Por qué como y enseguida me dan ganas de ir al baño

Por qué como y enseguida me dan ganas de ir al baño

¿Te está sucediendo que apenas comes sientes la necesidad urgente de defecar? Quienes padecen este trastorno realmente lo sufren y no es nada saludable convivir con esa molestia.

Una digestión demasiado acelerada es tan mala como una muy lenta. Cuando los alimentos no son digeridos apropiadamente, no podemos obtener de ellos los nutrientes que necesitamos y, como consecuencia, sentiremos malestar, falta de energía e incluso pueden presentarse muchas otras enfermedades si no resolvemos el origen del problema.

Puede haber numerosas causas: todos nuestros hábitos influyen sobre nuestra digestión. Por ello, debemos prestar atención a qué comemos, cómo lo hacemos, si descansamos bien, si estamos atravesando un momento estresante o emocionalmente difícil, si realizamos ejercicio, etc.

En este artículo de ONsalus, te explicamos las principales razones por las cuales tu digestión puede estar acelerada, tanto desde la visión científica actual como desde una perspectiva integral. Sigue leyendo y encuentra la respuesta a la pregunta "por qué como y enseguida me dan ganas de ir al baño".

Causas de las ganas de defecar poco después de comer

La medicina científica encuentra que este tránsito acelerado puede corresponder a algunas de las siguientes enfermedades:

Infección

Si comes y vas a defecar inmediatamente, es posible que tus intestinos estén inflamados por una infección bacteriana, vírica o parasitaria.

Se desencadena en este y en los casos que describiremos a continuación lo que se conoce como "reflejo gastrocólico", es decir, que ante la presencia de un nuevo alimento en el estómago, se produce la defecación.

Suele presentarse diarrea o materia fecal blanda, malestar general, fiebre, náuseas, vómitos, dolor abdominal, exceso de gases, mal olor en las heces, entre otros síntomas.

Intolerancia alimenticia

No es casualidad padecer de una intolerancia a un alimento puntual. Son muy frecuentes la intolerancia a la leche o al gluten, pero generalmente existe un trastorno de la digestión de base.

Es fundamental encontrar la causa real del problema digestivo, que no siempre tiene que ver con un alimento puntual, sino que muchas veces hay otros factores importantes como una alimentación poco saludable, mala combinación de alimentos, comer bajo estrés o incluso factores emocionales, como el miedo, las autoexigencias, la ira.

Entonces, es bueno suspender el alimento que genera el trastorno, pero eso no resolverá el problema del todo.

Síndrome de intestino irritable

Aquí también tiene mucho que ver lo emocional. Una persona que padece este problema alterna episodios de estreñimiento con otros de diarrea y suele vincularse con estrés, por ejemplo.

Otro síntoma muy frecuente es el dolor, la hinchazón y el exceso de gases o ruidos intestinales.

Inflamación intestinal crónica

Cuando el problema digestivo se vuelve más importante y profundo, pueden aparecer otros síntomas además de la hinchazón o el hecho de defecar tras comer o las evacuaciones anormales. Esos otros síntomas son más intensos y suelen tener que ver, por ejemplo, con sangrados al defecar y con episodios de dolor intenso con malestar general.

Síndrome de malabsorción

Se produce cuando por una mala digestión, el intestino no puede absorber los nutrientes necesarios a partir de los alimentos. Suele haber una inflamación importante a nivel del intestino delgado que incluso altera su estructura.

Algunas de las enfermedades más frecuentes bajo este nombre son la enfermedad celíaca, la intolerancia a la lactosa, una enfermedad infecciosa llamada Enfermedad de Whipple o bien tras una cirugía intestinal.

Generalmente, al suspender el alimento no tolerado o tratar la infección, esta malabsorción puede mejorar, pero al igual que en los casos anteriores, no es suficiente para corregir el desequilibrio que generó el problema digestivo.

Enfermedades endocrinas

Problemas en las tiroides o del metabolismo del azúcar pueden generar que la digestión sea más rápida de lo habitual. Puntualmente, suele relacionarse a casos de hipertiroidismo o diabetes (conocido como enteropatía diabética o enfermedad intestinal por diabetes).

Estos problemas hormonales tienen que ver con un estado de desequilibrio general en el cuerpo, es por ello fundamental encontrar la causa real y no solamente pensar en corregir la diarrea o el malestar digestivo.

Mal manejo del estrés

Este es un punto clave que puede tratarse de un hecho aislado o bien generar muchos otros trastornos, como un síndrome de colon irritable o desencadenar problemas hormonales.

El estrés solo es útil cuando nos alarmamos por una situación puntual que pone en riesgo nuestra vida, es el modo normal en el que nuestro cuerpo se defiende ante amenazas reales, pero ¿qué sucede cuando esta tensión se produce de manera constante ante situaciones mínimas de la vida cotidiana? Nos enfermamos.

Una posible manifestación es a nivel digestivo con diarrea o ganas de defecar continuamente , sobre todo, después de comer.

Fármacos

Algunas medicinas pueden favorecer este reflejo de digestión acelerada. Tal es el caso de algunos laxantes y la colchicina (fármaco usado para tratar la gota).

Tumoraciones

Ante la presencia de tumoraciones, sobre todo a nivel del colon, pueden aparecer síntomas muy diversos, entre los que puede estar la necesidad de defecar inmediatamente después de ingerir alimentos.

No es algo frecuente, pero debería tenerse en cuenta tras descartar otras posibilidades.

Hábitos que favorecen las ganas de defecar después de comer

Hay algunos hábitos poco saludables que pueden generar que el reflejo gastrocólico se vea aumentado y no necesariamente existe un problema crónico que te vaya a acompañar mucho tiempo. A veces, es necesario revisar tus rutinas y, probablemente, corrigiendo lo que no te hace bien mejores notablemente.

¿Qué comes?

Este es un punto clave. Una alimentación que contenga gran cantidad de alimentos procesados, exceso de carnes, lácteos, productos de bollería, alcohol, tabaco, por ejemplo, puede generar que tu digestión sea más rápida de lo deseable.

No siempre se trata de alimentos poco saludables. El exceso de fermentados, semillas o alimentos mal combinados (como lácteos con sal o queso con tomate) ya pueden ser suficientes para mantener los intestinos inflamados.

¿Cómo comes?

No solo es importante la calidad y el tipo de alimentos, sino cómo estás al momento de ingerirlos. Si comes con apuro, sin masticar lo suficiente, con enojo o con alguien que no quieres estar ya puedes generar una mala digestión.

Si comes bebiendo líquidos y, sobre todo, líquidos fríos, tu digestión también se ve interrumpida y alterada, ni que decir si lo haces junto a bebidas carbonatadas.

Bañarte después de comer

Esta acción también altera la digestión grandemente. No es para nada recomendado ante estos síntomas ni en ningún otro caso.

Emociones mal gestionadas

Enojos y rencores guardados, estar inconforme de manera permanente, las autoexigencias, no respetar lo que sientes y quieres son solo algunos de los ejemplos que pueden generar que tu digestión se acelere sin control.

Sueño alterado

El descanso apropiado es fundamental para recuperar la digestión adecuada de los alimentos. Es deseable:

  • Dormir entre 7 y 8 horas.
  • Dormir de noche.
  • Acostarse temprano: esto es en la primera parte de la noche, después de 3 o 4 horas de que se ha ido el sol (diferente según estaciones y en latitudes extremas del planeta).
  • No dormir de día.
  • Mantener rutinas tranquilas antes de ir a la cama.
  • Evitar las pantallas antes de dormir.

El apuro

Es un mal que nos acecha en esta vida. Estamos apurados para todo y, la mayoría de las veces, sin un sentido claro, pero luego malgastamos nuestro tiempo pasando horas con nuestro móvil. Incoherencias de nuestra "vida moderna".

Ese apuro también apura nuestra digestión. Mejor bajar las revoluciones y reflexionar.

Tratamiento de la digestión acelerada

La manera de mejorar la digestión, fundamentalmente, tiene que ver con encontrar la causa real del problema y no simplemente tapando el síntoma con medicación que haga más lento el proceso.

Sí puedes mejorar transitoriamente con fármacos que aplaquen la ansiedad o incluso con antiinflamatorios potentes, pero si indagas un poco más allá podrás sanar realmente.

Entre los tratamientos que suelen ofrecerse para aliviar los síntomas de la digestión acelerada están:

  • Loperamida.
  • Codeína.
  • Difenoxilato.
  • Antidepresivos.
  • Antibióticos.

Estos pueden utilizarse para tratar los síntomas, pero siempre es conveniente resolver aquello que genera profundamente el desequilibrio intestinal.

Este artículo es meramente informativo, en ONsalus.com no tenemos facultad para recetar tratamientos médicos ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a acudir a un médico en el caso de presentar cualquier tipo de condición o malestar.

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