Obesidad: causas y consecuencias

Obesidad: causas y consecuencias

La obesidad se ha convertido en uno de los problemas de salud con mayor incidencia a nivel mundial, consiguiendo cobrar la vida de más personas que la desnutrición o las carencias alimenticias, esto según datos de la Organización Mundial de la Salud. Estadísticas recientes calculan que alrededor del 13% de la población mundial padece obesidad, dando lugar a la aparición y desarrollo de enfermedades relacionadas con los malos hábitos alimenticios y el sedentarismo como la diabetes, condiciones cardiovasculares o problemas articulares y óseos. Es por esto que en ONsalus queremos abordar las causas y consecuencias de la obesidad y algunas recomendaciones para perder peso y ganar salud.

Principales causas de la obesidad

La obesidad es una condición multifactorial en la que muchos aspectos entran en juego para dar lugar a la acumulación excesiva de grasa en el cuerpo y por tanto al sobrepeso que, de avanzar, acabará por convertirse en lo que médicamente se conoce como obesidad: cuando el índice de masa corporal es igual o superior a 30.

Las principales causas de la obesidad son:

  • Una dieta hipercalórica en la que se consume de forma excesiva alimentos ricos en grasa, azúcar, sal y aditivos y pobres en nutrientes y vitaminas.
  • Ausencia de actividad física y sedentarismo. Quienes llevan una vida poco activa e ingieren una gran cantidad de alimentos calóricos son más propensos a padecer de esta condición.
  • La genética también puede ser responsable de la obesidad al menos en un 33%, por lo que esta condición se observa con frecuencia en personas con familiares directos con obesidad o sobrepeso.
  • Determinadas condiciones de salud pueden conllevar también a la obesidad. Este es el caso de problemas como el hipotiroidismo o los ovarios poliquísticos, que relentizan el metabolismo y fomentan notablemente el sobrepeso.
  • Otras causas de la obesidad se deben a determinados factores emocionales vinculados a la comida, por ejemplo comer en exceso cuando estamos tristes o aburridos, lo que puede conducir con el tiempo a un incremento de peso. La ingesta de ciertos medicamentos y los cambios hormonales también pueden tener su efecto en el aumento de peso.

Tipos de obesidad

Los tipos de obesidad se clasifican según la localización de la grasa en el cuerpo, así encontramos:

  • Obesidad androide o abdominal: lo que se conoce como cuerpo de manzana, cuando la grasa se concentra especialmente en la zona del abdomen, el pecho y la cara, dando origen a barrigas prominentes. Quienes padecen este tipo de condición son más propensos a sufrir enfermedades cardíacas y diabetes tipo 2.
  • Obesidad ginoide o periférica: corresponde a lo que se conoce como cuerpo de pera, cuando la grasa se localiza en la zona de las caderas y las piernas. Las personas que sufren este tipo de acumulación de lípidos son más propensas a tener problemas en las articulaciones y condiciones como las varices o los dolores en las rodillas. Es más común en las mujeres.
  • Obesidad homogénea: cuando la grasa se localiza de forma repartida por todo el cuerpo, sin acumularse en una zona en particular.

Consecuencias de la obesidad sobre tu salud

La obesidad es uno de los detonantes más comunes en la aparición de diversas enfermedades, algunas de ellas son condiciones crónicas de las que el paciente nunca se recuperará a menos que cambie sus hábitos de forma profunda y definitiva.

Algunas de las complicaciones de la obesidad son:

  • Incremento en la posibilidad de sufrir diversas enfermedades cardíacas como la cardiopatía y el accidente cerebrovascular ACV. Esta condición causa además patologías como el colesterol elevado o la tensión arterial alta.
  • Alto riesgo a padecer diabetes tipo 2, una enfermedad crónica caracterizada por la elevada presencia de azúcar en la sangre y la imposibilidad de nuestro cuerpo de procesarlo adecuadamente.
  • Esta condición incrementa el riesgo de sufrir diversos cánceres como el de colon, endometrio o seno.
  • Produce una mayor degeneración en las articulaciones y huesos, incrementando el riesgo de sufrir diversas lesiones y también condiciones importantes como la artrosis.
  • Causa dificultades respiratorias que pueden conducir a problemas serios como la apnea del sueño.
  • Un peso más elevado de lo debido puede ocasionar además complicaciones a nivel emocional, generando depresión e inseguridad.

Cómo reducir la obesidad

Del mismo modo que la obesidad se produce por una combinación de factores, conseguir perder peso de forma sana y adecuada también amerita que tomemos distintas acciones para lograrlo.

Por eso es recomendable realizar algunos cambios profundos en nuestra rutina:

Buscar ayuda profesional

Esto es especialmente importante para aquellas personas que desconocen cuál es la forma adecuada de comer o qué alimentos son los más indicados para su edad y estilo de vida. Un profesional podrá ayudarte a comer mejor, a trazar metas en tu dieta y a llevar una alimentación adecuada que se ajuste a tu condición de salud.

Mejorar la alimentación

  • Reduce al mínimo la presencia de alimentos ricos en grasa, azúcar, los dulces, las bollería, los refrescos, el alcohol, las carnes grasas y la comida chatarra.
  • Suma a tu dieta frutas y verduras siempre frescas y nunca congeladas o preparadas, y opta por ingerir carnes magras como el pollo, el pavo y algunos cortes de cerdo y ternera. El pescado es un excelente aliado para perder peso, opta por él siempre fresco.
  • Consume tus comidas preparadas al horno, al vapor, a la plancha o cocidas y evita las frituras y las preparaciones muy grasas.
  • Come 3 comidas principales, desayuno, almuerzo y cena, y dos meriendas una a media mañana y otra en la tarde. Es mejor ingerir 5 comidas al día en porciones moderadas que 3 muy copiosas.
  • Evita picar entre horas alimentos poco saludables como los snacks, la bollería o las chucherías.
  • Suma a tu dieta alimentos que te ayuden a quemar grasas y ganar en salud.

Moverte más

  • Para perder peso es básico quemar más energía de la que gastamos, por eso es imprescindible que te muevas y ejercites cada día. Se recomienda caminar al menos 30 minutos al día como un método básico de mantenerte activo.
  • Además deberás realizar al menos 40 minutos de ejercicio cardiovascular 3 o 4 veces a la semana. Caminar a una intensidad moderada o alta, correr, nadar, montar bicicleta, bailar o realizar disciplinas aeróbicas es ideal para mantener nuestro corazón sano y perder peso.

Este artículo es meramente informativo, en ONsalus.com no tenemos facultad para recetar tratamientos médicos ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a acudir a un médico en el caso de presentar cualquier tipo de condición o malestar.

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