Las lesiones de la espalda son unas de las que suelen causar mayores preocupaciones debido a lo delicado que puede ser cualquier lesión de la columna vertebral o de las proyecciones nerviosas que transcurren dentro del canal de huesos que forman las vertebras. Con el paso de los años las personas se hacen más propensas a sufrir lesiones de espalda por diferentes motivos, por lo general traumatismos. Hacer un esfuerzo fisco excesivo también puede ser una causa de lesiones en la espalda, entre las cuales está la lumbociática aguda, en la cual hacer un esfuerzo indebido puede producir un compromiso de algún nervio, produciendo síntomas que viajan a través de las extremidades inferiores. En este artículo de ONsalus te diremos todo lo que debes saber sobre la lumbociática aguda: causas y tratamiento.
Qué es la lumbociática aguda
Por este nombre se identifica a una condición de la columna en la cual ocurre una compresión de las ramas nerviosas de la médula espinal. Nuestra columna está formada por una serie de vertebras entre las cuales se interpone un disco de cartílago que hace las veces de amortiguador. Cuando alguno de estos elementos produce una compresión sobre las ramas nerviosas de la región lumbar o sacra se originan una serie de síntomas que se extienden desde la región afectada de la espalda hasta los miembros inferiores, pudiendo llegar incluso hasta la punta de los pies.
Lumbociática aguda: causas
La mayoría de los casos de lumbociática aguda se deben a un desgaste del disco intervertebral de la parte afectada que produce una hernia discal que se proyecta sobre los nervios. Esto ocurre casi siempre debido a que una persona cuyo disco se encuentra debilitado realizo un esfuerzo para levantar un peso excesivo desde el piso, sin doblar las rodillas, por lo que todo el peso es soportado directamente por la espalda. Esta sobrecarga hace que el centro suave del disco intervertebral se proyecte sobre la región más débil, la cual cede ante la fuerza y se rompe produciendo así la herniación del disco intervertebral.
Debido a esto, las personas con sobrepeso pueden tener mayor riesgo de sufrir una lumbociática, al igual que cualquier persona que trabaje con pesos. Si bien esta es la causa más común, no es la única, ya que existe un pequeño porcentaje de afectados que sufren de esta condición debido a quistes, tumores o accidentes automovilísticos.
Síntomas de la lumbociática aguda
Se habla de una lumbociática aguda sobre todo los primeros dos o tres días en los que se manifiestan los síntomas. Esta condición se caracteriza por síntomas que se pueden extender desde la región lumbar hasta los pies, pasando por los glúteos, muslos y pantorrillas aunque también puede afectar la región de los testículos, ovarios y vejiga debido al trayecto de los nervios. En la gran mayoría de los casos suele afectar a una sola pierna, y su intensidad y localización van a depender de los nervios comprometidos y la gravedad del caso.
Los síntomas más comunes son los siguientes:
- Dolor severo y difuso, localizado en las regiones descritas
- Dificultad para caminar, mantener el equilibrio o hacer ciertos movimientos, determinado por el nervio afectado
- Hormigueo
- Debilidad muscular
- En algunos casos puede haber incontinencia urinaria o fecal por pérdida del control sobre los esfínteres.
Diagnóstico de la lumbociática aguda
Una parte importante del diagnóstico es la exploración y examen físico junto con la historia de la enfermedad, ya que muchas veces los síntomas de un paciente pueden ser suficientes para diagnosticar esta condición debido a sus características. Otras veces, sin embargo, es necesario hacer estudios radiográficos para descartar otras posibilidades y concluir el diagnóstico de forma correcta. Algunos de los estudios que se implementan son la radiografía de columna, la resonancia magnética y electromiografía, siendo este último bastante útil para determinar el nivel de afección nerviosa.
Tratamiento de la lumbociática aguda
Para la mayoría de los casos de lumbociática aguda es suficiente tener algunos cuidados en casa para lograr una recuperación, utilizando analgésicos desinflamatorios para aliviar el dolor, por ejemplo inyecciones epidurales de esteroides, o agregando tratamientos de fisioterapias cuando sea necesario, con lo cual la mayoría de los casos se resuelven después de 6 semanas. Algunos consejos para la casa son los siguientes:
- Tener reposo durante al menos un día tras la aparición de los síntomas.
- Dormir en un colchón duro, de lado, con una almohada entre las piernas.
- Aplicar compresas frías en la zona afectada durante los dos primeros días y luego sustituirlo por calor.
- Evitar esfuerzo físico y realizar todos los movimientos de forma lenta y calmada para evitar lesiones.
- Distribuir el peso de forma correcta sobre los pies al caminar, manteniendo la espalda recta y los hombros hacia atrás.
- En ciertos casos, para lograr una mejora puede ser necesaria la realización de una cirugía la cual consiste básicamente en eliminar hernia discal con lo cual se elimina la compresión sobre los ramos nerviosos.
La cirugía se considera en los siguientes casos:
- Cuando hay pérdida del control de los esfínteres
- Cuando la limitación del movimiento avanza progresivamente
- Cuando el dolor es intenso y los analgésicos no lo alivian
Este artículo es meramente informativo, en ONsalus.com no tenemos facultad para recetar tratamientos médicos ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a acudir a un médico en el caso de presentar cualquier tipo de condición o malestar.
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