- Tener un embarazo múltiple.
- Tener antecedentes de diabetes, hipertensión o enfermedades renales.
Síntomas de la eclampsia
Tener en cuenta los síntomas de la preeclampsia es esencial, puesto que su tratamiento a tiempo es el mejor modo de evitar que empeoren y aparezcan las convulsiones. La preeclampsia se caracteriza por lo siguiente:
- Aumento de peso, mínimo 1 kg por semana.
- Náuseas, vómitos y dolor de estómago.
- Dolores de cabeza.
- Hinchazón en la cara y las manos.
- Problemas en la visión.
Si finalmente la preeclampsia deriva en eclampsia, los síntomas serán:
- Dolores musculares.
- Agitación intensa.
- Crisis epilépticas o convulsiones.
- Pérdida del conocimiento.
Tratamiento de la eclampsia
A la hora de tratar esta patología, el principal objetivo es aumentar el flujo sanguíneo de la madre para que llegue correctamente a su propio cerebro; para ello, el método se basa en sedar a la paciente y reducir su presión arterial.
El siguiente paso suele ser optar por realizar una cesárea si el bebé está suficientemente desarrollado, a menudo a partir de las 28 semanas, puesto que prolongar el embarazo de una mujer con eclampsia es bastante peligroso. En definitiva, el parto es el mejor remedio para evitar poner en riesgo la vida de la madre y el bebé.
En los casos en que la gestación no haya llegado a las semanas suficientes, puede optarse por utilizar medicamentos anticonvulsivos para evitar las crisis epilépticas o iniciar los trabajos de parto; sin embargo, en este caso el feto podría no sobrevivir. Los fármacos para reducir la presión sanguínea son otra opción cuando se quiere prolongar el embarazo algunas semanas más.
Posibles complicaciones
Las mujeres que padecen tanto de preeclampsia como de eclampsia tienen un riesgo muy alto de presentar complicaciones como las que enumeraremos a continuación:
- Desprendimiento prematuro de la placenta.
- Parto prematuro.
- Problemas en la coagulación de la sangre.
¿Cuándo contactar al médico?
Si notas algunos de los siguientes signos, es necesario que acudas a urgencias inmediatamente:
- Sangrado vaginal.
- Dolores de cabeza intensos.
- Pocos movimientos en el bebé.
- Dolor abdominal.
- Pérdida de la visión.
- Náusea y vómitos.
Este artículo es meramente informativo, en ONsalus.com no tenemos facultad para recetar tratamientos médicos ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a acudir a un médico en el caso de presentar cualquier tipo de condición o malestar.
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