Ruidos intestinales permanentes: causas y tratamiento

Los ruidos estomacales suelen ser notorios cuando tenemos hambre. Después de dos horas con el estómago vacío, el organismo comienza a reclamar comida, produciendo hormonas que despiertan la sensación de hambre y estas, a su vez, estimulan los nervios del intestino y el estómago para contraer sus músculos y generar sonidos fuertes. En este sentido, cuanto más tiempo se pase sin comer, los ruidos estomacales se harán permanentes e incómodos.

¿Qué hacer?

Lo apropiado para reducir estos ruidos intestinales es poner en práctica ciertos hábitos básicos que incluyan un estilo de vida saludable, comer a la hora y despacio, masticar bien, comer en cantidades apropiadas y evitar todo tipo de alimentos y bebidas que generen aire o contengan burbujas, como las gaseosas, y alimentos que causen meteorismo intestinal, como las legumbres, coliflor, judías y brócoli.

La digestión lenta implica poco movimiento intestinal, que se manifiesta después de comer y tiende a prolongarse por más de una hora. Generalmente, se produce por algún tipo de trastorno alimenticio, colitis, estrés, efecto secundario por ciertos medicamentos o, algunas veces, durante el embarazo.

En este sentido, las personas con este malestar padecen de gases y ruidos estomacales permanentes, inflamación del colon, estreñimiento y dolor abdominal. Por ello, es importante acudir a un gastroenterólogo si esta dolencia ocurre reiteradamente.

¿Qué hacer?

El especialista, según la evaluación del caso y los síntomas presentados por el paciente, puede recomendar medicamentos que ayuden a mejorar la digestión como Gaviscon y Malox plus.

Asimismo, suele indicar una dieta rica en fibra y tomar abundante líquido, evitando las grasas y los alimentos ácidos. También puede recomendar remedios caseros como té de manzanilla o rodajas de piña y papaya para facilitar y acelerar la digestión.

Las infecciones gastrointestinales suelen ser bacterianas, virales o parasitarias, producidas por un gran número de microorganismos como la Echerichia coli, la salmonella, el staphylococus, entre otros. Casi siempre, se activan por los alimentos mal lavados y el agua contaminada, haciendo que el tubo digestivo se inflame considerablemente y afecte al estómago y el intestino.

Las personas que padecen esta dolencia manifiestan dolores abdominales, gases y ruidos intestinales permanentes, que normalmente desencadenan en cólicos, diarrea y náuseas.

¿Qué hacer?

El tratamiento de una infección gastrointestinal se centra principalmente en la rehidratación oral o por vía intravenosa, según el estado del paciente.

Para aliviar los malestares de fiebre y diarrea, lo recomendable es tomar medicamentos de venta libre como el paracetamol, la loperamida o peptobismol. En casos de infecciones bacterianas graves, el médico tratante puede indicar antibióticos según la identificación de la bacteria.

El estreñimiento, por lo general, suele estar vinculado a una deficiente ingesta alimenticia, carente en fibras y al poco consumo de agua. Normalmente, esta patología no es grave, sin embargo, cuando es crónica puede afectar a la flora intestinal y a la rutina de la persona que lo padece.

Ante esta situación, las evacuaciones son dificultosas, dolorosas e irregulares, menos de tres veces por semana, lo que hace que el estómago se distienda y se llene de gases, generando fuertes ruidos intestinales incómodos y dolor e inflamación abdominal.

¿Qué hacer?

En estos casos, es fundamental cambiar la dieta y aumentar el consumo de cereales, frutas, verduras y tomar abundante líquido diariamente.

Por otra parte, algunos medicamentos de venta libre, como laxantes, o productos naturales, como las ciruelas pasas, suelen ayudar a mejorar las evacuaciones, siempre y cuando lo indique el médico, ya que se deben tomar y comer en dosis y cantidades precisas.

Esta afección está asociada a una falla en el tránsito intestinal, donde los alimentos, sus secreciones y heces no se procesan de manera apropiada, generando una distensión en este órgano y una dureza en el estómago. Este último se llena de gases, emite ruidos permanentes, acompañados de un gran dolor abdominal.

Diversas son las razones que pueden generar esta enfermedad, entre ellas, una tumoración o adherencias en el intestino, la exposición prolongada a radioterapias, una alta ingesta de medicamentos o el estreñimiento crónico. En estos casos, es importante acudir al especialista rápidamente, ya que se puede perforar el intestino y terminar en episodios muy graves.

¿Qué hacer?

Esta patología, normalmente, amerita de hospitalización para evaluar con detalle el tamaño de la obstrucción. En este sentido, el especialista puede indicar medicamentos específicos para calmar el dolor o una operación urgente para limpiar el intestino, lo cual dependerá de cada caso.

Este artículo es meramente informativo, en ONsalus.com no tenemos facultad para recetar tratamientos médicos ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a acudir a un médico en el caso de presentar cualquier tipo de condición o malestar.

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