Por qué me da mucha hambre y sueño

Por qué me da mucha hambre y sueño

La sensación permanente de hambre y sueño afecta a más personas de las que creemos y es que una gran variedad de desequilibrios pueden acompañarse de estos síntomas: alteraciones tiroideas, anemia, cambios hormonales (como los que se experimentan durante el embarazo) o depresión son algunos de los más frecuentes. Pero déjame decirte que muchos de ellos tienen algo en común: la influencia de los hábitos y el estado mental-emocional.

En este artículo de ONsalus, entenderás por qué te da mucha hambre y sueño, ya que encontrarás las principales causas y consejos prácticos para revertirlas.

Alteraciones hormonales

Los cambios hormonales pueden desestabilizar tu cuerpo si estaba en un precario equilibrio. Muchas veces sin darnos cuenta llevamos nuestro cuerpo al límite: muchas horas de trabajo, falta de descanso reparador por las noches, estrés, ansiedad, comer apurada y alimentos que realmente no nutren, demasiadas horas frente a las pantallas, entre otros.

Estos malos hábitos pueden hacer que cualquier cambio hormonal sea vivido con mayor intensidad, con más síntomas y malestares. Tener mucha hambre a cada rato y sentir mucho sueño son síntomas de desequilibrio y pueden aparecer en estados fisiológicos absolutamente normales como la menstruación y el embarazo.

Embarazo

Dos corazones en tu cuerpo no es algo fácil de sustentar. Si tu cuerpo no está en el estado de mayor equilibrio puedes experimentar una gran cantidad de síntomas, como por ejemplo:

  • Dolores en el cuerpo.
  • Dolor de cabeza.
  • Náuseas, vómitos.
  • Exceso de sueño.
  • Mucha hambre.

Es por ello que cuidar tus hábitos en esta etapa tan importante del desarrollo del bebé es clave para que no repercuta negativamente sobre tu cuerpo.

Menstruación

Al disminuir los estrógenos antes de la menstruación puedes experimentar toda clase de síntomas si padeces desequilibrios físicos.

Molestias como el acné, malhumor, dolores en el vientre, dolores de cabeza, mucho apetito o poco, exceso de sueño o incluso problemas para dormir son algunos de los síntomas que pueden aparecer.

Al igual que sucede en el embarazo, en la medida que vayas mejorando tus hábitos podrás sentirte mejor. Más adelante veremos algunos consejos prácticos para que puedas sentirte realmente bien estos días.

Desequilibrios metabólicos

Algunos trastornos del metabolismo pueden generar más requerimientos de energía por parte de tu cuerpo. Cuando la energía se desaprovecha o no se genera adecuadamente puedes experimentar más cansancio, sueño y hambre de lo habitual.

Entre las patologías que suelen presentarse con estos síntomas están:

Alteraciones tiroideas

La tiroides es uno de los órganos reguladores corporales. Las hormonas que esta secreta ejercen acción sobre todas las células de tu cuerpo, haciendo que se pongan en marcha una gran cantidad de procesos metabólicos.

Cuando hay menos cantidad de hormona tiroidea en tu cuerpo puedes experimentar más sueño del habitual, cansancio, tendencia a aumentar de peso, menos energía y puede ser que cambien tus necesidades de alimento. Esto último no solo es por el cambio de requerimientos de los tejidos, sino también porque el hipotiroidismo puede acompañarse de depresión. En ese caso, puedes sentir la necesidad de apaciguar tus emociones negativas con comida.

Hipoglucemia

Si existe alguna alteración en el metabolismo del azúcar esto se traduce directamente sobre tu energía y sensación de bienestar. Puedes experimentar:

  • Decaimiento.
  • Confusión.
  • Sensación de hambre permanente o mayor a lo habitual.
  • Letargia.
  • Somnolencia.
  • Más sueño.

Pero ten cuidado, porque no necesariamente significa que debas comer más azúcar. Cuando el cuerpo entra en desequilibrio es muy probable que debas mejorar tu digestión para sentirte bien. Muchas veces, los problemas hepáticos y pancreáticos que terminan generando resistencia a la insulina empiezan con este tipo de desregulaciones.

Entonces, más bien es preferible concentrarse en mejorar la digestión para poder aprovechar al máximo los nutrientes que ingresan a tu cuerpo.

Diabetes

Como te he comentado, la sensación de hambre y sueño excesivos puede significar que tu cuerpo no está trabajando adecuadamente. La diabetes es un problema en el cual el páncreas sufre debido a las exigencias metabólicas de transformar el exceso de harinas refinadas, azúcar blanca, productos procesados y grasas no saludables.

Esto combinado a la falta de ejercicio se traduce en una falta de respuesta a la insulina. Con lo cual, los niveles de azúcar en sangre se elevan (hiperglucemia) generando toda serie de problemas en distintas zonas corporales:

  • Mal funcionamiento de los órganos metabólicos (páncreas, hígado).
  • Repercusión en el sistema nervioso.
  • Mala circulación.
  • Sobrecarga renal.
  • Bajas defensas y mayor riesgo de sufrir infecciones.

Estos problemas y muchos otros se ven empeorados cuando los hábitos dañinos se mantienen. La medicación que suele utilizarse para tratar a diabetes solo tiende a disminuir los niveles de azúcar en sangre, pero esto genera que la enfermedad se vuelva crónica, ya que no se está yendo a la causa original del problema.

Anemia

La anemia es la disminución de glóbulos rojos en la sangre o una disminución en su función. Estos se ocupan de transportar oxígeno hacia todos los tejidos, elemento fundamental para el funcionamiento corporal.

Por lo tanto, cuando se disminuye este aporte nutricional vital surgen síntomas diversos como:

  • Palidez.
  • Falta de fuerza.
  • Decaimiento.
  • Desmayos.
  • Mucho sueño.
  • Demasiado apetito.
  • Somnolencia.
  • Ruidos en los oídos.
  • Debilitamiento general.

Aquí es clave ir también a la causa de la anemia. La mayor cantidad de los casos está relacionado con una mala digestión y pobre absorción de nutrientes.

Además del típico tratamiento con hierro y alimentos ricos en hierro, es fundamental mejorar el funcionamiento de tu sistema digestivo. Aunque comas los alimentos que supuestamente mejoran la anemia, si no los digieres bien no podrán ayudarte.

Trastornos emocionales y mentales

Como te he comentado, también es posible que la depresión genere tal malestar que puede traducirse en síntomas físicos como aumento del sueño y el hambre. Pueden aparecer también dolores, decaimiento físico, falta de fuerza.

Otro trastorno emocional que puede hacer surgir estos síntomas es la ansiedad. Si bien se trata de una manifestación contraria a la depresión, el estar constantemente en un estado de inestabilidad e inquietud puede generar que sientas una gran cantidad de malestares físicos como:

  • Opresión en el abdomen.
  • Dolores corporales de todo tipo.
  • Náuseas, vómitos.
  • Dolores de cabeza.
  • Contracturas musculares.
  • Necesidad de comer permanentemente o bien falta de apetito.
  • Mucho sueño o insomnio.
  • Cansancio.

Estos síntomas y muchos más se asocian con un estado de alerta permanente, que obviamente no es nada saludable.

Es por ello que si notas que tu mente te está jugando una mala pasada y crees que los síntomas que tienes se deben a un malestar emocional y mental, sería bueno que consideres buscar ayuda. La ayuda de una o un profesional, aprender técnicas de relajación, acudir a alguien de confianza con quien hablar, hacer ejercicio físico o buscar lo que te haga sentir mejor pueden ser claves para superar el problema.

Algo de lo que últimamente se viene hablando mucho porque realmente se han comprobado sus efectos positivos, es el mindfulness o técnicas para aquietar la mente. Se trata de estar más presente en lo que estás viviendo y de esa manera no estar en permanentemente movilización por el pasado o en inquietud por el futuro.

Tus hábitos también pueden generarte más hambre y sueño

Creo que he insistido bastante en este artículo acerca de que tus hábitos pueden llevarte por un camino de bienestar o bien acrecentar los malestares, pero la razón es porque cada vez somos más conscientes de la influencia de lo que hacemos, lo que pensamos y lo que sentimos sobre nuestra salud. Está en tus manos hacer que los desequilibrios aumenten y se vuelvan crónicos o atender a la causa de tu problema.

Te sugiero algunos consejos prácticos para tener menos sueño y apetito:

Duerme adecuadamente

Es necesario que tu cuerpo descanse apropiadamente para que realmente sean reparadoras las horas que duermes y para que los mecanismos hormonales que deben ponerse en marcha lo hagan de manera adecuada. Para ello, te sugiero:

  • Dormir por la noche: durante las horas sin luz, el organismo efectúa tareas de limpieza y reparación de tejido que no se producen si duermes en otros horarios. Es crucial para ello que duermas entre las 23 y las 6 h.
  • Cenar temprano: esta costumbre también favorece el buen descanso y la digestión adecuada de los alimentos que has ingerido, evitando trastornos intestinales, estomacales y metabólicos.
  • Evitar el uso de pantallas antes de dormir: la televisión, el móvil y demás dispositivos electrónicos generan demasiado estímulo cerebral, lo cual impide la relajación que se necesita en las horas previas a dormir.

Dormir mal repercute directamente sobre tu sistema metabólico y hormonal, es por ello que si mejoras este aspecto, probablemente, también mejores tu sensación de hambre.

Evita el exceso de azúcar y harinas refinados

Realmente es fundamental mejorar la calidad de alimentos que ingieres para que tu cuerpo pueda corregir sus desequilibrios. Es el combustible que necesita tu cuerpo para funcionar y no solo es importante qué comes sino cómo lo haces. Comer con tranquilidad, disfrutando los sabores, masticando lo necesario para ensalivar la comida y prestar atención al momento en que sientes saciedad es muy importante.

Entre los alimentos que fácilmente desequilibran el cuerpo están los refinados: azúcar y harina blancos son tremendamente perjudiciales, ya que favorecen la alteraciones metabólicas, digestivas y promueven la inflamación corporal, entre otros problemas.

Por otro lado, el consumo excesivo de estimulantes también puede generar sensación de hambre y sueño. Te hablo del café, las bebidas cola, el té negro, el azúcar.

Es preferible incorporar frutas y verduras de estación, cereales integrales, proteínas saludables (legumbres, frutos secos) y evitar los procesados, aceites vegetales, exceso de carnes, lácteos y frituras.

Comer poco

Comer demasiado es tan perjudicial como alimentarse de manera insuficiente o inadecuada. Es por ello que debes tener cuidado si estás siguiendo una dieta estricta o poco saludable, si cuentas una por una las calorías que ingieres o si en tu dieta faltan alimentos básicos como los carbohidratos saludables.

Sedentarismo

El movimiento es clave para que se active la circulación y se pongan en marcha correctamente los procesos metabólicos de tu cuerpo.

Permanecer muchas horas en reposo, ya sea en una cama o en una silla, genera:

  • Letargia o tendencia a seguir permaneciendo inmóvil.
  • Depresión o ansiedad.
  • Problemas cardiovasculares.
  • Alteraciones digestivas.
  • Problemas metabólicos como el hipotiroidismo o la diabetes.

La respuesta está en el movimiento. No es necesario correr una maratón, pero al menos es necesario empezar por algo. Caminar, nadar, bailar, yoga o cualquier actividad que rompa con la inercia te puede hacer mucho bien.

Falta de estímulo

Muchas veces, caemos en malos hábitos por falta de estímulos externos, pero déjame decirte que nadie más que tú tiene el poder de sanar tu cuerpo y tu mente. No esperes que alguien más lo haga por ti.

Es aquí cuando también son muy útiles las técnicas de mindfulness y relajación para encontrar dentro de ti lo que estás esperando de fuera.

Este artículo es meramente informativo, en ONsalus.com no tenemos facultad para recetar tratamientos médicos ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a acudir a un médico en el caso de presentar cualquier tipo de condición o malestar.

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