Vientre inflamado después de un aborto: causas y tratamiento

Para comprender por qué se inflama el vientre después de un aborto, es importante entender cómo está conformado el cuerpo femenino y qué es un aborto.

Anatomía femenina

Tu cuerpo es más complejo de lo que crees: tus órganos están interconectados no solo por su cercanía, sino también por la influencia de la circulación y las hormonas que sobre él actúan.

Un embarazo se origina a partir de un óvulo de tus ovarios y un espermatozoide tras una relación sexual sin protección, ese encuentro se da en una de las trompas de Falopio y el embrión así formado va creciendo y desarrollando las estructuras que necesita para fijarse en tu útero, donde se implantará después de unos días.

Todo ese proceso incluye una cascada hormonal que prepara tanto los órganos genitales como el resto de tu cuerpo para recibir a otro ser que depende de tu cuerpo.

¿Qué es un aborto?

Un aborto es la interrupción voluntaria de un embarazo. Puede practicarse mediante distintas técnicas:

• Fármacos que se dan a tomar o se colocan en vagina, a veces, se utilizan ambas vías.
• Métodos instrumentales que dilatan el cuello del útero, toman al embrión y lo separan del útero o lo aspiran. Luego, se administran medicamentos para contraer el útero.

Por otro lado, tras interrumpir voluntariamente un embarazo mediante un aborto no solo existe inflamación de los tejidos que se manipulan (vagina, cuello del útero y útero), sino que las hormonas aún siguen actuando en tu sistema digestivo, tu tracto urinario, tus músculos, tus huesos y, por supuesto, tu mente y emociones.

La inflamación del vientre después de un aborto es algo que suele suceder. Esta inflamación puede ser más importante y grave si existen complicaciones como desgarros, retención de restos dentro del útero o infección, pero ahora nos centraremos en el caso de que no haya complicaciones.

Manipulación de tejidos sensibles

Un aborto implica la extracción y expulsión de un feto que está implantado en el útero, es por ello que para realizarlo los métodos suelen ser invasivos o generar contracciones intensas en el músculo uterino.

La inflamación es resultado de esa brusquedad en un órgano tan delicado. Esto genera dolor e inflamación, no solo en el útero sino también en las estructuras cercanas.

Las contracciones uterinas que se producen tras un aborto se conocen como entuertos y tienden a reducir el tamaño del útero que estaba aumentado por contener en su interior un embarazo. Si eliminas el feto del interior del útero, sus paredes tienden a cerrarse para volver a su tamaño original.

Esto sucede tanto si el método que se ha usado es farmacológico como instrumental, es decir, si se usaron medicamentos para finalizar el embarazo o si se usaron técnicas más invasivas.

En este último caso, es decir, cuando mediante instrumental médico se extrae el embrión o feto, además, existe una manipulación del útero. Esto implica procedimientos bastante cruentos como:

• Movilización del útero.
• Raspajes.
• Lesión de la mucosa uterina y a veces del músculo.
• Despegamiento de la unión entre el embrión y el útero.

Todo esto fomenta más contracciones, alteración en la circulación sanguínea del útero y otros órganos femeninos, sangrados y, por supuesto, inflamación.

Inflamación urinaria

La vejiga y demás órganos del tracto urinario bajo están muy cerca y en contacto con los órganos genitales que han sido manipulados durante un aborto.

Es por ello que también pueden inflamarse e incluso doler. Pueden aparecer síntomas como ardor al orinar, necesidad de orinar frecuentemente y sensación de que no acabas de hacerlo. Y, además de estos síntomas, puede generarse una inflamación que se percibirá también en la zona baja del vientre.

Trastornos digestivos

Por otro lado, la ansiedad, el estrés y las emociones tan difíciles que suelen acompañar a una mujer en esa decisión influyen directamente sobre su sistema digestivo. De ese modo, los intestinos también pueden inflamarse y generar estreñimiento o diarrea, náuseas, vómitos, gases o distensión abdominal, entre otros síntomas.

También puedes percibir necesidad de defecar frecuentemente o sensación de que no terminas de hacerlo, esto es más bien por una inflamación en la parte final del sistema digestivo: el recto. Allí también pueden aparecer hemorroides, que es la inflamación de las venas más externas del ano.

La interrupción voluntaria de un embarazo es un procedimiento cruento e invasivo sobre estructuras sumamente delicadas. Los tejidos del útero, más aún cuando en él está implantada la placenta, son muy sensibles.

Es por ello que todo procedimiento, por más suave que sea, puede hacer que aparezca dolor e inflamación. Las molestias, además, dependen de tu sensibilidad particular y, sobre todo, de tu estado emocional. Recuerda que nuestro cuerpo es una sola cosa, tu mente y emociones influyen directamente en tu bienestar o en cómo percibes los malestares.

Es por ello que para algunas mujeres el dolor es mínimo y cede con los analgésicos más suaves y, para otras, el dolor es muy importante y puede durar más de lo habitual.

Por lo general, cuando no existen complicaciones el dolor en la zona baja del vientre suele durar entre 1 a 3 semanas. Esto también depende del momento en el cual se practicó el aborto: cuando es más temprano las molestias pueden durar menos tiempo, pero como te he comentado depende de cada caso.

Cuando el aborto es farmacológico pueden indicarse analgésicos si existieran molestias. Cuando el procedimiento es instrumental se realiza anestesia.

Los analgésicos que suelen indicarse tras el procedimiento suelen ser los comunes: paracetamol, ibuprofeno y en, algunos casos, algo un poco más fuerte como el ketorolac o incluso derivados morfínicos.

Como has podido ver, son variadas las causas por las cuales el vientre se inflama después de un aborto. Es por ello que apuntar al bienestar general te ayudará a superar más rápidamente este proceso. Todo lo que puedas hacer, tanto de manera local como general, hará que tu vientre se desinflame más rápido. Algunas recomendaciones eficaces son:

• Es importante que guardes reposo y no realices esfuerzo.
• Evita exponerte directamente a fuentes de calor: sol, cocina, calefacción.
• Aplica compresas frías o frescas en la zona baja del vientre.
• Puedes realizar baños de asiento con agua fresca por 5 a 10 minutos, el agua debe ser limpia y sin productos irritantes.
• Procura alimentarte sanamente: deja de lado procesados, alcohol, bebidas carbonatadas, con azúcar o cafeína, frituras y bollería. Es mejor incluir granos integrales, frutas, verduras, legumbres. Estas te aportarán los nutrientes que tu cuerpo necesita y son fáciles de digerir, con lo cual la inflamación cederá más rápidamente.
• Descansa lo suficiente: para que la inflamación ceda más rápido, es mejor dormir de noche entre 6 y 8 horas.

Puedes tomar un analgésico antiinflamatorio, aunque lo ideal es que si notas demasiadas molestias, acudas a un centro médico, ya que es importante descartar complicaciones. Acude inmediatamente si tienes:

• Fiebre.
• Dolor intenso que no cede con analgésicos.
• Flujo maloliente, amarillento o verdoso.
• Malestar general.
• Decaimiento.
• No orinas.

Este artículo es meramente informativo, en ONsalus.com no tenemos facultad para recetar tratamientos médicos ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a acudir a un médico en el caso de presentar cualquier tipo de condición o malestar.

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