Flemón dental: ¿qué antibiótico tomar?

Para saber cuál es la mejor forma de tratar el absceso dental, el odontólogo realiza algunas pruebas para determinar el grado de afectación del mismo. En general, el tratamiento puede incluir la ingesta de analgésicos, antiinflamatorios no esteroideos y antibióticos, además de drenar el absceso para sacar el pus acumulado. En muchos pacientes, esto suele bastar si la infección es localizada o no es muy grave.

Por otra parte, existen casos en los que es necesario recurrir a la endodoncia o incluso a la extracción del diente afectado si la infección es grave, la lesión se ha expandido o el absceso es una consecuencia de otra alteración dental como la caries.

El uso de antibióticos para el flemón dental es la base del tratamiento, ya que inhiben el crecimiento de las bacterias y las elimina haciendo que disminuya la infección, evitando mayores complicaciones en el organismo. Los antibióticos más recetados por los médicos para esta situación son:

• Penicilina
• Amoxicilina
• Clindamicina
• Eritrosina
• Metronidazol

No obstante, es importante no automedicarse y seguir siempre las indicaciones del especialista, tanto en tipo de fármaco, dosis y duración del tratamiento, ya que de lo contrario podría agravarse la alteración.

Se debe tener en cuenta que no todos los antibióticos son igual de efectivos para todo tipo de bacterias y la ingesta de uno u otro fármaco dependerá del microorganismo que está causando la infección, lo cual es determinado con los análisis de laboratorio. Al tomar cualquier antibiótico para el flemón dental, puede hacerse que la curación de la infección sea más lenta, por lo que la sintomatología se prolonga, o que aparezca nuevamente en poco tiempo.

El flemón dental se produce por una infección bacteriana que invade el espacio de la pulpa. Los dientes se encuentran compuestos por una corona visible de dentina y esmalte con una raíz de dentina, mientras que en su interior se encuentra un tejido fibroso blando conocido como pulpa dental, donde generalmente se depositan los organismos infecciosos.

Generalmente, los abscesos dentales se producen después de caries avanzadas sin el tratamiento correcto, aunque también pueden aparecer por infecciones crónicas en la estructura dental como la periodontitis o por un tratamiento de conducto realizado de forma fallida. Es por esto que la infección puede localizarse en una sola parte de la boca o extenderse y afectar a más sectores, sin embargo, es indispensable realizar el tratamiento indicado en ambos casos.

Se trata de una alteración muy frecuente en todo el mundo, ya que alrededor del 90% de las personas lo han sufrido. Si bien pueden ser más común en países en desarrollo, también lo padecen muchos en países que cuentan con sistemas de salud muy avanzados y desarrollados. A pesar de esto, la mayor diferencia se da entre quienes tienen acceso a tratamientos dentales antes de llegar a una infección y quienes no.

Sumado a aquellas personas de grupos socioeconómicos bajos que no cuentan con la posibilidad de asistir a un odontólogo para su tratamiento, existen otras personas con altas posibilidades de desarrollarlo, entre ellos se encuentran los inmunodeprimidos, quienes sufren de diabetes y no la tienen correctamente controlada y las personas de edad avanzada.

Cuando se trata de una infección bucal localizada, los síntomas más característicos son:

• Molestias en la mandíbula y toda la boca.
• Inflamación en el interior de la cavidad bucal.
• Sensibilidad cuando se muerde o se golpea el diente afectado.
• Dolor que se siente en la encía, principalmente, con palpación cerca del diente con la infección.
• Sufrir de drenajes de pus de manera espontánea.

Si la infección que provoca el absceso dental es más difusa y no se encuentra totalmente localizada pueden aparecer síntomas tales como:

• Fiebre y taquicardia.
• Tener dificultades para hablar o tragar con normalidad.
• Sufrir deshidratación sin ninguna causa aparente.
• Babeo.
• Agrandamiento tanto del suelo de la boca como la lengua.
• Tener la presión arterial por debajo de los valores normales, es decir, hipotensión.

La gran mayoría de los flemones dentales son causados por caries en los dientes no tratados, por lo que en la mayoría de los casos se pueden evitar simplemente realizando controles de forma habitual en el odontólogo. Asimismo, es preciso mantener una correcta higiene bucal para evitar la aparición de las caries, es por esto que se recomienda:

• Cepillarse los dientes al menos 2 veces por día utilizando una pasta que contenga entre 1.000 y 1.500 ppm de fluoruro como mínimo.
• Disminuir o eliminar la ingesta de azúcar y alimentos azucarados tales como los chocolates, principalmente, antes de dormir por la noche.
• Reemplazar el azúcar por otros endulzantes como los edulcorantes.
• Asistir a un dentista de forma habitual para realizarse revisiones.
• Si se sufre de sequedad bucal, se puede utilizar saliva artificial aunque es importante que sea recetada por un especialista.

Este artículo es meramente informativo, en ONsalus.com no tenemos facultad para recetar tratamientos médicos ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a acudir a un médico en el caso de presentar cualquier tipo de condición o malestar.

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