Dermatitis atópica: síntomas, causas y tratamiento
La dermatitis atópica o eccema es una afección de la piel crónica y hereditaria que se caracteriza por la aparición de erupciones descamativas, irritación, enrojecimiento, sequedad y prurito intenso, entre otros síntomas. Se trata de un trastorno cutáneo que es más común en los niños menores de 2 años y que puede desaparecer con el paso del tiempo o, por el contrario, permanecer hasta la edad adulta. Se suele manifestar a modo de brotes o episodios intermitentes y para mantenerla controlada y evitar que estos se agraven, es esencial evitar los agentes que sean irritantes para la piel, seguir un tratamiento específico y, sobre todo, brindarle a la dermis unos cuidados especiales. En este artículo de ONsalus, mostramos con detalle cuáles son los síntomas, las causas y el tratamiento de la dermatitis atópica.
Síntomas de la dermatitis atópica
La dermatitis atópica o eccema afecta con mayor frecuencia a los bebés y niños menores de 2 años edad, aunque también puede persistir y padecerse a edades más tardías e incluso en la edad adulta. Las personas que la sufren cuentan con una piel que carece de componentes hidratantes como los aminoácidos y la formación de lípidos no se realiza de manera adecuada. Todo ello hace que la estructura de la piel sea más débil y aumenta el riesgo de padecer infecciones al rascarse con las uñas.
Los síntomas de dermatitis atópica varían considerablemente de un paciente a otro, según cual sea su edad, y pueden aparecer en distintas partes del cuerpo. En el caso de los niños menores de 2 años, los brotes se observan con más asiduidad en la cara, el cuero cabelludo, las manos y los pies. Sin embargo, en niños de mayor edad y personas adultas, son afectadas zonas como la parte interna de las rodillas y los codos, el cuello, las manos y los pies.
Por lo general, los síntomas comunes de la dermatitis atópica son los siguientes:
- Formación de erupciones o pequeños bultos descamativos en la piel que supuran líquido y acaban formando costras.
- Piel muy seca (xerosis), inflamada y enrojecida.
- Picor o prurito intenso y prolongado. La picazón puede aparecer incluso antes de la formación de las erupciones y ser fruto del rascado continuo.
- Zonas de la piel en carne viva debido a la brusquedad del rascado.
- Cambios en el color habitual de la piel.
- Piel engrosada en ciertas zonas, lo cual suele suceder tras el rascado o una irritación prolongada.
Además de estos, las personas afectadas por dermatitis atópica también pueden sufrir, en consecuencia, problemas como falta de sueño, nerviosismo, estrés y baja autoestima o falta de confianza en uno mismo. Se debe tener en cuenta que los síntomas pueden presentarse de manera continua o mediante episodios intermitentes (brotes) y que, igualmente, pueden desaparecer en cualquier momento.
Causas y factores de riesgo de la dermatitis atópica
Se desconocen las causas exactas de la dermatitis atópica, pero los especialistas han señalado que hay determinados factores que hacen que unas personas tengan un mayor riesgo a padecerla que otras. Estos son los siguientes:
- Genética: se ha demostrado que hay un estrecho vínculo entre la dermatitis atópica, la fiebre del heno y el asma. Cuando uno de los progenitores sufre de alguna de estas afecciones, existe una mayor probabilidad de que sus hijos tengan dermatitis atópica.
- Condiciones climatológicas: vivir en climas fríos y/o en ciudades contaminadas también supone un mayor riesgo de padecer dermatitis atópica.
- Sexo: se ha observado que las mujeres son más propensas a sufrir de esta enfermedad de la piel que los hombres.
- Aquellos niños cuyas madres han tenido una mayor edad en el momento del parto, tienen más riesgo de padecer dermatitis atópica que otros.
Tratamiento de la dermatitis atópica: medicamentos
En muchos casos, es posible reducir las posibilidades de seguir un tratamiento médico estricto adoptando una serie de cuidados de la piel, como los que detallamos en el siguiente apartado, ya que estos pueden ser suficientes para mantener bajo control los episodios de dermatitis atópica. No obstante, si los brotes son agudos y la picazón que se experimenta es intensa, lo recomendable es acudir al dermatólogo para realizarse las pruebas oportunas y seguir sus indicaciones en cuanto al tratamiento más adecuado.
Generalmente, se recomienda el uso de medicamentos tópicos en forma de crema o pomada con corticoides para tratar de aliviar la picazón y reducir la inflamación que puede provocar el eccema. Es importante respetar las pautas facilitadas por el facultativo en cuanto a su aplicación, ya que no es favorable utilizar una mayor cantidad de crema de la recomendada ni prolongar la duración del tratamiento. El motivo es que este tipo de fármacos tópicos podrían disminuir el espesor de la piel si se usan excesivamente o durante mucho tiempo.
Por otro lado, en función de la gravedad de los síntomas, también se pueden prescribir antihistamínicos por vía oral para controlar el picor y favorecer el sueño del paciente, o algún inmunomodulador tópico para aquellos casos en los que el eccema no responde a otros tratamientos o en los que los corticoides no son adecuados para el afectado. Los tratamientos antibióticos quedan relegados para cuando existe algún tipo de infección bacteriana en la piel.
En pacientes adultos, puede dar buenos resultados recurrir a la fototerapia, un tratamiento en el que la piel se somete a rayos UV de forma cuidadosa y que proporciona una gran mejoría en los episodios de dermatitis atópica.
Cuidados para la piel atópica
Con el fin de mantener la piel saludable, controlar, en la medida de lo posible, la aparición de brotes de dermatitis atópica y evitar que estos se intensifiquen, es fundamental que las personas que padecen de esta afección cutánea adopten los siguientes cuidados en el día a día:
- Usar cremas emolientes o hidratantes en la piel de todo el cuerpo. Se deben elegir marcas de confianza o las recomendadas por el dermatólogo y se pueden aplicar varias veces al día, ya que una piel bien hidratada tendrá menos posibilidades de sufrir picores severos en el momento de los brotes de dermatitis atópica. Los emolientes enriquecidos con ácidos grasos omega 6 o licocalcón A (un antioxidante) son buenas opciones para calmar la inflamación, el enrojecimiento y proteger la barrera natural de la piel.
- En el momento de la ducha, utilizar jabones de pH neutro e hipoalergénicos para no dañar la estructura de la piel y evitar el uso de esponjas duras y cepillos de ducha.
- Preferir duchas de 5 o 10 minutos y evitar los baños prolongados con agua demasiado caliente.
- Siempre se debe secar la piel con una toalla limpia y de forma suave, pero esto es especialmente importante durante un brote de dermatitis para no causar una mayor irritación.
- Evitar el uso de lociones o productos cosméticos que contengan alcohol, fragancias, tintes u otros componentes químicos. En su lugar, se deben utilizar productos hipoalergénicos, suaves y nada agresivos.
- Llevar prendas de ropa que sean de tejidos naturales como el algodón, evitando, por el contrario, aquellos rugosos y que no favorecen la transpiración como la lana o el nylon.
- Lavar las prendas, la ropa de cama y las toallas nuevas antes de utilizarlas.
- Evitar los cambios bruscos de temperatura y mantener los ambientes ventilados y con baja humedad para evitar el sudor.
Es importante tener en cuenta que si la dermatitis atópica no mejora con estos cuidados, los síntomas se agravan, el tratamiento prescrito por el médico no da resultado, o se presentan signos de infección, se deberá acudir al médico de forma urgente lo más pronto posible.
Este artículo es meramente informativo, en ONsalus.com no tenemos facultad para recetar tratamientos médicos ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a acudir a un médico en el caso de presentar cualquier tipo de condición o malestar.
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