¿El hígado graso produce acné?

El hígado graso es uno de los trastornos hepáticos más comunes en la sociedad, al punto que se estima que una de cada cinco personas sufre esta condición sin saberlo. Este tipo de enfermedad hepática ocurre cuando el hígado presenta dificultad para descomponer las grasas y acumula depósitos de las mismas en el tejido hepático, lo cual puede producir que el órgano se agrande y, si no se trata debidamente, se desarrolle una insuficiencia hepática a largo plazo.

El hígado graso es una enfermedad que es más común en hombres que en mujeres, y está vinculada a la diabetes, los niveles elevados de colesterol en sangre, hiperinsulinismo, síndrome metabólico y sobrepeso. Los síntomas del hígado graso son:

• Fatiga y debilidad.
• Náuseas.
• Dificultad para concentrarse.
• Dolor abdominal en la parte superior derecha.
• Ansiedad.
• Dolores musculares.
• Grasa abdominal.
• Colesterol y triglicéridos elevados.
• Caída del cabello.
• Acné.

Tal como revelamos anteriormente, sí, el acné es uno de los principales síntomas de la enfermedad de hígado graso. Pero, ¿por qué? Muchas personas cuando presentan un brote de acné primario acuden directamente al dermatólogo en busca de un tratamiento que les permita solucionar la excesiva producción de sebo en las glándulas sebáceas debido a una condición bacteriana. Sin embargo, también son muchas las personas que después de meses de tratamiento no consiguen ninguna mejoría, lo cual los lleva a ser diagnosticados con acné crónico, condición que sugiere una serie de medicación tópica y oral que puede incluso empeorar el estado de la dermis.

Entonces, en este camino que parece interminable, tampoco se presenta una mejoría en la persona diagnosticada con acné crónico. Y es allí, casi al final de la cadena de estudio de las posibles causas del acné, cuando se comienza a tomar en cuenta los hábitos alimenticios y los valores elevados de una analítica sanguínea. Gran parte de quienes sufren de acné encuentran colesterol y triglicéridos altos, algún desorden metabólico, exceso de producción de insulina y acumulación de grasa en el abdomen. Entonces, ¿cuál era la causa del problema? En muchos casos el acné es una respuesta secundaria a enfermedades vinculadas con el metabolismo de los alimentos, como el hígado graso.

Cuando una persona tiene hígado graso en su cuerpo hay mayor cantidad de lípidos y grasas acumuladas, las cuales también afectan indudablemente el aspecto de la piel y el funcionamiento de las glándulas sebáceas. Además, cuando el hígado graso no está tratado y la persona no lleva una dieta saludable y ligera, no hay manera de controlar o disminuir el exceso de grasa que se presenta en el cuerpo. Por si fuera poco, existen alimentos que aumentan la proliferación de acné y que empeoran la condición de hígado graso, tales como los carbohidratos que incrementan la producción de insulina en el cuerpo.

Tratar el hígado graso es fundamental para mejorar el acné que es causado por dicha enfermedad. Por esta razón, cuando se presenta un brote de acné repentino en la adultez es muy importante realizar un chequeo de la salud en general antes de comenzar a tratar la piel con productos químicos para disminuir la producción de sebo en las glándulas, porque si bien puede ser de gran ayuda, no ataca directamente el origen del brote. Asimismo, el hígado graso es una enfermedad silenciosa que debe ser atendida inmediatamente para evitar complicaciones metabólicas y hepáticas en el organismo. Si crees que la causa de tu acné puede estar derivada por esta enfermedad, es momento de acudir con tu médico.

Tomar las riendas de tu alimentación no solo ayudará a que tu hígado comience a metabolizar de mejor manera los lípidos en tu organismo, sino que representará un alivio al exceso de producción de grasa en las glándulas sebáceas y por lo tanto a la proliferación del acné. Por esto es importante saber qué comer y que no si tienes hígado graso,evitar los siguientes alimentos será indispensable para una pronta recuperación:

• Alimentos que contienen alta concentración de azúcar.
• Carbohidratos como las harinas, dulces y bollería.
• Fiambres.
• Embutidos.
• Chocolate.
• Pescados grasos.
• Alcohol.
• Comidas fritas o con mucho aceite.
• Gaseosas.

Alimentos ricos en fibra

La fibra ayuda a absorber la grasa acumulada en el organismo y facilita su depuración gracias a que estimula el tránsito intestinal. Son una buena opción de fibra los cereales integrales como la avena, arroz integral, pan integral.

Las hortalizas y legumbres ricas en fibra más recomendadas son: lentejas, espinacas, acelgas, zanahorias, berro, brócoli, espárragos. Mientras que las frutas que más contienen fibra son el kiwi, piña, limón y naranja. Las frutas cítricas, gracias a su acidez, también favorecen el metabolismo de las grasas en el organismo.

Carnes magras

Las carnes magras son proteínas saludables para el organismo porque tienen muy bajo contenido en grasa, por lo tanto son fáciles de metabolizar por el hígado y no sugieren un aumento de insulina. Pescado, pollo y pavo son ideales para quienes tienen hígado graso.

Otros consejos:

• Diminuir el consumo de lácteos y de consumirlos hacerlo siempre en presentaciones desnatadas.
• Cocinar todas las comidas a la plancha, al vapor o al horno.
• No utilizar aceite, emplear como máximo dos cucharaditas diarias de aceite de oliva que es una grasa buena.
• Elegir los alimentos frescos y evitar aquellos precocinados o congelados.
• Tomar ocho vasos de agua al día.
• Hacer ejercicio cardiovascular, al menos 30 minutos todos los días, para favorecer la quema de grasa acumulada en el cuerpo.

Este artículo es meramente informativo, en ONsalus.com no tenemos facultad para recetar tratamientos médicos ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a acudir a un médico en el caso de presentar cualquier tipo de condición o malestar.

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