Sonambulismo: causas, síntomas y tratamiento

Se entiende por sonambulismo aquel trastorno del sueño en el que la persona es capaz de levantarse de su cama, salir de ella, caminar por la habitación o por casa e incluso realizar acciones automáticas como hablar, mover muebles, comer, vestirse y en algunos casos salir de casa, lo que se conoce como sonambulismo completo. Existe otra forma de esta condición, el sonambulismo incompleto, en el que la persona se llega a levantar pero sin embargo acaba por no abandonar la cama, acostándose nuevamente.

Esta condición se presenta normalmente durante la etapa del sueño profundo no MOR, en la que aún no se manifiestan los sueños más vívidos. Erróneamente se cree que los sonámbulos actúan según las escenas que están viviendo en sus sueños, pero ahora se sabe que debido a que la mayoría manifiesta el trastorno en una etapa no MOR, no están soñando de forma vívida o profunda. Los sonámbulos suelen actuar durante el ciclo de sueño desincronizado profundo, por lo que los episodios se presentan normalmente en las primeras horas del descanso y duran en media 10 minutos, aunque pudieran extenderse durante media hora o más.

Lo común es que la persona sonámbula regrese por sí misma a la cama o que se quede dormido en cualquier otro lugar de casa, en estos casos al despertar suele haber cierto desconcierto. Aunque muchas de las personas que padecen este trastorno no recuerdan lo que han hecho al despertar, existe un grupo que sí puede identificar los casos en los que han sido sonámbulos y recordar, tal y como lo hacemos con un sueño, algunas de las acciones que han realizado durante la noche.

El sonambulismo es más común en los niños que en los adultos, presentándose con mayor frecuencia entre los 5 y 12 años, aunque como ya hemos explicado anteriormente puede afectar también a los adultos.

Las causas del sonambulismo no se conocen con exactitud, sin embargo hay varios aspectos que se sabe detonan esta condición. En la actualidad se maneja la teoría de que este trastorno del sueño puede ser hereditario,ya que se presenta con frecuencia en niños con uno o ambos padres que han sido sonámbulos, sin embargo existen otras causas relacionadas al buen descanso que pueden desatar episodios de sonambulismo:

• Fatiga.
• Falta de sueño o dormir mal durante varios días.
• Ansiedad y estrés.
• Se presenta con mayor incidencia en niños con otros trastornos como terrores nocturnos o enuresis (hacerse pipí en la cama).

El estrés, la fatiga y la ansiedad también son detonantes comunes para el sonambulismo en los adultos, sin embargo otras causas pueden llevar a esta condición por ejemplo:

• Consumo de alcohol o drogas.
• Padecer de epilepsia o haber sufrido convulsiones.
• Sufrir de trastornos mentales diversos como esquizofrenia, trastorno bipolar, etc.
• Si el sonambulismo comienza en la tercera edad entonces puede indicar algún trastorno del sueño MOR o pérdida de las facultades mentales relacionadas con la edad.

Los síntomas del sonambulismo suelen ser bastante claros, sin embargo para quien nunca ha presenciado un episodio no es fácil detectar si la persona está dormida o despierta. Las señales más habituales son:

• La persona se levanta de la cama, camina y realiza actividades con los ojos abiertos.
• El rostro del sonámbulo luce inexpresivo.
• Pueden hablar e iniciar conversaciones con frases sin sentido o que no tienen conexión con la acción que ejecutan.
• Si por algún motivo despiertan durante el episodio de sonambulismo, la persona suele sentirse desorientada y confusa.
• Si se despierta a la persona sonámbula es posible que su reacción sea algo violenta o agresiva producto de la confusión del episodio.
• En casos de sonambulismo incompleto, el niño o adulto pueden incorporarse, hablar o hacer gestos o movimientos pero sin salir de la cama.

Muchas personas se preguntan si ser sonámbulo representa un peligro, y aunque de forma general la respuesta es negativa, es importante tener en cuenta que algunos sonámbulos se lesionan o tropiezan al caminar dormidos, lo que puede propiciar caídas y traumatismos diversos. En estos casos se recomienda que si hay un sonámbulo en casa (niño o adulto) no dejemos objetos atravesados en pasillos o en la entrada de las habitaciones y recojamos todos aquellos juguetes u objetos que pueden ocasionar caídas.

Adicionalmente las ventanas y puertas deben permanecer bien cerradas pues algunos sonámbulos se pueden salirse de casa, una condición más común de lo que parece. Respecto a la salud general de la persona, el sonambulismo suele ser una condición inofensiva que remite con el tiempo, cuando se mejoran los hábitos de sueño y se reduce el estrés. Si la persona presenta episodios de violencia o agresividad al ser sonámbulo, se recomienda consultar con un especialista en trastornos del sueño.

Respecto al mito que dice que despertar a un sonámbulo puede ser peligroso, el mismo es completamente falso. No hay peligro en despertar a alguien que camina dormido, sin embargo debe evitarse e intentar que la persona vuelva delicadamente a su cama, esto se debe a que si despertamos al sonámbulo el mismo se sentirá confuso y desorientado, por eso lo ideal es acompañarlo hasta su cama para que continúe durmiendo.

La mayor parte de los pacientes no necesita ningún tipo de tratamiento para el sonambulismo pues la condición suele desaparecer por sí sola. En casos de ansiedad o estrés elevado, un tratamiento médico con calmantes de corta duración puede ayudar a reducir los episodios, sin embargo el mismo debe ser administrado y supervisado por un médico.

Si el paciente sufre de trastornos mentales, alcoholismo, epilepsia y otras condiciones que detonan los episodios, las mismas deberán ser tratadas para acabar con el sonambulismo.

Para prevenir el sonambulismo se recomienda:

• Tener una adecuada higiene del sueño acostándose cada día a la misma hora y durmiendo al menos 8 horas al día. Esto ayudará a evitar la fatiga reduciendo los episodios.
• Evitar el insomnio, uno de los detonantes de esta condición. Si el sonámbulo sufre de insomnio con frecuencia es importante consultar a un especialista.
• Controlar el estrés y la ansiedad en el niño o el adulto. Realizar ejercicio físico a diario, llevar a cabo prácticas relajantes como el yoga o la meditación y controlar las exigencias personales son buenas formas de conseguirlo.

Este artículo es meramente informativo, en ONsalus.com no tenemos facultad para recetar tratamientos médicos ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a acudir a un médico en el caso de presentar cualquier tipo de condición o malestar.

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