¿En qué consiste la prueba de esfuerzo en cardiología?

¿En qué consiste la prueba de esfuerzo en cardiología?

El corazón es el marcapasos principal del funcionamiento de todo el organismo, siendo su buen funcionamiento fundamental para nuestra supervivencia y calidad de vida. Monitorear y cuidar su salud es importante para cualquiera persona que desee cultivar una vida longeva y gozar en con total plenitud de cualquier actividad.

Una de las pruebas más completas para determinar qué tan bien está funcionando este órgano es la prueba de esfuerzo, con la cual se pueden encontrar o prever daños y una gran variedad de enfermedades. Si sigues leyendo el siguiente artículo de ONsalus podrás conocer en qué consiste la prueba de esfuerzo en cardiología, cuáles son sus fines y el procedimiento para realizarla.

¿Qué es una prueba de esfuerzo cardíaco?

La prueba de esfuerzo cardíaco o ergometría es una evaluación médica que tiene como fin evaluar el rendimiento del corazón, tanto en reposo como durante una actividad que requiera de esfuerzo físico, contrastando ambas situaciones y logrando medir el máximo grado de esfuerzo que el paciente deberá hacer si quiere evitar accidentes cardiovasculares o cualquier otro síntoma o cuadro cardíaco y/o cardiorespiratorio.

¿Qué se puede diagnosticar en una prueba de esfuerzo cardíaco?

Debido a que es un examen muy completo (toma hasta una hora), a través de él es posible evaluar gran variedad de características del funcionamiento cardíaco y detectar anomalías o enfermedades arteriales coronarias, así como su gravedad. Los principales diagnósticos posibles son:

  1. Estenosis aórtica.
  2. Arritmias imperceptibles en reposo.
  3. Cardiopatías isquémicas: angina de pecho y riesgos de infarto al miocardio.
  4. Insuficiencia cardíaca.
  5. Hipertensión arterial.
  6. Cardiopatías congénitas y su gravedad.

Además, la prueba de esfuerzo cardíaco es frecuentada por deportistas de alto rendimiento, que deseen evaluar su potencial máximo seguro de esfuerzo, o por aquellos que ya hayan tenido algún accidente cardíaco o cardiorespiratorio y necesiten monitorear el avance de la recuperación tras dicho suceso. Es utilizado para observar el efecto de medicamentos al corazón.

Cómo es el procedimiento de una prueba de esfuerzo cardíaco

Esta prueba, aunque se extiende por al menos una hora, es considerablemente sencilla para el paciente. Como preparación para la misma, quien será evaluado debe seguir las siguientes indicaciones básicas:

  • No consumir productos con cafeína por lo menos desde 4 horas antes de la prueba. Es decir, retirar café, tés, derivados del cacao y refrescos.
  • No fumar ni consumir alcohol por el mismo margen de tiempo.
  • No haber comido o bebido por lo menos por 3 horas y evitar dulces, ya que el azúcar en sangre podrá alterar el rendimiento.
  • Si toma agua que sea, al menos, 45 minutos antes de la prueba.
  • Evitar ayunos prolongados, a no ser que su médico lo indique.
  • No hacer ejercicio de alto impacto o inadecuado desde la noche anterior.
  • Evite tomar analgésicos, tranquilizantes o cualquier otro medicamento a no ser que el médico se lo permita.
  • Llevar calzados y ropa deportiva cómoda y que se pueda quitar fácilmente.

Al empezar, el médico evaluará el funcionamiento cardíaco aún en reposo, tanto acostado como sentado o de pie. Entre los equipos a utilizar desde esta etapa se encuentra el electrocardiógrafo, el cual consiste en colocar varios electrodos alrededor de la caja torácica. El monitoreo electrocardiográfico se mantendrá durante toda la prueba, tanto en ejercicio como en reposo y además se realizarán de manera periódica o constante (dependiendo también de la tecnología disponible) evaluaciones de la presión arterial.

Para la prueba de esfuerzo se pueden seguir varios protocolos de ejercicio y dificultad, colocando al paciente a trotar en un tapiz rodante (banda caminadora) o bicicleta estática. Lo habitual es ir aumentando la dificultad (resistencia) cada 3 minutos, teniendo esta fase de prueba de esfuerzo una duración máxima promedio de 12 a 15 minutos de ejercicio o hasta que se evidencien signos en el paciente que ameriten detener o pausar la evaluación. Dependiendo del protocolo programado, se agregarán, o no, 1 o varias pausas para descansar.

Entre los indicadores principales que ameritan la suspensión del ejercicio antes de la culminación del protocolo encontramos:

  • Dolor o sensación de opresión en el pecho.
  • Arritmias cardíacas y/o respiratorias.
  • Cambios súbitos o indeseados en la presión arterial.
  • Mareo, náuseas.
  • Molestias intestinales.
  • Cansancio.
  • Anemia o palidez.
  • Sudor frío.
  • Falta de suministro de oxígeno suficiente al corazón detectado por el electrocardiograma.
  • Alcance de la frecuencia cardíaca máxima deseada.

Una vez culminada la prueba de esfuerzo, se realizan los monitoreos finales (esperando unos minutos de descanso), y se sugiere al paciente en la mayoría de los casos no realizar ejercicio físico intenso por el resto del día.

Este artículo es meramente informativo, en ONsalus.com no tenemos facultad para recetar tratamientos médicos ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a acudir a un médico en el caso de presentar cualquier tipo de condición o malestar.

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