El hígado es uno de los órganos más importantes del cuerpo humano, pues entre sus múltiples funciones resalta la metabolización de las grasas durante la digestión de los alimentos en el organismo, lo cual hace posible que estas sustancias sean transportadas correctamente hasta el intestino para, posteriormente, ser desechadas del cuerpo a través de las heces. Cuando el hígado no está funcionando correctamente no puede procesar por completo las grasas y comienza a acumularlas, esto se conoce como hígado graso o esteatosis.
El hígado graso suele ser una afección asintomática, lo cual muchas veces representa un riesgo para la salud, ya que son muchas las personas que padecen esta enfermedad y lo desconocen. La esteatosis, si bien es una patología controlable y totalmente reversible, si no es controlada a tiempo y tratada correctamente puede desarrollar inflamación del hígado, cirrosis hepática no alcohólica y otras complicaciones que comprometen por completo la función hepática. Pero, ¿el hígado graso puede producir cáncer? En este artículo de ONsalus respondemos a dicho interrogante.
¿El hígado graso puede producir cáncer?
El hígado graso, cuando no es tratado, medicado y controlado, representa uno de los principales factores de riesgo para contraer cáncer de hígado. Un factor de riesgo es una variable que incrementa las probabilidades de que una persona sufra una enfermedad. Existen factores de riesgo como el tabaquismo o el hígado graso que son tratables y reversibles, pero también existen otros factores como los antecedentes familiares y la edad que no se pueden modificar.
Los factores de riesgo dependen y varían según la enfermedad, en el caso del cáncer de hígado, la esteatosis representa un riesgo muy importante, y es que cuando no se hace nada para eliminar el exceso de grasa del hígado, la cantidad de grasa sigue aumentando, y esto puede llegar a comprometer tanto la salud del órgano que es capaz aumentar su tamaño y causar insuficiencia hepática que, si no es atendida, en la mayoría de los casos desencadena una cirrosis no alcohólica. Las personas con cirrosis hepática tienen mayor riesgo de sufrir cáncer de hígado.
Es importante aclarar que un factor de riesgo no significa que la persona contraerá la enfermedad, por lo general, se necesita una combinación de más de dos factores de riesgos y hábitos o conductas malsanas que puedan aumentar el riesgo. Por ejemplo, en el caso específico del cáncer de hígado es muy importante tomar en cuenta los hábitos alimenticios y el estilo de vida de la persona, ya que el hígado graso es una afección derivada principalmente de una mala alimentación y una vida sedentaria. La obesidad, la resistencia a la insulina y la diabetes derivan niveles alterados de colesterol en sangre, lo cual, empeora la salud hepática.
Entonces, no podemos decir que el hígado graso causa cáncer de hígado, pero tampoco podemos negarlo. En conclusión, es un factor de riesgo muy importante que al ser diagnosticado debe ser tomado muy en cuenta y debe ser tratado al momento, ya que se trata de una enfermedad que podemos curar y por lo tanto es un factor de riesgo que podemos eliminar. El hígado graso no tratado sí aumenta el riesgo de contraer cáncer de hígado.
Otros factores de riesgo del cáncer de hígado son:
Hepatitis
Los virus de la hepatitis son capaces de infectar el hígado, al igual que el hígado graso también pueden derivar en cirrosis y son responsables de que el cáncer de hígado sea una de las principales causas de muerte en el mundo. La hepatitis B y la hepatitis C son igual de peligrosas para la salud hepática.
Cirrosis
El daño de las células hepáticas deriva de la cicatrización del tejido del hígado, lo cual se considera el deterioro más agudo de este órgano. Sin duda, la cirrosis, alcohólica o no alcohólica, es el factor de riesgo más importante para contraer cáncer de hígado.
Obesidad y diabetes
El hígado graso puede ser una consecuencia de ambas condiciones, y es que tanto la obesidad como la diabetes aumentan la cantidad de grasas que es depositada en el hígado. Por esta razón las dos enfermedades han sido consideradas factores de riesgo del cáncer hepático.
Género y edad
Los hombres son más propensos a sufrir esta enfermedad que por lo general ataca a las personas mayores de 65 años de edad.
Factores ambientales
La exposición a sustancias químicas o el consumo de alimentos ricos en toxinas como la aflatoxina, aumentan el riesgo de contraer este tipo de cáncer. La aflatoxina es un hongo que puede crecer en nueces y frutos secos.
¿Qué hacer si tengo hígado graso?
Como mencionamos anteriormente el hígado graso es una enfermedad totalmente reversible, por lo cambiar algunos hábitos alimenticios y de vida será suficiente para que la persona evolucione y disminuya la acumulación de grasa en el órgano. Sin embargo, lo primero que se debe hacer es aprender a identificar la presencia de esta enfermedad tan silenciosa, por lo que resulta importante mencionar los síntomas del hígado graso:
- Fatiga.
- Pérdida de apetito.
- Náuseas.
- Dolor en la parte superior derecha del abdomen.
- Confusión.
- Hinchazón en las piernas y los pies.
- Pesadez después de comer por dificultad para hacer la digestión.
- En los casos más graves, piel y ojos de coloración amarilla.
Tratamiento del hígado graso
El hígado graso se debe abordar desde distintos enfoques para que así se pueda ofrecer un tratamiento completo que pueda revertir los daños causados en este órgano. El tratamiento ideal para tratar esta enfermedad consta de:
- Alimentación saludable.
- Actividad física.
- Controlar la obesidad o la diabetes.
- Disminuir el consumo de alcohol.
- En el siguiente artículo de ONsalus podrás encontrar información muy completa y detallada sobre cómo debe ser el tratamiento del hígado graso.
Cómo prevenir el hígado graso
Abstenerse de beber alcohol
El alcohol es uno de los tóxicos más agresivos para el hígado, por eso es imprescindible que se modere, y si en la medida de lo posible que se elimine el consumo de esta sustancia. Si hay antecedentes familiares de enfermedades hepáticas hay que erradicar el consumo por completo.
Una buena dieta
Llevar una dieta equilibrada y sana, baja en grasas y rica en vegetales y frutas, es la mejor manera para regular el peso y prevenir tanto la obesidad como el hígado graso. Si ya padeces obesidad es necesario que te pongas en manos de un especialista para que te diseñe una dieta adecuada encaminada a perder peso de forma ordenada.
Llevar una dieta adecuada baja en grasa y rica en frutas y vegetales. Mantener un peso adecuado y evitar la obesidad. Si se cuenta con esta condición es importante buscar un profesional en nutrición e iniciar cuanto antes una dieta para la pérdida de peso. En el siguiente artículo encontrarás 5 recetas para el hígado graso.
Hígado graso
La práctica habitual y diaria de ejercicio físico ayuda a reducir de forma muy notable las probabilidades de padecer hígado graso, a la par que te ofrecerá una mayor calidad de vida y repercutirá positivamente en todos los aspectos de tu salud.
Realizar ejercicio físico con frecuencia pues la actividad reduce notablemente la posibilidad de sufrir de esta condición.
Otros aspectos
Hay más factores a tener en cuenta para prevenir la aparición del hígado graso. Uno de ellos es la automedicación, pues esta práctica tan nociva y tan extendida puede afectar gravemente el hígado, haciéndole trabajar más de lo necesario y saturándolo de tóxicos.
Otro aspecto es la diabetes o la hipertensión, pues si se padecen estas enfermedades es más probable que también aparezca hígado graso. Por ese motivo, si se sufre alguna de estas dos enfermedades es muy recomendable visitar al médico para que controle el desarrollo del órgano hepático.
Este artículo es meramente informativo, en ONsalus.com no tenemos facultad para recetar tratamientos médicos ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a acudir a un médico en el caso de presentar cualquier tipo de condición o malestar.
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