Qué causa rigidez en el cuello y cómo aliviarla

Qué causa rigidez en el cuello y cómo aliviarla

El cuello es una de las estructuras más relevantes de nuestro cuerpo y a pesar de ello está bastante más desprotegido que otras. Contiene estructuras vasculares y nerviosas muy importantes, sostiene la cabeza y da paso a estructuras fundamentales para la vida como son el aparato respiratorio y digestivo.

Es por ello que cuando sentimos una rigidez en el cuello nos altera tanto, aún sin darnos cuenta nos complica bastante el bienestar. Diferentes razones pueden generar entumecimiento, tales como: adoptar malas posturas, problemas con la articulación de la mandíbula, artrosis, infecciones e incluso tumores.

Te invitamos a leer este artículo de ONsalus, en él encontrarás las principales causas de la rigidez en el cuello y los tratamientos más efectivos para aliviarla.

Rigidez en el cuello por contractura

Una de las causas más frecuentes del cuello rígido es la contractura de los músculos cervicales y dorsales. Estos músculos son muy fuertes y reaccionan contrayéndose de manera importante frente al estrés, exposición al frío, malas posturas o alteraciones en las articulaciones aledañas.

Disfunción de la articulación de la mandíbula

Es recurrente ver llegar a la consulta a personas que sufren de este trastorno. Además de contractura cervical, pueden padecer:

  • Dolores de cabeza.
  • Dolor en el cuello.
  • Picazón de oídos.
  • Dolor de oídos.
  • Ruido en la articulación que está delante del oído.
  • Apertura de la boca limitada o dolorosa.
  • Mandíbula trabada.

La mayor parte de las veces los problemas de ATM tienen que ver con la contractura de los músculos de la masticación. Por no poder liberar tensión de otra manera, estos músculos se contraen fuertemente y provocan la contracción posterior del cuello.

¿Qué hacer?

Es importante realizar una consulta con un/a profesional especializado en el tema. Habitualmente, son odontólogos especializados en ATM quienes pueden ayudarte a descubrir la causa y el mejor tratamiento según tu caso. Este puede consistir en el uso de una placa de relajación muscular, ortodoncia, kinesioterapia y, en muy pocos casos, puede requerirse cirugía.

El ejercicio físico siempre es una recomendación, ya que descargar tensiones de otra manera puede ser muy necesario.

Malas posturas

Es muy común adoptar malas posiciones en distintos momentos de nuestro día. Es probable que muchas veces no prestes atención a tu cuerpo mientras estás sentada o sentado, trabajas, usas dispositivos electrónicos, haces esfuerzos o incluso adoptas posiciones al dormir que causan contracturas.

Es por ello que ser consciente de tu cuerpo mientras transcurre el día es importante. Por otro lado, prestar atención a lo que hacemos y cómo lo hacemos es una buena manera de aquietar la mente, favorecer la concentración y generar bienestar.

Uso muscular excesivo

Algunas prácticas deportivas o la sobrecarga muscular que puede producirse con el esfuerzo es posible que genere contracturas en el cuello.

El uso repetido de ciertos músculos, la falta de descanso o elongación apropiadas pueden ocasionar problemas musculares y tendinosos que pueden manifestarse con dolor, rigidez e incluso inflamación en la zona.

Traumatismo cervical

Si has sufrido un golpe en el cuello o tal vez tuviste un accidente automovilístico donde tu cuerpo sufrió un latigazo, es muy probable que aparezca cierta rigidez. Tu cuerpo sabe que es más seguro estar quieto y por ello mantiene la contractura muscular.

Si es tu caso, no retrases la consulta médica porque puede haber lesiones graves tras un golpe en el cuello.

Falta de elasticidad

Con el paso de los años, las articulaciones, los ligamentos y los músculos pueden volverse más tensos si no se elongan. A su vez, la falta de hidratación correcta puede empeorar este problema.

La solución viene de la mano con el trabajo de elongación frecuente, la buena alimentación y la hidratación.

Pueden ayudar la incorporación de aceites saludables a la dieta (como por ejemplo el ghee o mantequilla clarificada) y el masaje con aceites en la zona dolorida.

Cefalea tensional

Se trata de un tipo de dolor de cabeza producido por la contractura de los músculos que se insertan en el cráneo, tales como el frontal, el occipital y los de la masticación.

Suele asociarse a problemas en la articulación de la mandíbula y se presenta así:

  • Dolor de cabeza frecuente.
  • Dolor intenso.
  • Sensación de que algo aprieta la cabeza, cómo si una cinta la comprimiera.
  • Náuseas.
  • Rigidez en el cuello.

Se suele relacionar con estrés y mal manejo de las emociones, sobrecarga de tensiones y responsabilidades.

¿Qué hacer?

A menudo, estas cefaleas se repiten constantemente y, si solo te dedicas a tapar este aviso de tu cuerpo con analgésicos, es difícil de solucionar.

Por ello, es clave identificar la causa del problema, intentar gestionar mejor tus emociones y entender por qué sufres de estrés.

Mejorar tu sueño, realizar actividad física, alimentarte mejor y repensar tus hábitos son algunas medidas que pueden conducirte hacia el bienestar que necesitas.

Rigidez por problemas en las articulaciones de la columna

A veces, la rigidez en el cuello no es solo producto de una alteración muscular. Cuando se afectan las articulaciones del cuello como, por ejemplo por artrosis, es muy frecuente que se produzca dolor y entumecimiento en la zona.

La rectificación de la columna, es decir, la pérdida de su habitual curvatura, es un problema que se ve muy a menudo. En ese caso, sí puede haber además una influencia muscular sobre la columna vertebral.

La artrosis es un problema al que también se debe prestar atención. Si bien se considera crónico y progresivo, hay diferentes medidas que puedes adoptar para mejorar:

  • Realizar masajes con aceite de sésamo. Este, al aportar calor, mejora la circulación en la zona, en músculos y articulaciones, favoreciendo su nutrición e hidratación.
  • Consumo de ghee o mantequilla clarificada. Obtendrás grandes beneficios en estas y todas tus articulaciones si la consumes con regularidad.
  • Muévete: cuanto menos lo hagas, más rigidez notarás.
  • Adopta buenas posturas. Dentro de lo que tu cuerpo lo permita, no favorezcas malas posturas que pueden además generar contracturas.

Cuello rígido por problemas neurológicos

En algunos casos de enfermedades neurológicas degenerativas como, por ejemplo, el Parkinson, la rigidez es progresiva. Pueden afectarse los movimientos con temblores y aparecer otros síntomas como movimientos lentos, pérdida del olfato o del equilibrio.

Si bien se considera que la degeneración nerviosa es progresiva e imposible de limitar más que con medicación, los cambios de hábitos son fundamentales para revertir este tipo de procesos. Revisar la alimentación, los hábitos de sueño, de hidratación y de ejercicio son claves a la hora de encaminar al paciente hacia la salud.

Otras enfermedades neurológicas en las cuales puede presentarse rigidez son: accidente cerebrovascular (por problemas en la llegada de sangre al cerebro) o la parálisis cerebral espástica. Ambos casos deben ser estudiados para lograr mejorar las condiciones de salud.

Vértigo

Cuando sufres mareos o vértigo, tu sistema nervioso se da cuenta de que al mover la cabeza los síntomas empeoran. Es por ello que aparece una contractura cervical.

A veces, este tipo de rigidez en el cuello puede ser bastante severa e incluso puedes notarla aún más que los mareos. Es por ello que mucha gente aduce los mareos a las contracturas en los músculos de la región cervical. Creen que la sensación de desequilibrio se debe a que el músculo está contraído pero, en realidad, el vértigo comienza por un problema en los oídos internos o el sistema nervioso central.

Este artículo es meramente informativo, en ONsalus.com no tenemos facultad para recetar tratamientos médicos ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a acudir a un médico en el caso de presentar cualquier tipo de condición o malestar.

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