Tratamiento natural de la psoriasis en gota

La psoriasis en gota o psoriasis guttata es una variedad de la psoriasis, una enfermedad de la piel. Se caracteriza por presentar lesiones cutáneas en forma de gota, las cuales varían de color rojizo a rosado. Su tamaño puede variar desde los milímetros hasta los 2 centímetros de diámetro aproximadamente.

Su presentación en el cuerpo puede variar desde salpicaduras en la piel, en forma de placas, o extensiones más grandes que pueden cubrir el cuerpo.

Ubicación de las lesiones

Las lesiones de esta enfermedad son a nivel de piel específicamente en tronco, extremidades y cuero cabelludo. Son manchas rojas que tienen la forma de gotas, de allí su nombre, y que se pueden extender a otras partes del cuerpo en forma de placas descamativas que producen prurito y escozor.

A ciencia cierta no se sabe cuál es la causa que es capaz de ocasionar esta enfermedad, sin embargo, son diversos los factores que pueden intervenir en la aparición de psoriasis en gota, como por ejemplo:

• Factores genéticos y hereditarios.
• Proceso infeccioso de las vías respiratorias producido por la bacteria estreptococo.
• Infecciones virales (rubéola, varicela o la roséola).

Esta enfermedad se presenta en niños y adolescentes, aunque es frecuente su aparición a cualquier edad sin distinción de sexo.

Existen tratamientos naturales para combatir la psoriasis sin causar efectos secundarios. Una amplia gama de productos obtenidos directamente de la naturaleza son capaces de brindar al paciente los mejores beneficios. Dentro de los remedios caseros para la psoriasis en gota, destacan:

Agua salada: la mejor agua salada es la que se obtiene del mar. Para aprovechar al máximo sus beneficios, se debe remojar la piel afectada diariamente por 20 minutos aproximadamente esto ayudará a destapar los poros y eliminar bacterias que pudieran estar presentes en la piel.

• Luz solar: la luz del sol contiene vitamina D, uno de los mejores nutrientes para el tratamiento de la psoriasis que además de cuidar la piel, aumenta la producción de una sustancia protectora de la piel. La exposición al sol debe ser diaria entre 10 y 15 minutos antes de las 9 de la mañana.
• Aplicación de duchas tibias: la ducha con agua tibia calma la irritación de la piel. También se pueden aplicar compresas frías para aliviar las lesiones con mayor rapidez.
• Fitoterapia: la utilización de plantas naturales como la cola de caballo aportan los nutrientes requeridos para aliviar las lesiones de la piel. Se puede realizar una depuración del hígado y de la sangre tomando infusiones de plantas como el diente de león, el boldo o el cardo mariano. Los cambios serán evidentes en muy corto tiempo.
• Ajo y aloe vera: estos se pueden encontrar bajo la forma de extractos en gotas. Ambos productos contienen vitamina E, un antioxidante natural que actúa eliminando virus y bacterias presentes en la piel.
• Té de manzanilla: alivia los efectos que producen las lesiones en piel producto de la psoriasis. Puedes tomarlo o aplicarlo con compresas en la piel.
• Mantener la piel hidratada: se debe hidratar la piel para disminuir el enrojecimiento y la picazón, aumentar la ingesta de agua y aplicar cremas de uso dermatológico que hidraten y alivien los síntomas de resequedad de la piel.
• Suplementos nutricionales: como los del tipo omega 3 y 6 estimulan la cicatrización de las heridas. Además, ayudan a mejorar el funcionamiento del sistema inmune y disminuir la inflamación debido a su alto poder antioxidante.

Bajo cualquier circunstancia se recomienda acudir al médico, él se encargará de orientar al paciente. Si se siguen sus indicaciones, en muy poco tiempo se puede lograr un alivio de los síntomas y mejorar la calidad de vida.

• Cambios en los hábitos alimenticios: se debe seguir una dieta rica en frutas y verduras crudas con la finalidad de aprovechar todos los nutrientes como las vitaminas, minerales y enzimas que están presentes en los procesos metabólicos. Además, fortalecen el sistema inmune, lo cual es muy importante en el tratamiento de la psoriasis. Se debe evitar el consumo de grasas de origen animal, además de la cafeína, alcohol y azúcar refinada. En ocasiones, solo con los cambios alimenticios se consigue aliviar los síntomas.
• También es necesario implementar la práctica del ejercicio físico, ya que este estimula al cuerpo a que funcione correctamente, además de fortalecer el sistema inmune y permitir que se liberen toxinas. Deportes como el ciclismo y la natación son excelentes para las personas que padecen de esta enfermedad.
• Controlar el estrés: aprender a manejar las presiones del día a día, ya que solo así nos mantenemos relajados y tranquilos, lo que repercutirá de forma positiva en las lesiones de la piel.

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