Gastroenteritis: síntomas y tratamiento

La gastroenteritis es una de las enfermedades víricas más comunes de la actualidad, esta condición produce una inflamación en la mucosa del intestino y el estómago que genera una serie de molestos síntomas. Se le conoce también como gripe estomacal y es producida en la mayor parte de los casos por el contagio de un virus que puede ser transmitido mediante el agua o los alimentos infectados y también de una persona a otra.

Ciertas bacterias y parásitos también pueden conllevar a este trastorno gástrico, que en la mayor parte de los casos cesa a los pocos días de contagio si se trata de un virus y que, en el caso de bacterias y parásitos, requerirá de medicación específica. Cuando los síntomas de esta condición duran menos de 2 semanas se le clasifica como gastroenteritis aguda, si extienden hasta las 4 semanas se define como persistente mientras que cuando la gastroenteritis dura más de un mes se le clasifica como crónica.

Los microorganismos que producen la gastroenteritis pueden encontrar en el agua que bebemos, los alimentos que consumimos y también en muchos objetos que utilizamos a diario y que, de entrar en contacto con nuestra boca o mucosas, podrían conducir a esta condición. Además se trata de una enfermedad que puede contagiarse de una persona a otra, por lo que se debe ser cuidadoso de no intercambiar fluidos u objetos personales con una alguien que padezca de gastroenteritis.

Esta condición puede afectar de forma mucho más severa a los niños, los ancianos y a personas con un sistema inmune debilitado o comprometido, por lo que estos grupos deberán vigilarse con atención.

Los virus que causan la gastroenteritis más comunes son:

• El rotavirus, la principal causa de esta condición en niños, que también puede afectar a adultos de todas las edades.
• El norovirus, otro causante común de gastroenteritis en niños.
• El adenovirus entérico.
• El astrovirus.

Las bacterias también pueden causar esta condición, algunas de las culpables más frecuentes son el el E- coli, el cólera, la Shingella spp, la Salmonella o el Campylobacter. Además ciertos parásitos también pueden ocasionar inflamación en la mucosa gástrica e intestinal, normalmente estos viven en aguas contaminadas siendo la Giardia lambia y el Cryptosporidium los más comunes.

En los casos de gastroenteritis viral los síntomas suelen presentarse normalmente en las primeras 48 horas del contagio, apareciendo de forma repentina y con intensidad.

Los síntomas de la gastroenteritis más comunes son:

• Pérdida del apetito.
• Náuseas y vómitos.
• Diarrea intensa, puede tener presencia de sangre y moco.
• Dolor abdominal.
• Pueden presentarse ruidos intestinales.
• Además se puede experimentar fiebre, escalofríos, fatiga y dolor muscular.

Atender esta condición resulta muy importante pues estas señales pueden conducir rápidamente a un cuadro de deshidratación, especialmente en pacientes más vulnerables.

Normalmente el diagnóstico de la gastroenteritis se realiza con la simple evaluación de los síntomas y el estado del paciente. En el caso de personas que han viajado o que han estado expuestas al virus es más fácil determinar que se trata de gastroenteritis viral, sin embargo si los síntomas no cesan tras 48 horas es probable que se requiera un análisis de heces para determinar si esta condición está siendo producida por bacterias, parásitos o el tipo de virus específico que la ocasiona.

Cuando la condición es causada por un virus se recomienda medicación para reducir los vómitos y la diarrea junto con una dieta blanda que permita que las mucosas gástricas e intestinales se desinflamen. Los antibióticos solo se recomiendan cuando las gastroenteritis ha sido ocasionada por bacterias y siempre bajo indicación médica. No se recomienda ingerir ningún medicamento sin supervisión médica.

Mantenerse hidratado es fundamental por eso se recomienda la ingesta de agua de forma frecuente y en pequeños sorbos, de suero líquido, de sopas ligeras preparadas en casa e infusiones como la manzanilla, que ayudarán a reducir la inflamación y los dolores abdominales.

La hidratación es básica para evitar que el cuadro se complique, además de beber abundante agua, suero líquido y bebidas para deportistas, siempre en pequeños sorbos pero de forma constante, es importante:

• No realizar ninguna actividad extenuante pues el cuerpo se encuentra debilitado por todos los síntomas.
• Se recomienda una dieta blanda para ir probando la aceptación de los alimentos. El arroz blanco, el puré de patatas, las sopas de vegetales o pollo caseras, las cremas de verduras caseras, el pan tostado, el yogur natural, el plátano o la manzana son buenas alternativas para ingerir alimentos durante esta etapa. Come porciones pequeñas y evalúa el modo en el que tu cuerpo reacciona.
• No bebas líquido en grandes cantidades o podrías fomentar el vómito. La ingesta debe ser poco a poco evitando siempre el consumo de zumos, refrescos o tés, ya que estos no son adecuados para esta condición.
• Las bebidas isotónicas no se recomiendan para niños pequeños, en estos casos el suero líquido o en helado son la mejor alternativa.

Si la gastroenteritis no se normaliza y el cuadro de diarrea y/o vómitos se extiende por más de 48 es imprescindible acudir a un centro médico cuanto antes. Es conveniente que si bebés, niños o ancianos presentan los síntomas sean inmediatamente llevamos al médico por tratarse de pacientes más propensos a la rápida deshidratación.

Además se recomienda visitar a un especialista si:

• No se consigue retener ningún tipo de líquido o alimento, es probable que se necesite hidratación intravenosa.
• No hay orina durante 8 horas o más.
• Se presenta llanto sin sangre.
• Las heces contienen sangre.
• Se manifiesta extrema debilidad, boca seca, mareos o desmayos.
• Fiebre que no baja tras 48 horas.

Este artículo es meramente informativo, en ONsalus.com no tenemos facultad para recetar tratamientos médicos ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a acudir a un médico en el caso de presentar cualquier tipo de condición o malestar.

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