¿Es normal la fiebre después de la quimioterapia?

La quimioterapia es uno de los tratamientos médicos usados para tratar el cáncer. Se implementó por primera vez en la década de 1940 y en la actualidad existen más de 100 medicamentos quimioterapéuticos. Según el tipo de cáncer y la etapa en que se encuentre la enfermedad, el médico recomendará el tratamiento más adecuado. Estos medicamentos destruyen las células cancerosas, por lo que pueden ayudar a curar el cáncer, controlar su crecimiento o aliviar sus síntomas.

Lamentablemente, en el organismo algunas células sanas también pueden resultar afectadas. Entre las más propensas a dañarse, se encuentran las células de la médula ósea, los folículos pilosos o raíz del pelo, las células de la boca y del tracto digestivo y los órganos del sistema reproductor. En algunos casos, el médico podrá recomendar algunos medicamentos para proteger al organismo y aliviar los efectos secundarios. Por lo general, los especialistas buscan implementar el tratamiento manteniendo los efectos secundarios en su mínima expresión.

La toxicidad o efectos secundarios siempre preocupan a los pacientes que van a recibir quimioterapia y sin duda es muy importante que se mantengan atentos a los cambios que aparecen en su cuerpo durante y después del tratamiento, pues algunos pueden ser leves, pero otros podrían comprometer el bienestar de la persona. En la actualidad, es mucho lo que el cuerpo médico puede hacer para minimizar la toxicidad de estas medicinas.

Entre los efectos secundarios de la quimioterapia más frecuentes que puede experimentar el paciente, se encuentran:

• Cansancio.
• Caída de pelo.
• Aparición de moretones y sangrados.
• Posibles infecciones.
• Anemia (bajos recuentos de glóbulos rojos).
• Náuseas y vómitos.
• Variación en el apetito.
• Estreñimiento.
• Diarrea.
• Lesiones en boca, lengua y garganta, como úlceras (llagas).
• Dolor al tragar.
• Problemas en músculos y nervios como entumecimiento, hormigueo y dolor.
• Cambios del tono de piel y uñas.
• Cambios urinarios y problemas renales.
• Variación del peso.
• Aturdimiento cerebral o disminución de la capacidad para concentrarse.
• Cambios de humor.
• Cambios en la función sexual y problemas de fertilidad.

Sin duda, en cualquier caso, es indispensable que el paciente comunique a su médico los cambios o desequilibrios que perciba en su cuerpo, tratando de no pasar por alto ningún síntoma por leve que parezca, pues algunos efectos pasarán sin dejar huella, pero otros podrían devenir en males mayores.

En el siguiente artículo, te mostramos algunos remedios para reducir los efectos de la quimioterapia.

La fiebre en pacientes que han recibido quimioterapia es, sin lugar a dudas, un signo de alerta y debe ser motivo de consulta inmediata con el especialista. Se habla de fiebre cuando la temperatura corporal es alta, es decir, que la medición de temperatura se encuentra por encima de 38,3 ºC (o 100.4 ºF). Generalmente, la temperatura corporal aumenta en respuesta a una infección, pero solamente en 50% de los pacientes que desarrollan fiebre después de la quimioterapia, se logra identificar la misma.

Uno de los efectos de la quimioterapia es que afecta al valor de los leucocitos o glóbulos blancos, por lo que dejan al organismo con las defensas bajas y, por ende, vulnerable a las infecciones. Es por esta razón que la fiebre en los pacientes con quimioterapia debe ser evaluada de inmediato por el especialista, pues puede ser el indicio de que el paciente presenta un cuadro infeccioso viral, bacteriano u hongos, que complica su panorama. Entonces, en principio, no es normal la fiebre después de la quimioterapia.

Por otro lado, existe el llamado “síndrome seudogripal”, efecto secundario de muchos tratamientos contra el cáncer que de cierta manera activa los mecanismos antiinflamatorios del sistema inmunitario, generando una respuesta del cuerpo similar a como si hubiera presencia de una infección viral. El síndrome seudogripal incluye entre sus síntomas una elevación de la temperatura que usualmente alcanza los 40 ºC o 104 ºF y que suele ocurrir después de un escalofrío fuerte.

En todo caso, para identificar las causas de la fiebre, se puede realizar un recuento sanguíneo completo, que permitirá conocer el nivel de los leucocitos. Si el paciente se encuentra neutropénico (con recuento de leucocitos bajo), es muy probable que tenga una infección. Entonces, se pueden realizar cultivos para determinar el origen de la misma y así tratarlo con los medicamentos más adecuados. Sin duda, un paciente en esta situación debe ser internado para eliminar la infección y evitar que su condición se agrave.

Es importante tener en cuenta que todas las personas que reciben quimioterapia no reciben los mismos medicamentos y que, además, cada persona según su estado general de salud y sus propias características físicas, los asimilará de manera diferente. En consecuencia, los efectos secundarios afectarán a los pacientes de forma muy distinta. Algunas personas podrán continuar con sus rutinas y otras incluso ameritarán un control médico estricto que limitará sus actividades diarias. Es por ello que es de vital importancia mantener una comunicación muy estrecha con los médicos tratantes y estar muy atentos a los cambios que se presenten por leves que sean.

Este artículo es meramente informativo, en ONsalus.com no tenemos facultad para recetar tratamientos médicos ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a acudir a un médico en el caso de presentar cualquier tipo de condición o malestar.

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