Espondilolistesis: síntomas, causas y tratamiento

La espondilolistesis suele ser causada por un esfuerzo físico que causa el desplazamiento de una vértebra sobre la otra, y por lo tanto es más frecuente en personas que practican a diario ciertas actividades físicas, como por ejemplo fútbol, gimnasia o levantamiento de pesas. Los huesos, discos interarticulares y ligamentos de la columna de un estrés constante que los lleva a crear pequeñas fracturas, desgaste de los discos intervertebrales y alargamiento de los ligamentos, provocando así la espondilolistesis

La región de la columna que mas comúnmente sufre de espondilolistesis es la lumbosacra (corresponde al tercio inferior de la columna), ya que esta cumple una función de soporte mecánico al resto de la columna y, por lo tanto, es sometida a mayores fuerzas.

Según cual haya sido la causa de la espondilolitesis, esta se puede clasificar de la siguiente manera:

• Espondilolistesis ístmica: causada por pequeñas fracturas que debilitan el hueso y lo desplazan.
• Espondilolistesis degenerativa: es la más común y es causada por un desgaste del disco que separa una vértebra de la otra, haciendo que no puedan conservar su posición.
• Espondilolistesis traumática: causado por una fractura o deslizamiento abrupto del hueso.
• Espondilolistesis patológica: la debilitación del hueso es causada por alguna enfermedad, como la osteoporosis.
• Espondilolistesis congénita: se presenta desde el nacimiento. Algunos consideran que debe considerarse una condición distinta a espondilolistesis y no la incluyen dentro de la clasificación de esta enfermedad.

Muchas veces, las espondilolistesis leves no producen ningún tipo de síntoma y las personas pueden llevar una vida normal sin siquiera saber que tiene esta condición. En estos casos, es diagnosticada al estudiar una radiografía de la columna por un motivo distinto.

Cuando hay síntomas, el más común es el dolor de la zona lumbar (la más afectada), que por lo general es más intenso después de hacer algún esfuerzo físico. Cuando la columna ejerce presión sobre algún nervio, puede causar un dolor que se refiere hacia las piernas, junto con sensaciones de hormigueo y entumecimiento.

La presión de la columna sobre el nervio también puede causar una pérdida progresiva de la fuerza, espasmos musculares y pérdida del control de los esfínteres, lo que produce una alteración de las funciones del intestino y la vejiga.

A consecuencia del desplazamiento de la columna, del dolor y de la tensión muscular, la espondilolistesis puede alterar la postura y la forma de caminar. La curvatura de la columna en la región lumbar aumenta y el abdomen sobresale. Los pasos se vuelven cortos y por lo general las rodillas están dobladas.

La disminución de los movimientos y actividad causada por estos síntomas suelen producir otros problemas, como aumento de peso, pérdida de la densidad del hueso, de la fuerza muscular y flexibilidad.

La primera parte del diagnóstico involucra una serie de preguntas para determinar cuáles son las características del dolor que siente el paciente, que lo agrava o calma, e indagar si existe alguna situación que predisponga a la aparición de espondilolistesis, como por ejemplo la práctica de algún deporte. El médico le hará un examen físico al paciente para valorar la postura, movimientos y debilidad muscular.

Después de esto y si hay sospechas de espondilolistesis (o cualquier otra afección de la columna), el médico solicitará la realización de una radiografía de la columna para valorar la posición de las vértebras. Si se sospechase de la lesión de algún nervio o si se necesita una visión más clara de los huesos, se puede indicar una tomografía computarizada o resonancia magnética.

La espondilolistesis se puede clasificar según el grado de desplazamiento de la columna:

• Grado I: desplazamiento de 1 a 25%.
• Grado II: desplazamiento de 26 a 50%.
• Grado III: desplazamiento de 51 a 75%.
• Grado IV: desplazamiento de 76 a 100%.

El tratamiento de la espondilolistesis va a depender de varios factores, como el grado de desplazamiento, edad, estado de salud general y presencia de síntomas.

Tratamiento conservador

El tratamiento conservador suele ser el de elección. Este implica un periodo de descanso y suspensión de cualquier actividad que pueda agravar la condición hasta que el dolor desaparezca. Se suele indicar el consumo de analgésicos antiinflamatorios, como el ibuprofeno y en los casos de dolor más intenso, inyecciones epidurales de corticoides.

Terapia física

La terapia física puede ayudar a reforzar la musculatura del área afectada y minimizar los movimientos de la columna y reduciendo los síntomas. Las terapias manuales realizadas por quiroprácticos, osteópatas y fisioterapeutas pueden contribuir en el alivio del dolor.

Cirugía

El último recurso es la cirugía, la cual está indicada cuando las terapias anteriores no producen una mejoría. El objetivo es estabilizar la columna vertebral en la región donde ocurrió el desplazamiento y aliviar el dolor producido por la lesión sobre el nervio. Por lo general, la cirugía está indicada solo en los grados III y IV.

Estas cirugías pueden implicar la eliminación de una porción del hueso que se desplazó, la fijación de los huesos de la columna mediante el uso de tornillos y la implantación de hueso en la región opuesta al desplazamiento.

Este artículo es meramente informativo, en ONsalus.com no tenemos facultad para recetar tratamientos médicos ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a acudir a un médico en el caso de presentar cualquier tipo de condición o malestar.

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