Tipos de presión arterial
Algunas veces el médico nos dice que va a medirnos la tensión arterial pero no estamos seguros de cómo lo hace exactamente, ni de qué tipos de presión hay ni los rangos óptimos. Por ello, es normal que algunas personas se hagan preguntas al respecto para poder conocer mejor su estado de salud. Por ejemplo, preguntarse ¿qué tipos de presión arterial hay? es el principio para comenzar a entender cómo se pide la presión y la tensión y conocer y valorar los resultados. En este artículo de ONsalus vamos a contarte todos estos detalles, así que si tienes curiosidad no dejes de leer.
Cómo se toma y calcula la presión arterial
La presión arterial, o la presión que ejerce la sangre sobre las arterias al pasar por ellas, se divide en dos componentes básicos que nos ayudan a poder detectar qué tipo de tensión arterial tiene la persona a quien se le está midiendo. Estos dos componentes son los siguientes:
- Presión arterial sistólica: es la presión tomada durante la fase de contracción del corazón y corresponde al valor más alto en sístole o contracción.
- Presión arterial diastólica: les a presión más baja, tomada durante la fase de relajación de la acción de bombeo del corazón.
Así, la presión arterial se define como la presión sistólica sobre la presión diastólica. Cada una de estas mediciones es útil para determinar qué tipo de presión arterial puede tener el paciente. De esta manera, será mucho más fácil tratar el tipo de presión que tenga.
La forma de medir la tensión y la presión es a través de una máquina o un aparato llamado esfigmomanómetro para la medición manual de la presión arterial o un esfigmomanómetro digital.
Una vez realizada la prueba hay que conocer los valores normales para poder valorar en qué tipo se encuentra el paciente en ese momento. Los valores normales de la presión arterial están entre 90/60 y 130/80 mmHg. Se considera que hay hipertensión arterial cuando los valores son superiores a 140/90 mmHg y se considera hipotensión 90/60 mmHg.
Presión arterial alta o hipertensión
La tensión o presión arterial alta (hipertensión) se diagnostica cuando la sangre de un paciente está presionando fuertemente contra las paredes de las arterias. La hipertensión arterial es una condición peligrosa que está directamente vinculada con los ataques al corazón, las arritmias cardíacas, la insuficiencia cardíaca, accidentes cerebrovasculares, enfermedades renales y otros trastornos. En general, la hipertensión se clasifica de acuerdo a su causa.
La presión arterial alta que no tiene ninguna causa conocida se llama hipertensión primaria o esencial. Entre el 90 y el 95% de los casos de presión arterial alta son primarios. La presión arterial elevada que es causada por otra enfermedad o condición, se conoce como hipertensión secundaria. Por ejemplo, la hipertensión renovascular es causada por una enfermedad renal.
La hipertensión de bata blanca es la presión arterial alta que solo se produce cuando se acude al médico. Esta se produce, normalmente, en respuesta al estrés asociado con el sitio (ambulatorios, hospitales, etc.) o con pruebas (análisis de sangre, radiografías, etc.).
Presión arterial baja o hipotensión
en cambio, la tensión o presión arterial baja (hipotensión) se puede diagnosticar cuando la sangre del paciente presiona demasiado poco las paredes de las arterias y, por ello, los valores salen bajos, en el rango antes comentado. La hipotensión es también una condición a la que hay que prestar atención porque no solo provoca que estemos con pocas fuerzas, sino que también podemos sentir mareos y hasta desmayarnos y quedarnos inconscientes. Además, se dará falta de oxígeno en algunas partes del cuerpo ya que la sangre no llega bien a todas ellas para aportar nutrientes y oxígeno.
Del mismo modo que la hipertensión, existe la hipotensión primaria o esencial, que es la que no tiene otra enfermedad que la cause, sino que es la afección principal. Por otro lado, la hipotensión secundaria, la cual sí es producida por una enfermedad subyacente, ya sea por la toma mal llevada a cabo de medicamentos, como los diuréticos, o por simples contracturas musculares, entre otros problemas.
En el caso de la realización de algunas pruebas médicas también puede darse hipotensión, sobre todo en las extracciones de sangre para realizar análisis de esta, ya que al extraer sangre la presión en la arterias disminuye y es fácil marearse o incluso desmayarse. Por ello, si sabemos que somos propensos a que esto nos suceda hay que advertir a la enfermera o médico antes de que empiece con la extracción para que podamos estirarnos con las piernas algo elevadas y, así, evitar este problema.
Este artículo es meramente informativo, en ONsalus.com no tenemos facultad para recetar tratamientos médicos ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a acudir a un médico en el caso de presentar cualquier tipo de condición o malestar.
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