¿Se puede tomar amoxicilina y naproxeno?

La amoxicilina es un antibiótico muy conocido para combatir algunas bacterias que causan infecciones. Es un fármaco que contempla un amplio espectro con actividad bactericida.

Una investigación indica a la amoxicilina como un antibiótico sintético, análogo a la penicilina, pero con una mejor biodisponibilidad por vía oral. Además, se caracteriza por tener mejor absorción gastrointestinal^[1].

Distintos estudios médicos y farmacológicos refieren este antibiótico para tratar infecciones específicas otorrinolaringológicas, respiratorias y urinarias para adultos y niños, entre las cuales se encuentran:

• Sinusitis bacteriana aguda.
• Otitis media aguda.
• Amigdalitis y faringitis aguda.
• Bronquitis.
• Neumonía.
• Pielonefritis aguda.
• Abscesos dentales.

Presentación y posología

Este antibiótico se encuentra en distintos formatos, entre los más comercializados de administración oral, están los comprimidos, cápsulas y suspensión, y los parenterales, aquellos administrados de manera intravenosa o muscular.

Investigaciones científicas señalan que la dosis de la amoxicilina suministrada para tratar alguna infección específica debe atender a la posible sensibilidad a los agentes antibacterianos, a la gravedad y lugar de la infección, así como la edad, el peso y función renal de la persona.

Asimismo, la durabilidad del tratamiento debe ser lo más corta posible, dependerá del tipo de infección y la respuesta clínica del paciente.

El naproxeno es un antiinflamatorio no esteroideo (AINE), también utilizado como analgésico y antipirético, de efectos beneficiosos para el organismo humano cuando la ingesta es de dosis moderada y en un tiempo limitado.

Es un antiinflamatorio muy común, que sirve para bajar la fiebre y aliviar dolores leves y moderados de: cabeza, musculares, menstruales, resfriado, muelas y otros más. Particularmente, se indica para aliviar los dolores e inflamación producidos por la osteoartritis y la artritis reumatoide.

Una investigación científica refiere que las propiedades farmacológicas del naproxeno se concentran en el componente activo ácidometoxinaftil, un sustrato sintético de potencia antiinflamatoria y de buena absorción a través de la mucosa gastrointestinal^[2].

Presentación y posología

El naproxeno es un medicamento de venta libre que se presenta en formatos de administración oral, como tabletas de acción prolongada, tabletas regulares, tabletas recubiertas de gelatina, suspensión y en gotas.

Un estudio farmacológico describe la posología diaria y tiempo de tratamiento del naproxeno de acuerdo a la edad y peso, es decir, las dosis se precisan según sea el caso para adultos o niños, por lo que las indicaciones de dosis variará en cuanto a concentración, formato y tiempo, y se ajustará la dosis dependiendo de la respuesta clínica del paciente^[3].

Ambos fármacos se pueden tomar juntos, ya que son compatibles, pero hay que tener precaución en el momento de ingerirlos debido a que es muy probable que puedas afectar al sistema digestivo, por eso, es fundamental ingerirlos después de cada comida y, en algunos casos, se recomienda tomar un protector gástrico antes de iniciar algún tratamientos con ellos.

Lo apropiado es ingerir amoxicilina y naproxeno juntos, siempre y cuando el especialista lo indique para prevenir complicaciones peligrosas que pudieran desencadenar en efectos adversos.

En el caso de estos medicamentos, según referencias médicas, sí pueden combinarse, atendiendo a varias razones, entre ellas, que se utilizan para aliviar malestares diferentes y los componentes activos de ambos no interfieren entre ellos.

La efectividad de los medicamentos varía según la presentación o formato en que se suministre y dependerá de la concentración y la manera en que entre al organismo.

La presentación parenteral o inyectables son las que actúan más rápido, ya que el fármaco no amerita pasar por el sistema digestivo, se suministra directo a la sangre. Los formatos orales llegan primero al estómago o intestino y, posteriormente, a la circulación general del organismo, por lo que tarda más en ser efectivo.

Las mujeres embarazadas pueden consumir ciertos medicamentos para aliviar malestares que se les presente, como infecciones urinarias, dolor de muela, dolor de cabeza, dolores musculares, fiebre entre otros, estrictamente bajo vigilancia médica, es la única manera de garantizar la seguridad de ella y del bebé en crecimiento.

La amoxicilina es unos de los antibióticos que pueden tomar las mujeres embarazadas según algunos reportes médicos, tomando en cuenta la dosis precisa y el tiempo necesario. Este fármaco está clasificado por la FDA (Administración de Medicamentos y Alimentos), en el riesgo B, es decir, no presenta efectos secundarios durante la gestación bajo orientación medica.

En contraste, el naproxeno y otros antiinflamatorios no esteroideos no es recomendable tomarlos en el embarazo, particularmente, en el último trimestre, ya que existe la probabilidad de alterar el flujo sanguíneo del bebé.

Siempre debes consultar al médico antes de ingerir cualquier fármaco para evitar alteraciones en el desarrollo de formación y crecimiento del feto, es importante las evaluaciones riesgo/beneficio.

• La amoxicilina puede tomarse en la mañana, tarde o noche, en ayuno o después de cada comida, lo fundamental es ingerirla previa prescripción médica.
• El naproxeno debe tomarse previa valoración medica, por lo que es un antiinflamatorio sin esteroides de mayor riesgo para un ataque cardíaco o un accidente cerebrovascular cuando se consume por tiempo prolongado.
• Es importante comunicarle al especialista los medicamentos que regularmente se toman para que se pueda establecer una prescripción médica precisa y correcta de estos fármacos.
• Nunca hay que desajustar la dosis indicada de estos medicamentos por el especialista, no se debe tomar ni más ni menos, y tampoco consumir más tiempo del indicado.

Este artículo es meramente informativo, en ONsalus.com no tenemos facultad para recetar tratamientos médicos ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a acudir a un médico en el caso de presentar cualquier tipo de condición o malestar.

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