Pleuresía: qué es, síntomas y causas

Pleuresía: qué es, síntomas y causas

Una afección pulmonar poco conocida aunque de frecuencia considerable es la pleuresía o pleuritis, que consiste en la inflamación de las pleuras que recubren a los pulmones y la cavidad torácica. Esta es una condición que puede afectar a cualquier persona sin importar su sexo o edad, pero los adultos son más propensos a ella, mientras que los niños y adultos mayores la desarrollan rara vez.

Este trastorno tiende a ser el resultado de un estado avanzado de alguna enfermedad, que no necesariamente inicia en los pulmones. Además, su duración no suele ser muy prolongada, pero también dependen otros factores, por ejemplo la predisposición de la persona y el tipo de pleuritis, siendo importante acudir con el especialista al detectar los síntomas. Si quieres saber más del tema, te invitamos a leer el siguiente artículo de ONsalus sobre pleuresía: qué es, síntomas y causas.

¿Qué es la pleuritis?

Los pulmones y la cavidad torácica están envueltos en unas capas de tejido llamadas pleura visceral y pleura parietal, respectivamente. Estas capas favorecen la lubricación y protección de los pulmones, permitiendo que dichos órganos se expandan y contraigan con libertad. Asimismo, entre estas pleuras hay un espacio delgado, el espacio pleural, que contiene un líquido, cuya función radica en que los pulmones no choquen con la pared torácica cuando se inflan.

Cuando dichas pleuras se llegan a inflamar e irritar por alguna causa, se considera que se sufre de pleuresía. Esto ocasiona que las capas entren en contacto y se rocen al expandirse los pulmones con la respiración o al toser, lo que suele producir dolor de variable intensidad.

Clasificación de pleuresía

Es posible distinguir varios tipos de pleuresía, dependiendo de cómo cursa la enfermedad, el nivel y el modo de afectación así como el origen de la inflamación. En términos generales, se clasifican en dos grandes grupos que engloban otras variedades, principalmente:

  • Pleuresía seca: consiste en la inflamación de la pleura visceral sin que haya una acumulación de líquido en el espacio pleural. Esto también provoca que la fricción entre las pleuras sea mayor, aumentando el dolor al expandirse los pulmones.
  • Pleuresías húmedas: se caracteriza por la acumulación de un líquido entre las pleuras, conocido como derrame pleural. Gracias a este líquido, la enfermedad resulta menos dolorosa al disminuir el roce entre las capas, no obstante, cuando el líquido se acumula en exceso también puede causar que haya menos espacio para que los pulmones se inflen e incluso puede generar una presión sobre dichos órganos, limitando la respiración. En esta categoría se integran las pleuritis purulentas, hemorrágicas y serosas.

Pleuritis: síntomas

La sintomatología por pleuritis depende en parte de la variedad de la misma, pero algunos síntomas coinciden, aunque pueden no sentirse en la misma intensidad. Es importante saber identificarlos y los más destacados son:

  • Dolor torácico, puede ser de variable intensidad y en algunos casos es posible sentirlo como punzadas, aumentando cuando se inhala profundamente, al toser fuerte o al estornudar.
  • Problemas para respirar de forma normal.
  • Dolor en el hombro, a causa de la propagación de dolor desde el tórax.
  • Fiebre.
  • Pérdida del apetito.

Por otra parte, otros síntomas de pleuresía que podrían estar indicando una variedad más especifica son:

  • Dificultad para respirar, se puede llegar sufrir una intensa sensación de falta de aire.
  • Aumento de la frecuencia respiratoria.
  • Tos recurrente, algunas veces acompañada de secreciones mucosas.
  • Cianosis, es decir, la piel se torna azulada debido al insuficiente aporte de oxígeno. Un ejemplo de ello son los labios morados.

Pleuresía: causas

Existen varios motivos por los cuales puede desarrollarse una inflamación en las pleuras de los pulmones y la cavidad torácica. Al padecer alguno de ellos se corre el riesgo de presentar dicho trastorno; sin embargo, no siempre avanzan a una pleuritis, sobre todo si se trata a tiempo la alteración que haya en el organismo. Se debe poner mayor atención en el caso de sufrir alguna de las causas principales de pleuresía, entre ellas:

  • Infección pulmonar: puede ser de origen bacteriano, viral o fúngica, aunque los agentes infecciosos más frecuentes son los causantes de neumonía bacteriana, tuberculosis y pleurodinia epidémica. Si la pleuresía es debido a una bacteria, el líquido en el espacio pleural puede contener pus.
  • Embolia pulmonar: ocurre cuando la arteria pulmonar es bloqueada por un coágulo, impidiendo que el flujo sanguíneo llegue correctamente a los pulmones, dando como resultado que la pleura se inflame. Generalmente, este coágulo se trata de una trombosis venosa profunda y suele presentarse en las piernas, por lo que si se llega a desprender viaja hasta los pulmones.
  • Artritis reumatoide: aunque se trata de una enfermedad que ataca las articulaciones, al ser una enfermedad sistémica, es posible que la inflamación alcance a afectar a los pulmones y a su vez a las pleuras, que suele ir acompañado de derrame pleural. Sin embargo, la pleuritis como una complicación de artritis reumatoide tiene baja probabilidad, con una incidencia menor del 5% de los casos.
  • Traumatismos torácicos: dependiendo de la fuerza y la intensidad de una acción física externa sobre el tórax, como heridas profundas, golpes en la pared torácica o fracturas en las costillas, puede provocar en las pleuras una lesión directa o por desplazamiento, haciendo que se inflamen y resulte la acumulación de líquido en el espacio pleural, que en pocos casos podría contener también pus.
  • Insuficiencia cardíaca: en un intento del corazón por bombear la sangre necesaria para que el organismo funcione adecuadamente, puede ocasionar un incremento en la presión de la circulación capilar pulmonar y propiciar la entrada en exceso de fluidos al espacio pleural, irritando e inflamando las pleuras. Esta condición representa el 10% de los casos de pleuresía.
  • Lupus eritematoso sistémico: se trata de una enfermedad autoinmune que se distingue por provocar episodios de inflamación en el tejido conjuntivo, afectando diferentes órganos como los pulmones y la capa que los reviste. La pleuresía puede ser seca o húmeda, y si presenta acumulación de fluidos, este suele incluir contenido seroso y componentes sanguíneos.

Este artículo es meramente informativo, en ONsalus.com no tenemos facultad para recetar tratamientos médicos ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a acudir a un médico en el caso de presentar cualquier tipo de condición o malestar.

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