Síntomas de una bajada de azúcar y qué hacer

El azúcar en sangre, conocido médicamente como glucemia, es necesario para que todo el organismo cumpla sus funciones adecuadamente.

Los niveles de glucemia deben estar entre 70 y 100 miligramos por decilitro (mg/dl) para que cada tejido reciba el aporte de combustible necesario, incluido el cerebro.

Cuando se ingieren alimentos que contienen hidratos de carbono, se absorbe el azúcar que el organismo necesita y esta circula por el cuerpo.

Tras un tiempo sin comer, el azúcar baja levemente. Esto genera que se consuman las reservas que tiene el cuerpo y así se cubren los requerimientos necesarios de glucosa.

Puedes ver más información en el artículo Valores normales de glucosa en sangre.

La glucemia puede variar sobre todo cuando hay problemas de metabolismo. El caso más frecuente es en la diabetes tratada con fármacos, los cuales tienen por finalidad bajar los niveles de azúcar en sangre. Si sufres de diabetes, el problema radica en que el páncreas está agotado y no produce la cantidad de insulina que necesita para metabolizar el azúcar que ingieres.

Al indicarte medicación para bajar el azúcar, solo se está tratando un síntoma, pero no se está yendo a la causa original por la cual estás en esa condición.

Como el descenso de glucemia se produce de manera "artificial", el organismo no puede poner en marcha los mecanismos normales de regulación. De hecho, estos mecanismos son los que fallan debido a los hábitos y alimentación poco saludables en una persona con esta enfermedad. Es por ello que si solo regulas tu azúcar con fármacos e insulina inyectable y no dejas de lado lo que en verdad te enferma, estás dañando cada vez más a tu organismo.

¿Cuándo se considera bajada de azúcar?

Se dice que la glucemia está baja cuando esta desciende por debajo de los 70 mg/dl. En ese momento, el organismo está intentando funcionar pero no le llega el combustible necesario. El cerebro necesita actuar pero no tiene lo más clave: el azúcar.

Ante esta bajada de azúcar, es muy probable que aparezcan una serie de síntomas que ponen de sobre aviso al organismo para que puedas corregirlo:

• Hambre.
• Cansancio.
• Falta de fuerza.
• Confusión.
• Irritabilidad.
• Ansiedad.
• Sudoración.
• Temblores.
• Palpitaciones.
• Hormigueo en la cara.
• Palidez.
• Visión borrosa.
• Pérdida de conocimiento.
• Convulsiones.
• Desorientación.
• Alteración en el comportamiento.

La gravedad de los síntomas dependerá de cuán baja está el azúcar y cuánto tiempo llevas en ese estado. Como hemos dicho, los sistemas de autorregulación fallan porque no le estás permitiendo a tu cuerpo funcionar adecuadamente.

Si repentinamente aparecen uno o varios de los síntomas de una bajada de azúcar, es importante que te detengas y actúes para sentirte mejor.

Si padeces de diabetes, es importante que midas tu glucemia para saber si lo que sientes en realidad corresponde a una bajada de azúcar. Puedes tomar en cuenta los siguientes consejos:

• Siéntate.
• Mide el azúcar: si está por debajo de los 70 mg/dl, significa que tienes hipoglucemia.
• Ingiere azúcar de fácil absorción. Bastará una cucharada de azúcar integral o mascabo (o común, aunque el refinamiento la hace indeseable para el organismo), 2 cucharaditas de miel o un caramelo. Evita ingerir al mismo tiempo otro tipo de alimentos, como grasas o proteínas, para que la absorción sea más rápida.
• Espera 15 minutos en reposo.
• Vuelve a medir el azúcar.
• Si aún tus niveles están por debajo de 70 mg/dl, ingiere nuevamente la misma dosis de azúcar.
• Controla tu glucemia nuevamente en 15 minutos.
• Repite los pasos hasta que el azúcar supere los 70 mg/dl.

Si no eres diabético y padeces esos síntomas, deberías ingerir algo dulce y acudir a un centro de salud lo más pronto posible.

Estos síntomas también pueden deberse a problemas cardíacos, vasculares y nerviosos, entre otros. Es por ello que si los síntomas persisten aún tras consumir azúcar, deberías recibir un control médico.

Es posible que si padeces hipoglucemia frecuentemente, tu organismo se acostumbre a no emitir señales cuando esto suceda, lo cual puede ponerte en un estado de mayor vulnerabilidad.

Si tu organismo permanentemente alterna entre niveles altos y bajos de glucosa, debes revisar lo que estás haciendo para mejorar tu enfermedad. Como te hemos comentado, no puedes relajarte en que ya tienes medicación para la diabetes, ya que solo estás ocultando una de las tantas señales que te envía tu cuerpo para decirte que algo no anda bien.

La diabetes es una enfermedad crónica que puede mejorar grandemente, y aún curarse, si te decides a cambiar tus hábitos, ya que estos hábitos son el origen de tu patología. Piensa si:

Permaneces quieto/a gran parte del día

El sedentarismo favorece todos los problemas metabólicos. Realizar al menos 30 minutos de movimiento diario ayuda a que tus músculos utilicen la glucosa que circula por la sangre y, de esta manera, baja naturalmente.

Por otro lado, al hacer ejercicio se generan endorfinas que te harán sentir mejor tanto física como emocionalmente, pero cuidado porque el ejercicio en exceso tampoco es saludable, ya que genera un debilitamiento progresivo.

Tu alimentación te está dañando

Si consumes con frecuencia alimentos poco saludables, tu cuerpo no se nutre adecuadamente y genera demasiados residuos tóxicos que dificultan su funcionamiento. Entre ellos, están:

• Procesados: se trata de productos con colorantes, conservantes, endulzantes, aceites o mantecas vegetales, etc. Los productos light son los más engañosos, ya que al hacer creer que son saludables se consumen cantidades demasiado grandes de estos "alimentos" poco sanos.
• Refinados: azúcar, harina y sal están presentes en la mayoría de los productos que se consumen a diario y sus efectos en el cuerpo son muy dañinos.
• Exceso de carnes: más aún del origen que acostumbramos consumir, de animales mal alimentados, excesivamente inyectados de químicos y sumamente sedentarios.
• Exceso de lácteos: solo la leche tibia de buen origen y en pequeña cantidad puede ser bien digerida. Cuando las cantidades son excesivas, las vacas que la proveen están enfermas o se consumen excesivos derivados lácteos, aparecen los problemas.
• Mala combinación de alimentos.
• Cantidad excesiva de comida.
• Comer con demasiada frecuencia: si tus platos incluyen una cantidad adecuada de cereal integral, una proteína sana (como las legumbres) y dos o tres vegetales de estación estarás comiendo un plato saludable que te otorgará satisfacción hasta la siguiente comida. De esta manera, le das la posibilidad a tu organismo de digerir adecuadamente, lo cual lo nutrirá y mantendrá adecuados los niveles de azúcar.

Tu mente te juega una mala pasada

Canalizar la ansiedad o el malestar emocional en la comida es un error tremendo en el que la mayoría de nosotros ha caído.

Revisa qué te hace mal y procura evitarlo. Calmar la mente y buscar la paz son algunas de las salidas para dejar de intentar solucionar tus problemas abriendo la nevera.

Busca ayuda si lo necesitas. Hay muchas personas capacitadas para ello.

Este artículo es meramente informativo, en ONsalus.com no tenemos facultad para recetar tratamientos médicos ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a acudir a un médico en el caso de presentar cualquier tipo de condición o malestar.

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