Calcificaciones en los senos: tratamiento natural
Las calcificaciones en los pechos son pequeñas acumulaciones de calcio, que pueden observarse en el tejido mamario cuando se realiza una mamografía. Estos depósitos son frecuentes y muchas veces son benignos, así que no deben ser motivo de alarma en un primer momento.
Diferentes causas pueden estar al origen de las calcificaciones en los senos. Según su forma y tamaño, estas calcificaciones se clasifican en benignas y sospechosas. En muchos casos pueden utilizarse remedios naturales para eliminar o disminuir el tamaño de las calcificaciones. Es por eso que si te interesa el tema, en el siguiente artículo de ONsalus te hablaremos sobre las calcificaciones en los senos: tratamiento natural.
Calcificaciones en los senos: causas
Las calcificaciones en los senos pueden tener diferentes orígenes o factores que estimulan su formación, aunque no hay una causa directa que produzca estos depósitos.
Al contrario de lo que podría pensarse las calcificaciones no están relacionadas directamente con el consumo de calcio, ni de suplementos dietéticos, tampoco con la terapia hormonal. Entre los factores que se relacionan con la aparición de estas acumulaciones se encuentran:
- Infecciones o lesiones previas en las mamas.
- Productos antitranspirantes o cremas de uso tópico.
- Tendencia a los quistes en los senos.
- Calcio en la piel o en las arterias.
- Mastitis.
- Radioterapia para tratar un cáncer anterior.
La edad es también un factor muy importante a tener en cuenta. Con el paso de los años hay una mayor tendencia a que se observen estas calcificaciones. Por lo general, cuando las mujeres envejecen ocurren cambios en el metabolismo del calcio y de hecho, con los cambios hormonales propios de la edad hay tendencia a la osteoporosis.
El calcio empieza entonces a depositarse en otras partes del organismo, como en arterias y en el tejido mamario. Esto da origen a las calcificaciones, que en mujeres mayores de 50 años son muy frecuentes, grandes y de bordes redondeados. A este tipo se le llama macrocalcificaciones. En contraposición existen las microcalcificaciones que se observan como manchas muy pequeñitas en la mamografía.
Tipos de calcificaciones
Las calcificaciones no solo se clasifican por su tamaño. En realidad lo que más ocupa al médico tratante son las características que pueden relacionarlas con cáncer, como ciertos patrones en forma de racimos irregulares. De acuerdo a este criterio, existen tres tipos de calcificaciones:
- Calcificaciones benignas: son el tipo más frecuente y la indicación médica es mantenerlas en observación a través de una mamografía cada año, prestando atención a cualquier cambio. Aunque no es habitual que una calcificación benigna se vuelva maligna. Por lo general, se trata de macrocalcificaciones, entonces se describen grandes y fuera de los conductos mamarios.
- Calcificaciones probablemente benigna: esta calcificación tiene una probabilidad menor al 2% de convertirse en cáncer.
- Calcificación sospechosa: es más probable que esta calcificación evolucione hacia un cáncer pero no siempre será el caso. Según el California Pacific Medical Center, uno de cuatro o cinco de las pacientes con calcificaciones sospechosas padecerá de cáncer. En estos casos se recomienda realizar una biopsia y mantener en observación las calcificaciones. Por lo general, se trata de microcalcificaciones, las cuales se ubican en los conductos mamarios, primero en forma de pequeñas manchas individuales y luego formando racimos. El patrón que formen estas calcificaciones puede ayudar a determinar si se trata de cáncer de mama o no.
Calcificaciones en los senos: tratamiento natural
Cuando aparecen los depósitos de calcio en la mamografía, por lo general se ven como manchas blancas y son tan pequeñas que no pueden palparse. En todo caso, existen algunas formas de disminuir su tamaño o buscar eliminarlas. De entrada, se recomienda tener una dieta balanceada:
- Baja en grasas saturadas
- Baja en harinas y azúcares refinados.
- Eliminar los alimentos que contengan metilxantinas, como el café, el té negro, el chocolate y los refrescos.
En general, se recomienda llevar una vida saludable, que incluya, además de la dieta sana, actividad física. Los buenos hábitos no solo minimizarán las probabilidades de que aparezcan calcificaciones en los senos sino que ayudarán a eliminarlos, además de tener un impacto positivo en la salud en general. Estos buenos hábitos deben incluir en especial un consumo moderado de alcohol y eliminar el cigarrillo.
De igual forma, el consumo de ciertos alimentos puede ayudar a prevenir y a disminuir el tamaño de las calcificaciones. Entre estos se encuentran:
- Los vegetales.
- El aloe vera.
- El limón.
- Los alimentos con vitamina E: como el aceite de oliva, las avellanas, las semillas de sésamo y de girasol.
- Los alimentos con vitamina A: como la zanahoria, el melón y los huevos.
- También es recomendable consumir propóleo, que ayuda a controlar la secreción de estrógenos y té verde, considerado un antioxidante potente.
La aplicación directa de cataplasmas sobre los senos también puede ayudar a reducir los síntomas y la inflamación. En ese caso se puede aplicar directamente aceite de ricino en forma de compresas o un cataplasma de arcilla, cuando las calcificaciones se consideran benignas.
Calcificaciones benignas y sospechosas: recomendaciones
Calcificaciones en los senos benignas
En la mayoría de los casos las calcificaciones en los senos son benignas. Sin embargo, cuando se observan por primera vez en la mamografía el médico deberá controlarlas para confirmar que sigan siendo benignas. Entonces una vez que se observan en una primera mamografía, lo más probable es que el médico pida al paciente volver con una nueva mamografía a los seis meses.
Si no se observa ningún cambio, el médico pedirán aún un tercer control seis meses más tarde. A partir de ese control, si no ha habido ninguna evolución de las calcificaciones, el paciente podrá volver a los controles anuales. No es habitual que las calcificaciones benignas se vuelvan malignas.
Calcificaciones en los senos sospechosas
En el caso de las calcificaciones consideradas sospechosas. Por lo general, el médico realizará una biopsia, luego de la mamografía en la que han identificado las calcificaciones. La muestra será estudiada para determinar si se trata de tejido canceroso. Si no es así, y son calcificaciones benignas estas deberán mantenerse bajo observación cada seis meses.
Si por el contrario aparecen células cancerosas en la biopsia el médico deberá tratar a la paciente lo antes posible. Uno de los factores de éxito del tratamiento contra el cáncer de seno es la detección temprana. Es por ello muy importante estar atentas a cualquier cambio que observes o sientas.
Este artículo es meramente informativo, en ONsalus.com no tenemos facultad para recetar tratamientos médicos ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a acudir a un médico en el caso de presentar cualquier tipo de condición o malestar.
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