¿Los infartos son hereditarios?

¿Los infartos son hereditarios?

Los infartos son accidentes que ocurren cuando un coágulo de sangre bloquea una arteria coronaria, impidiendo el flujo correcto de la sangre y del oxígeno hacia el corazón, cuando esto sucede, el corazón sufre una necrosis (muerte celular). Por lo general, la causa más común de los infartos es la acumulación de placa en las arterias, una sustancia compuesta principalmente por colesterol. Si deseas conocer los síntomas y causas del infarto te invitamos a leer nuestro artículo infarto de miocardio.

Existen ciertos hábitos que aumentan las probabilidades de sufrir un ataque cardíaco, estos se conocen como factores de riesgo y contemplan colesterol elevado en sangre, hipertensión, sobrepeso, diabetes y glicemia elevada en sangre. Pero, ¿son los antecedentes familiares parte de estos factores de riesgo? Descúbrelo en este artículo de ONsalus donde te explicamos si los infartos son hereditarios.

¿Los infartos son hereditarios?

Los infartos son la principal causa de muerte en el mundo, al punto que la Organización Mundial de la Salud registra que 7.6 millones de personas mueren anualmente debido a esta complicación cardíaca. Asimismo, la OMS explica que los daños que ocurren en los vasos sanguíneos comienzan a temprana edad, cuando a través de la mala alimentación las arterias comienzan a formar depósitos de grasa, volviéndose más estrechas y menos flexibles.

Son muchas las investigaciones que se han hecho para determinar si los infartos son hereditarios y hasta los momentos se ha llegado a la conclusión de que esta afección no se hereda. Sin embargo, antecedentes familiares de ataques al miocardio si representan un factor de riesgo, es decir, los hijos de personas que han tenido ataques al miocardio son más propensos a sufrir uno. Asimismo, una persona es más propensa a sufrir enfermedades cardiovasculares si:

  • Su padre o hermano ha sufrido un infarto antes de los 55 años.
  • Su madre o hermana ha sufrido un infarto después de los 65 años.
  • Si padre y madre han tenido enfermedades cardiovasculares antes de los 55 años.

No obstante, existen otras patologías como la diabetes, la hipertensión y el colesterol alto, que sí son hereditarias y aumentan considerablemente las probabilidades de tener un infarto, ya que estas enfermedades son las tres primeras causas de infartos, veamos por qué:

Diabetes

La diabetes está asociada a niveles alterados de azúcar, colesterol y triglicéridos, combinación letal que si no está controlada invita abiertamente a infarto al miocardio. De hecho, es tal alto el riesgo de personas diabéticas que el 50% de quienes sufren un infarto padece esta enfermedad. Pero, ¿por qué? El exceso de azúcar en sangre acelera el estrechamiento y endurecimiento de las arterias (arteriosclerosis), lo cual puede generar un infarto.

Hipertensión

El aumento de la presión arterial causa que las arterias sean más vulnerables, lo cual genera un sobreesfuerzo del corazón para funcionar correctamente y hace que este órgano se debilite. Llevar una dieta baja en sodio, tomar el tratamiento indicado y medir la tensión todos los días es necesario para mantener controlada la hipertensión y evitar un infarto.

Colesterol alto

La acumulación de colesterol en la sangre genera la formación de placa en las paredes internas de la arteria, que es la principal causa de formación de coágulos que impiden el paso de la sangre y el oxígeno al corazón, dando origen a un infarto. Además, estas grasas también son causantes de arteriosclerosis.

Si bien estas son las tres causas principales de infartos, existen otros factores que pueden aumentar el riesgo y que vale la pena conocer y solucionar, sobre todo si tenemos antecedentes familiares de ataques cardíacos. Otros factores de riesgo del infarto son:

  • Consumo de tabaco. El tabaco y su humo contienen muchas sustancias que deterioran no solo los pulmones, también los vasos sanguíneos y el corazón. La OMS explica que los componentes del cigarrillo ocupan en la sangre el lugar del oxígeno que necesita el corazón para funcionar correctamente, lo cual, sin duda, puede aumentar el riesgo de sufrir un ataque cardíaco.
  • Dieta no saludable. Una alimentación basada en muchas calorías, azúcar, grasas, comida rápida, pocas frutas y hortalizas no genera más que complicaciones y sobrepeso. El exceso de peso es una de las principales causas de la diabetes, la hipertensión y el colesterol alto, afecciones cuya relación con el infarto explicamos anteriormente.
  • Sedentarismo. Llevar una vida sedentaria aumenta el colesterol, el azúcar y genera sobrepeso.
  • El estrés crónico, el ritmo cardíaco irregular, el síndrome metabólico y la ingesta de algunos medicamentos también son considerados factores de riesgo.

A medida que una persona reúna mayor cantidad de factores de riesgos en su condición física, mayor será la probabilidad de tener un infarto. De hecho, la OMS asegura que el riesgo está presente a partir de dos factores.

¿Tienes antecedentes familiares de infartos?

¡No pasa nada! Si en tu familia ha habido familiares directos (padre, madre o hermanos) que han tenido un infarto, lo que debes hacer es reducir la menor cantidad de factores de riesgo posibles. Como no puedes cambiar tu genética la clave para prevenir un ataque cardíaco será modificar tus hábitos de vida; y lo puedes lograr de la siguiente manera:

  • Dejar de fumar. Desde el primer momento en que se abandona el vicio del tabaco comienza a bajar el riesgo de padecer de un infarto por el consumo de cigarrillo o inhalación del humo, en el caso de los fumadores pasivos. Si fumas, quizá sea bueno que conozcas lo que ocurre en tu cuerpo cuando dejas de fumar.
  • Actividad física. No es necesario que te conviertas en un atleta, pero sí que practiques ejercicio cardiovascular (caminar, correr, trotar, bailar, bici) al menos 30 minutos todos los días. El ejercicio te permitirá quemar grasa, bajar el azúcar en sangre, disminuir el colesterol, reducir el sobrepeso y, además, aumentará tu resistencia física y te permitirá disfrutar de un corazón saludable.
  • Alimentación ligera. No se trata de ponerte a dieta ni llevar una vida fitness, se trata de mantener una alimentación saludable: baja en grasas, sodio y azúcar, rica en vegetales, carnes magras y grasas buenas. Asimismo, la OMS recomienda mantener un consumo moderado de alcohol, ya que esta sustancias aumentan el colesterol. Cocina tus alimentos al horno, a la plancha o al vapor.
  • Acude al médico. La hipertensión es una condición muy silente, muchas personas la padecen y pocos lo saben. Hacerte un chequeo anual para corroborar que todo marcha bien con tu corazón y el resto de tu cuerpo es vital para prevenir infartos y para tratar a tiempo cualquier factor de riesgo.
  • Trata tus enfermedades. Si eres diabético, sufres del colesterol o eres hipertenso, es importante que sigas el tratamiento adecuado para controlar dichas patologías. Recuerda, mantener tus factores de riesgo controlados y tu salud estable es indispensable para evitar un ataque cardíaco.
  • Controla el estrés. El ritmo de vida ajetreado que llevamos deriva un estrés que aunado a las preocupaciones, responsabilidades y cuentas por pagar pueden generar un estado crónico de ansiedad. Controlar el estrés y la ansiedad es muy importante para evitar cualquier tipo de enfermedades. Te recomendamos practicar la meditación, el yoga o cualquier actividad deportiva de tu agrado para mejorar tu estado emocional.

¿Sabes reconocer un infarto?

La Organización Mundial de la Salud explica que un infarto al miocardio de modalidad grave comienza con un dolor muy fuerte que oprime el centro del pecho y que puede ser persistente durante varios minutos o calmarse y volver a aparecer al cabo de unos minutos. Este malestar puede irradiar dolor hacia los brazos, el hombro izquierdo, los codos, la mandíbula y la espalda. De igual modo, un infarto puede verse acompañado de otros síntomas como:

  • Náuseas.
  • Vómito.
  • Palidez.
  • Mareo.
  • Desmayo.
  • Dificultad para respirar o falta de aire.
  • Palpitaciones aceleradas o arritmia cardíaca.

Un infarto en personas mayores o diabéticas puede ser silencioso y presentarse sin ningún tipo de dolor en el pecho. En el caso de las mujeres, los infartos se manifiestan con náuseas, dolor en la mandíbula, dificultad respiratoria y malestar en la espalda. Toda persona que experimente cualquier síntoma de un infarto debe acudir a emergencias, ya que la atención médica a tiempo es la clave para prevenir un ataque cardíaco.

Este artículo es meramente informativo, en ONsalus.com no tenemos facultad para recetar tratamientos médicos ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a acudir a un médico en el caso de presentar cualquier tipo de condición o malestar.

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