Trucos para sacar los gases a un bebé

Los gases estomacales de los bebés son como los de los adultos y se eliminan como eructos, un aire que hay que expulsar para conseguir alivio y que forma parte de un proceso totalmente normal.

Los recién nacidos, al principio, pueden tener alguna dificultad para succionar correctamente, lo que hace que mientras toman la leche materna aspiren y traguen gran cantidad de aire. Este aire que se acumula en sus vías digestivas causa malestar, irritación e incomodidad, razón por la cual cuando el bebé no sabe qué hacer para eliminar dicho aire, y comienza a llorar.

Para evitar que el aire acumulado en el estómago cause malestar y molestias al pequeño es necesario que en cuanto el recién nacido termine la toma de leche, sea estimulado para sacar los gases, ya que son tan pequeños que muchas veces les cuesta hacerlo solos.

También es común que pasada la etapa de recién nacido, el pequeño siga teniendo gases, aunque ya succione bien. El motivo es, principalmente, que durante el primer año de vida se dan cambios en la dieta muy importantes. Normalmente, los pequeños pasan de la leche materna a la leche de fórmula como parte de una dieta diversificada o a la de crecimiento y también comienzan a tomar ciertos alimentos sólidos. Estas modificaciones hacen que el sistema digestivo se tenga que ir adaptando y, en este proceso, existe facilidad para que se produzcan gases.

Si alimentas a tu bebé con preparados de continuación como parte de una dieta diversificada, es importante que al momento de preparar el biberón lo agites solo lo necesario para que el polvo se mezcle con el agua, así evitarás que haya una formación excesiva de burbujas de aire en la leche del bebé, lo que ayudará a reducir la posibilidad de que sufra gases.

También es importante que la tetina del biberón siempre esté llena de leche para que el bebé no trague aire. Igualmente, conviene administrar el biberón con el pequeño ligeramente incorporado y haciendo pequeñas pausas de vez en cuando para que el niño tenga la oportunidad de eructar si lo desea.

Durante el proceso de sacar los gases después de comer, pueden ocurrir diversas circunstancias que pueden preocupar a la madre pero que no representan ningún tipo de riesgo. Así que cuando practiques los trucos para sacar los gases a un bebé ten en cuenta lo siguiente:

• No todos los gases suenan. Si hace rato que estás ayudando a tu bebé a que expulse los gases y estás preocupada porque no has escuchado el primer aire, tranquila, probablemente en esta ocasión sus gases han sido silenciosos.
• No es necesario que estés media hora sacándole los gases al bebé, con que lo estimules durante 10 minutos es más que suficiente.
• No existe una regla para saber cada cuánto debes estimular al bebé. Puedes hacerlo cuando lo cambies de un pecho a otro o a mitad del biberón como parte de una dieta diversificada. La verdadera alarma de que debes ayudarlo a expulsar los gases te la dará él mismo, cuando presente quejido o molestias, si está tranquilo y come de manera fluida, no es necesario interrumpirlo.

Muchos gases vienen acompañados de un poco de leche, lo cual es totalmente normal porque indica que el tubo digestivo del bebé aún no está del todo maduro, lo cual puede ocasionar que la "puerta" del estómago a veces se quede abierta. La regurgitación de un bebé no siempre es referencia de que está sufriendo de reflujo.

Para llevar a cabo esta posición se debe acostar al niño boca abajo sobre un brazo, y estimular la espalda para sacar los gases con el otro brazo. Esta postura permite que el abdomen del bebé ejerza presión sobre el brazo del adulto que lo sostiene y por lo tanto estimule la expulsión de los gases. Para que este truco sea totalmente eficaz es de suma importancia que el bebé se quede con la cabeza un poco más alta que el resto de su cuerpo, formando una línea diagonal que ayuda a que el gas salga de manera más fácil. Balancear al bebé en esta posición mientras le das palmaditas en la espalda también lo ayudará a expulsar los gases.

Este es uno de los mejores trucos para sacarle los gases a un bebé y muy pocas personas lo conocen: tumba a tu bebé boca arriba sobre la cama y, sujetando sus tobillos al tiempo que acercas sus rodillas hacia su abdomen, ejerce suavemente un poco de presión. Después, estira sus piernas suavemente hacia la posición inicial y repite este movimiento varias veces seguidas. Otra manera de estimular la expulsión de gases en esta misma postura es sujetar sus dos piernas y jugar suavemente con ellas como si el bebé estuviera pedaleando una bicicleta.

La forma más común de sacar los gases es cargar al bebé y recostándolo erguido sobre tu pecho, de tal forma que su cabeza quede a la altura de tu hombro. En esta posición y con el brazo que te queda disponible, dale palmadas en su espalda para estimular el eructo. Recuerda colocar en tu hombro un babero para que no te ensucies si el bebé expulsa un poco de leche.

Otra manera muy eficaz de hacer que un bebé expulse los gases es masajear su abdomen. Acuéstalo boca arriba sobre la cama, baja un poco su pañal y comienza a masajear su ombligo dibujando círculos en el sentido de las agujas del reloj y abriendo los círculos a medida que vas dando el masaje. Antes de hacer este truco para sacar los gases recuerda frotar tus manos para que estén calientes y no le resulte desagradable tu temperatura en su piel.

Otra manera muy eficiente para ayudar a un bebé a que expulse los gases es sentarlo de manera erguida sobre tus piernas, sosteniendo su barbilla y dándole palmaditas en la espalda. Esta posición es recomendada para bebés que tienen al menos seis meses, que han desarrollado mayor tono muscular y consiguen sentarse cómodamente sin balancearse. Si tu bebé tiene menos de seis meses opta por cualquiera de los trucos anteriores para evitar lesiones en su espalda y cuello.

Igualmente si tu bebé sufre de cólicos, consulta con el pediatra y puedes informarte más en el artículo Cómo aliviar los cólicos de los bebés.

Este artículo es meramente informativo, en ONsalus.com no tenemos facultad para recetar tratamientos médicos ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a acudir a un médico en el caso de presentar cualquier tipo de condición o malestar.

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