¿El herpes zóster requiere reposo?

El herpes zóster, conocido también como culebrilla, es una enfermedad viral muy dolorosa debido a las lesiones que aparecen en la piel, particularmente, en el lado izquierdo o derecho del torso, a un lado de la cara, pecho o espalda. Se reactiva por el mismo virus que provoca la varicela, que se encuentra latente o inactivo en el sistema nervioso durante años.

Si bien es cierto que esta infección viral no pone en riesgo la vida de la persona, es una patología muy dolorosa e incómoda debido a las ampollas que se forman, el ardor que provoca la erupción y por la fatiga que generan los episodios de fiebre, especialmente, durante los primeros 7 días.

Cuando este virus se activa, afecta a las terminaciones nerviosas y llega hasta la piel, produciendo estos brotes de úlceras, situadas por encima del nervio infectado, causando un dolor punzante, que difícilmente pasa desapercibido. Asimismo, esta afección puede promover la inflamación de los ganglios, del cerebro, ocasionar parálisis facial o problemas auditivos.

En atención a lo mencionado, es fundamental guardar reposo de manera conjunta con el tratamiento farmacológico, especialmente durante los cuadros febriles, ya que es necesario nivelar la temperatura corporal para restablecer la fuerza.

Igualmente, el descanso adecuado en pleno proceso de la enfermedad permite proteger la erupción de posibles sobreinfecciones bacterianas, de exposición a agentes contaminantes y del calor, pues esto puede empeorar las dolencias, propiciar la aparición de otros síntomas y retrasar la recuperación.

Por otra parte, debido al carácter infeccioso de esta enfermedad, el paciente requiere mantener reposo hasta que se formen costras sobre las ampollas, ya que puede contagiar el virus. Por ello, es fundamental evitar el contacto físico con personas que aún no hayan padecido de varicela o que no tengan la vacuna contra esta enfermedad.

Es importante destacar que el reposo es aún más necesario en pacientes mayores de 60 años, puesto que el sistema inmunitario es más vulnerable, por tanto, son más propensos a sufrir complicaciones si no descansan los suficiente.

Cuando se tiene el herpes zóster activo, es indispensable tener claro lo que no se debe hacer para garantizar una recuperación total y rápida. Esto implica considerar aspectos importantes sobre la higiene, vestimenta, riesgo de contagio y la alimentación. Toma en cuenta lo siguiente:

• No uses jabón o gel de ducha perfumados durante el baño, ya que puede irritar la piel y aumentar el dolor.
• No rasques ni pellizques las ampollas, ya que esto empeora la erupción, inflamándola y aumentando la posibilidad de sobreinfectarla.
• No tengas contacto directo con personas que no hayan tenido varicela, no hayan sido vacunadas contra esta enfermedad, recién nacidos, mujeres embarazadas o personas con el sistema inmunológico deprimido.
• No te expongas al sol hasta que las lesiones desaparezcan por completo, pues el calor tiende a expandir la erupción y a aumentar el dolor.
• No utilices ropa ajustada y gruesa hasta que se curen por completo las ampollas, ya que la piel se encuentra muy sensible y el roce permanente agudiza el dolor.
• No mantengas relaciones sexuales durante los brotes del herpes, puesto que es el momento donde se transmite más fácilmente el virus.
• No consumas alimentos con colorantes, aditivos, cítricos o aquellos que puedan activar procesos alérgicos para evitar complicaciones.

A pesar de que no hay cura para el herpes zóster, si se trata adecuadamente con antivirales bajo prescripción médica, reposo y autocuidados, la recuperación es rápida, menos dolorosa y sin posibilidad de complicaciones.

En este sentido, es importante seguir las indicaciones pertinentes y estar atento a los síntomas para saber si realmente se está curando la infección viral.

Normalmente, el herpes zóster dura aproximadamente entre 3 a 5 semanas. Las ampollas aparecen en la primera semana y sufren un proceso de trasformación, en el cual se llenan de líquido, se secan y forman costras. Esto sucede durante 10 días, luego, progresivamente, las lesiones sanan por completo.

Dentro del proceso de curación, la fiebre desaparece al tercer día y el dolor y la picazón va disminuyendo paulatinamente en la medida que las ampollas se van secando.

Sin embargo, algunas personas pueden continuar sintiendo dolor aunque haya desaparecido el sarpullido, particularmente, aquellas de edad avanzada.

Es importante señalar que la cura de esta enfermedad es eficaz si se trata en las primeras 72 horas, desde el inicio de las vesículas.

Este artículo es meramente informativo, en ONsalus.com no tenemos facultad para recetar tratamientos médicos ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a acudir a un médico en el caso de presentar cualquier tipo de condición o malestar.

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