Frecuencia cardíaca baja: causas, síntomas y consecuencias

La frecuencia cardíaca baja es conocida como bradicardia, este es el término que se emplea para indicar que existe una alteración del ritmo cardíaco, el cual se encuentra más lento de lo normal. La bradicardia no es una enfermedad, es el reflejo de la presencia de un problema que hay que diagnosticar.

Se habla de bradicardia cuando la frecuencia cardíaca es menor a 60 latidos por minuto en reposo de manera persistente. Estudios realizados por la University Health System reportan que hombres y mujeres de 65 años o de edad más avanzada tienen mayor predisposición a tener la frecuencia cardíaca baja.

Durante el sueño, el corazón disminuye la frecuencia, en personas como atletas o que realicen entrenamiento físico, el pulso puede estar lento. Cuando se trata del caso anterior, una frecuencia cardíaca menor a 60 latidos por minuto no genera peligro ni síntomas.

Existen enfermedades como la del nodo sinusal, que puede dar origen a un latido cardíaco permanentemente lento, es lo que se conoce como bradicardia sinusal.

Las causas de la frecuencia cardíaca baja son múltiples, debido a ello, es necesario conocerlas, ya que puede ser el reflejo de alguna disfunción en el sistema eléctrico del corazón, entre ellas se destacan:

• Lesión del tejido cardíaco por una enfermedad que afecte al corazón, como procesos infecciosos, miocarditis, Enfermedad de Chagas o la presencia de un ataque cardíaco.
• Cirugías cardiovasculares, entre ellas, trasplante del corazón.
• El envejecimiento: en la medida que se avance en edad, el sistema eléctrico del corazón va perdiendo sus capacidades, dando origen a la frecuencia cardíaca baja.
• Enfermedades congénitas.
• Alteración de los electrolitos por aumento de potasio o calcio en sangre.
• Enfermedades metabólicas, como el hipotiroidismo.
• Medicamentos utilizados en el tratamiento de enfermedades cardíacas, hipertensión arterial, betabloqueantes (atenolol, metoprolol y propranolol), los que actúan a nivel del canal del calcio (nifedipina, amlodipina, verapamil) clonidina y la digoxina).
• La presencia de enfermedades autoinmunes de tipo inflamatorias, como el lupus eritematoso sistémico, artritis eritematosa o fiebre reumática.
• Personas que padezcan apnea obstructiva del sueño. Este es un trastorno capaz de producir la interrupción de forma repetida de la respiración.

Como podemos observar, son muchas las causas que pueden dar origen a una frecuencia cardíaca baja, lo importante es detectar la causa para llegar al diagnóstico final e implementar el tratamiento adecuado a la sintomatología que presenta el paciente.

La frecuencia cardíaca baja puede desencadenar los siguientes síntomas:

• Mareos o aturdimiento, sensación de que se va desmayar.
• Síncope (pérdida del conocimiento).
• Sensación de ahogo por falta de aire.
• Cansancio.
• Estado de confusión por pérdida de la concentración.
• Dolor torácico acompañado de palpitaciones.
• Disminución de la presión arterial.

Existen casos donde las personas no presentan síntomas o son imperceptibles, pueden llegar a pensar que son normales y que forman parte de ellos. En estos casos, solo con tomar el pulso, puedes observar cómo late tu corazón. Si lo tienes lento o irregular, debes consultar con tu médico.

En el momento que la frecuencia cardíaca baja comienza a ser evidente en algunas alteraciones que pueden agravar los síntomas ya existentes, el paciente puede presentar:

• Desmayos mucho más frecuentes.
• El corazón pierde la capacidad de bombear la sangre que requiere el organismo para cumplir con sus funciones, lo que puede dar origen a una insuficiencia cardíaca.
• Estas alteraciones pueden degenerar en un paro cardíaco repentino y, en el peor de los casos, en muerte súbita.

La forma más segura de prevenir las consecuencias de una frecuencia cardíaca baja es disminuir el riesgo de adquirir estas enfermedades. En caso de que ya la tengas, debes controlarla siguiendo las siguientes indicaciones:

• Realiza ejercicio acompañado de un régimen dietético saludable. Debes cambiar tus hábitos alimenticios en beneficio de tu corazón, inicia una dieta baja en grasas, azúcar y sal. Aumenta el consumo de cereales integrales, frutas y vegetales.
• Mantener el peso de acuerdo a la talla corporal. El sobrepeso y la obesidad son factores de riesgo importantes en las enfermedades cardiovasculares.
• Dejar de fumar. Si fumas, debes buscar ayuda para erradicar este hábito.
• Reducir al máximo el consumo de alcohol. La ingesta de bebidas alcohólicas para los hombres mayores de 65 años es de solo 2 copas al día, para las mujeres de cualquier edad solo está permitido 1 copa al día.
• Controla el estrés. Este puede ser el detonante para que se agraven los síntomas en esta alteración.

Consulta a tu médico si tienes una enfermedad cardiovascular que debas controlar. No dudes en acudir a tu especialista, él te brindará la orientación necesaria para aliviar la sintomatología que presentas.

Este artículo es meramente informativo, en ONsalus.com no tenemos facultad para recetar tratamientos médicos ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a acudir a un médico en el caso de presentar cualquier tipo de condición o malestar.

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