Mucosidad en la garganta constante: causas

El goteo postnasal o goteo nasal posterior se presenta cuando la mucosidad excesiva se acumula en la parte trasera de la garganta, lo que a su vez puede ocasionar tos y molestias en la garganta. Este cuadro, además de sensación de flema pegada en la garganta, produce carraspeo frecuente y molestias generales, tratándose de una de las causas más frecuentes de mucosidad en la garganta permanente en adultos.

Las causas más frecuentes de goteo posnasal son:

• Reflujo gástrico, que al irritar la parte posterior de la garganta aumenta la densidad de la mucosidad presente en esta zona. Si sufres con frecuencia de acidez y reflujo, es importante consultar a un gastroenterólogo para tratar esta condición y reducir así las molestias en la garganta.
• La rinitis alérgica o la presencia de compuestos que causan alergia en el entorno, como el polen, el polvo o los ácaros, también pueden dar origen a este problema.
• El goteo nasal posterior es también una enfermedad común en personas que padecen de sinusitis, tratando esta condición se conseguirá disminuir las molestias.
• Respirar frecuentemente en un ambiente con aire acondicionado o calefacción constante puede hacer que la garganta se seque, lo que aumenta la producción de moco en un intento de equilibrar la humedad en las membranas nasales.

Esta condición debe ser diagnosticada por un otorrinolaringólogo, quien además ayudará a identificar las posibles causas y facilitar un tratamiento oportuno. Los sprays nasales pueden disminuir las molestias en casos oportunos, aunque hasta que no se trate la condición subyacente los síntomas pueden persistir. En el siguiente artículo, mostramos buenos remedios caseros para el goteo postnasal.

La mucosidad en la garganta constante también puede producirse debido a una desviación del tabique, una condición que puede ser hereditaria o producto de algún golpe o traumatismo en la nariz.

El tabique desviado, en muchas ocasiones, no es visible pero se manifiesta a través de obstrucciones nasales o dificultad para respirar, sequedad nasal, ronquidos al dormir, dolores de cabeza e incluso sinusitis. Este cuadro puede ocasionar también un aumento en la mucosidad de la garganta.

El tabique desviado puede diagnosticarse fácilmente en una consulta con un otorrinolaringólogo, quien además indicará la gravedad de la desviación y la necesidad que pueda existir de operar o no, ya que el único tratamiento a esta condición es quirúrgico.

La rinitis alérgica o los cuadros de alergia a factores como el polen, el polvo o los ácaros son también causantes comunes de que la mucosidad se haga más espesa y mocos pegados en la garganta, aumentando las molestias.

En estos casos, la mucosidad en la garganta permanente suele aparecer cuando estamos expuestos a los componentes que nos causan alergia, haciendo que nuestra nariz produzca moco más espeso con el fin de evitar que los alérgenos penetren en nuestro cuerpo. Para reducir las molestias, será necesario tratar la alergia, lo que suele realizarse con antihistamínicos y el uso de sprays nasales. Puedes ampliar esta información consultando el artículo Alergias respiratorias: tipos, síntomas y tratamiento.

Fumar es un hábito con muchas consecuencias negativas sobre nuestra salud, aumentando la posibilidad de padecer diversos problemas respiratorios y cánceres en zonas como la garganta, la lengua, la laringe o la boca.

Fumar con frecuencia además puede ocasionar inflamación en las mucosas que revisten la nariz y la garganta, aumentando la producción de moco espeso que se quedará en nuestra garganta ocasionando molestias, carraspeo y tos.

Dejar este hábito es una medida saludable que ayudará a mejorar la condición de cualquiera que padezca mucosidad excesiva. En el siguiente artículo, puedes ver buenos consejos para calmar la ansiedad al dejar de fumar.

Cuando padecemos infecciones respiratorias comunes como la amigdalitis, la laringitis, la faringitis, la sinusitis u otras condiciones como la neumonía o la bronquitis, la producción de mucosidad aumenta con el fin de dificultar la acción de la bacteria o virus que quiete atacar nuestro cuerpo. Si estas enfermedades infecciosas no son tratadas adecuadamente y se convierten en crónicas, es muy probable que se mantenga la mucosidad en la garganta de forma constante, causando molestias.

Tomar la medicación oportuna para reducir los síntomas de estas patologías crónicas ayudará a disminuir la flema pegada en la garganta y garantizar una mejor respiración.

Cualquier cosa puede irritar a nuestras membranas nasales haciendo que se produzca mucosidad más espesa y en mayor cantidad, por eso si vives en un ambiente muy seco o si estás expuesto a gran polución y contaminación ambiental, es muy probable que esta sea la causa de tu malestar.

Utilizar sprays nasales para mantener la humedad de la zona y reducir los efectos de la contaminación pueden ser la solución ideal para tratar estas molestias. Sin embargo, será necesario visitar a un especialista para identificar el tratamiento más oportuno.

Otra de las afecciones que puede causar mucosidad en la garganta permanente es el reflujo gastroesofágico. Cuando se padece de esta condición, los ácidos del estómago se regresan de forma indebida hacia el esófago, lo cual ocasiona síntomas como ardor o sensación de quemazón que irradia desde la parte superior del abdomen hasta la garganta, náuseas, regurgitación, dolor en el pecho, tos, dolor de garganta y exceso de saliva. Además de esto, la irritación que el reflujo provoca en la garganta puede hacer que esta, en modo de defensa, genere una mucosidad espesa y que, en consecuencia, se experimente esa sensación de flema pegada en la garganta tan molesta.

Cuando el reflujo se presenta con frecuencia, es muy importante acudir a un gastroenterólogo para realizar cambios en la alimentación y tomar los medicamentos adecuados que ayuden a reducir la acidez estomacal. Puedes informarte con más detalle en el artículo Reflujo gastroesofágico: causas, síntomas y tratamiento.

Además de acudir a un médico para determinar cuál es la causa exacta de la mucosidad en la garganta permanente y el posible tratamiento, realizar algunos cambios en tu rutina diaria puede ayudarte a mejorar esta condición y disminuir la presencia de moco.

Algunas recomendaciones que es oportuno poner en práctica para expulsar las flemas son:

• Bebe más líquido, al menos 2 litros de agua al día, pues esto ayudará a hacer que tus fluidos, incluyendo la mucosidad, sean menos espesos y causen menos molestias.
• Limita el consumo de leche y derivados lácteos pues estos aumentan el volumen de la mucosidad pudiendo agravar la congestión.
• También es conveniente reducir la ingesta de cereales a base de trigo, azúcar legumbres y huevos, alimentos que también aumentan la mucosidad.
• Evita fumar o exponerte a elementos que puedan causarte molestias como el humo, la polución, el polen o el polvo.
• Mantén tu casa limpia y libre de polvo aspirando con frecuencia, además es importante lavar de forma frecuente las sábanas para evitar la presencia de ácaros.
• Usa de forma moderada el aire acondicionado y la calefacción con el fin de evitar la sequedad en tu garganta.

Puedes ayudar a expulsar las flemas con alguno de los siguiente remedios naturales:

• Las gárgaras de agua caliente con sal aplicadas 3 veces al día pueden ayudarte a disminuir la mucosidad en la zona y a combatir una posible infección en el caso de que este síntoma se deba a la presencia de alguna bacteria o virus.
• Mezcla un poco de jengibre en polvo con miel y toma 1 cucharada de la preparación 2 veces al día. Te servirá para aliviar la irritación de la garganta y obtener alivio en caso de tos con flema.
• Haz vahos de eucalipto para eliminar los mocos en la garganta y combatir la congestión.
• Una de las mejores infusiones naturales que puedes tomar para expulsar los mocos de la garganta es la de hinojo, pues es un buen expectorante natural. Tómala 3 veces al día.

Este artículo es meramente informativo, en ONsalus.com no tenemos facultad para recetar tratamientos médicos ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a acudir a un médico en el caso de presentar cualquier tipo de condición o malestar.

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