Se conoce como finasteride a un principio activo que se encarga de inhibir la 5-alfa reductasa, lo cual significa que reduce el aumento del tamaño de la próstata y, al mismo tiempo, se encarga de intervenir en la regulación del folículo piloso. En otras palabras, la finasteride impide la transformación de testosterona en dihidrotestosterona o DHT en el organismo y, como este último se encuentra implicado en la aparición de la hiperplasia benigna de próstata o próstata inflamada, es muy utilizada por una gran cantidad de hombres.
A pesar de lo anterior, la finasteride también puede ser empleada con otros fines bajo la receta y supervisión de un médico. Si quieres conocer más sobre este fármaco, en el siguiente artículo de ONsalus te detallamos todo sobre la finasteride: para qué sirve y efectos secundarios.
Finasteride: cuándo se usa
La finasteride sirve para numerosas causas, entre las cuales se destaca la hiperplasia benigna de próstata o HBP. A pesar de la eficacia de esta sustancia, es posible que se utilice en combinación con otros medicamentos, por ejemplo, para esta patología se puede acompañar con doxazosina, que en conjunto pueden ayudar a disminuir hasta un 75% el aumento de la hiperplasia y el riesgo de sufrir una intervención quirúrgica sobre la próstata.
Este fármaco también puede usarse para la alopecia hipocrática o androgénica, lo que comúnmente puede conocerse como calvicie, sin embargo, la dosis es cuatro veces menor que en el caso mencionado anteriormente y sólo se recomienda en hombres de 18 a 60 años de edad. El uso de la finasteride no es recomendado para mujeres, principalmente para aquellas que se encuentran embarazadas, ya que podría causar malformaciones en el feto.
Si bien los dos casos detallados con anterioridad son los usos más frecuentes de la finasteride, esta droga igualmente puede utilizarse como quimioprofilaxis del cáncer de próstata. Gracias a este efecto, puede haber hasta una disminución del 25% del riesgo de sufrir cáncer de próstata cuando se consume por más de 5 años consecutivos, sin embargo, no es para nada recomendable ingerir este producto como un preventivo de esta patología.
¿Cómo usar la finasteride?
El medicamento de la finasteride se presenta en forma de tabletas que deben ingerirse de forma oral, generalmente, se trata de una dosis diaria. Se recomienda tomar este fármaco a una misma hora todos los días y siguiendo las instrucciones tanto del medicamento como del profesional de forma rigurosa.
Asimismo, es indispensable que las dosis siempre sean respetadas y que nunca se administre con más frecuencia de lo indicado. Si se ingiere la finasteride para un tratamiento de hiperplasia benigna de próstata, es importante saber que se puede controlar la infección, pero no curarla; sin embargo, los síntomas llegan a mejorar luego de 6 meses de la ingesta de finasteride y, aunque ya se encuentre bien o la sintomatología sea mínima, es necesario que se siga tomando hasta que el médico indique lo contrario.
Si se está consumiendo este medicamento para tratar la calvicie en un hombre, es posible que se necesiten al menos 3 meses para observar mejorías. Esto se debe a que tanto el crecimiento como la caída del cabello suceden de forma lenta en el tiempo, aunque con 12 meses de iniciado el tratamiento se deben observar grandes mejorías, en caso contrario, es importante que se realice una consulta con un especialista.
Finasteride: efectos secundarios
Como todo fármaco, la finasteride no está exenta de la posibilidad de producir ciertos síntomas adversos, aunque la presencia de uno o varios de ellos también dependen de la predisposición de la persona y si estos no disminuyen es posible que el médico suspenda su administración. Algunos de los efectos secundarios más leves que tiene la finasteride, pero que igual deben ser atendidos por un profesional, son:
- Una disminución del deseo sexual.
- Incapacidad para tener erecciones o mantener una.
- Trastornos de eyaculación.
- Depresión.
- Dolores y molestias en los testículos.
Por otro lado, entre los síntomas más graves de este fármaco, que hacen que sea necesario acudir a un médico con urgencia, se destacan:
- Diferentes cambios en los senos, como el tamaño, la aparición de bultos o secreción de los pezones.
- Comezón o sarpullido.
- Urticaria.
- Hinchazón en la cara o sólo en los labios.
- Dificultad para tragar o respirar con normalidad.
Este artículo es meramente informativo, en ONsalus.com no tenemos facultad para recetar tratamientos médicos ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a acudir a un médico en el caso de presentar cualquier tipo de condición o malestar.
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