Hepatitis D: causas síntomas y tratamiento

La hepatitis es una inflamación del hígado y puede contribuir a contraer cáncer de hígado. Hay que tener en cuenta que toda la sangre que proviene del estómago y el intestino pasa por el hígado y allí tiene lugar la transformación de diferentes sustancias en compuestos más fáciles de asimilar para nuestro organismo. Además, en este órgano se sintetiza la bilis, que es una sustancia que procesa los alimentos que injerimos. Por lo tanto, las personas infectadas por hepatitis, pueden ver estas funciones del hígado alteradas.

Existen cuatro tipos de hepatitis: A, B, C y D. La hepatitis D puede hacer empeorar los efectos de la hepatitis B, llegando a causar la muerte en algunas ocasiones.

Este tipo de hepatitis se descubrió en 1977 en Italia y al igual que el virus de la hepatitis B, inserta su material genético en las células hepáticas y usa los recursos de la célula para multiplicarse. Pero no se puede propagar si la persona que entra en contacto no está ya infectada o es portadora de la hepatitis B.

Las causas de esta condición son:

• Consumir drogas por vía intravenosa utilizando una jeringa infectada.
• Si la madre está infectada durante el embarazo le puede pasar el virus al bebé.
• Relaciones sexuales sin protección con personas portadoras del VHD.
• Recibir transfusiones de sangre que contengan este virus.

Los diferentes síntomas que se pueden presentar si se padece de hepatitis D son:

• Dolor abdominal.
• Orina de color oscuro.
• Fatiga.
• Ictericia, es decir la coloración amarillenta de la piel y del área blanca de los ojos.
• Dolor articular.
• Inapetencia.
• Náuseas.
• Vómitos.

Para tratar la hepatitis D se suelen administrar altas dosis de un medicamento llamado interferón alfa durante, por lo menos, doce meses. Además, si se padece hepatitis B crónica, un trasplante de hígado suele ser lo más efectivo.

Esta condición es una patología sería y que pone en gran riesgo la salud del paciente, por lo que de sospecharse su existencia es fundamental acudir a un médico para un correcto diagnóstico.

Lo más efectivo para evitar la hepatitis D es tomar las precauciones necesarias para no contraer este tipo de virus. Existe una vacuna contra la hepatitis B que se suele administrar a los recién nacidos, pero que también se puede aplicar durante la infancia o incluso en adultos que tengan riesgo de contraer esta enfermedad.

Es importante también tener relaciones sexuales siempre con protección, evitar el consumo de drogas, especialmente por vía intravenosa, y tener mucho cuidado con las transfusiones de sangre.

Debes tener siempre presente que cada una de nuestras acciones puede tener consecuencias muy negativas para nuestro cuerpo, incluso conducirnos a la muerte. Por eso también es básico que si se detectan síntomas sospechosos, se acuda al médico para poder ponerle solución a tiempo.

Este artículo es meramente informativo, en ONsalus.com no tenemos facultad para recetar tratamientos médicos ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a acudir a un médico en el caso de presentar cualquier tipo de condición o malestar.

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