Fibrosis quística: causas, tratamiento y pronóstico

Fibrosis quística: causas, tratamiento y pronóstico

La fibrosis quística es un trastorno genético en el que se acumula moco en los pulmones, el páncreas y otras partes del cuerpo. Este padecimiento permite que las células epiteliales, que son el tejido que reviste internamente a las cavidades y los órganos huecos de nuestro cuerpo, formen una proteína incompleta que altera el equilibrio que debe haber entre el agua y la sal de nuestro organismo, para que se forme un fluido ligero. Este líquido detiene los gérmenes que entran a los pulmones para luego ser expulsados, pero si esta capa de fluido se vuelve muy densa, los gérmenes quedarán atrapados y se infectarán aún más las vías respiratorias. En ONsalus te explicamos las causas, tratamiento y pronóstico de la fibrosis quística.

Causas de la fibrosis quística

Esta enfermedad es hereditaria y es causada por un gen deficiente que crea de manera irregular, una sustancia pegajosa llamada moco que se va acumulando y afecta no sólo las vías respiratorias sino los procesos digestivos. La fibrosis quística es más propensa a desarrollarse en personas descendientes de europeos, y es diagnosticada a partir de los dos años de edad; en manifestaciones menos graves de la enfermedad pueden no presentar síntomas y no ser detectada hasta los 18 años.

Los síntomas que acompañan a la fibrosis quística son distintos según el área afectada:

En recién nacidos:

  • Ausencia de evacuaciones entre las primeras 24 o 48 horas.
  • Retardo en el crecimiento
  • Sudor salado

Con respecto a la función intestinal:

  • Pérdida de peso
  • Estreñimiento grave
  • Náuseas
  • Heces pálidas

Vías respiratorias:

  • Congestión nasal
  • Sinusitis
  • Fatiga
  • Tos
  • Neumonías
  • Fiebre
  • Pérdida del apetito

Síntomas posteriores:

  • Pancreatitis
  • Malformación en los dedos
  • Esterilidad en hombres

Para diagnosticar la fibrosis quística, será necesario realizar un examen de sangre y si hay un valor elevado para el tripsinógeno inmunoreactivo, es posible que se padezca de fibrosis quística. También se puede detectar a través de una medición en el cloruro del sudor, si se presenta un alto contenido de sal en el mismo es un signo de la enfermedad.

Tratamiento para la fibrosis quística

El tratamiento para la fibrosis quística está basado en evitar la complicaciones, aunque un diagnóstico temprano será importante para poder controlar la enfermedad. Para tratar los problemas pulmonares se suelen recetar antibióticos en dosis más altas a las que se toman normalmente, con la finalidad de prevenir infecciones. Los broncodilatadores son otro medicamento para la fibrosis quística, ya que ayudará a abrir las vías respiratorias, también están las soluciones salinas concentradas para mejorar la expectoración del moco.

Asimismo, se debe hacer el drenaje postural que es una técnica para soltar la mucosidad, donde se dan pequeños golpes con la mano en forma de copa en distintas áreas y posiciones que hagan un sonido retumbante. Deben durar entre 5 y 7 minutos por cada área del cuerpo. El trasplante de pulmón puede ser una opción en algunos casos.

Por otro lado el tratamiento debe abarcar las áreas nutricionales, por lo que las personas con este padecimiento deben tener una dieta rica en proteínas y calorías y consumir suplementos de vitaminas A, D, E y K, además de tomar enzimas pancreáticas que ayudarán a asimilar las grasas y proteínas.

Pronóstico de la fibrosis quística

Los niños que nacen con esta enfermedad pueden tener una vida bastante normal hasta que llegan a la adultez. A largo plazo la enfermedad empeora, incapacitando a la persona que la padece. La edad de vida promedio es de 37 años y la muerte es provocada por complicaciones respiratorias o malnutrición.

Posibles complicaciones

Si la fibrosis quística no es diagnosticada y tratad a a tiempo puede ocasionar daños muchos más graves en el organismo. Algunas de las enfermedades que se pueden presentar son:

  • Insuficiencia cardíaca
  • Neumonía
  • Insuficiencia respiratoria crónica
  • Diabetes
  • Insuficiencia hepática
  • Osteoporosis y artritis
  • Expectoración con sangre

Recomendaciones

Existen algunos cuidados en el hogar que se deben tener en cuenta para que la enfermedad no empeore:

  • Mantente hidratado, sobre todo si vives en un lugar de clima cálido.
  • Haz ejercicios como nadar, trotar o montar en bicicleta, dos o tres veces por semana.
  • Realiza el drenaje postural entre una y cuatro veces al día para evitar acumulaciones de moco.
  • Evita el contacto con humo, polvo, químicos de uso doméstico y hongos.

Este artículo es meramente informativo, en ONsalus.com no tenemos facultad para recetar tratamientos médicos ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a acudir a un médico en el caso de presentar cualquier tipo de condición o malestar.

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