Obstrucción intestinal: síntomas y signos

La oclusión del intestino puede ser mecánica, lo que hace referencia a que existe algo en el camino del tránsito intestinal que lo detiene, o ser íleo, que significa que el paciente sufre algún tipo de afección en la cual esta parte del cuerpo no está funcionando correctamente, aunque no hay un trastorno estructural que lo provoque.

El trastorno íleo paralítico, conocido también como pseudoobstrucción, es una de las causas más frecuentes de la obstrucción intestinal en bebés y niños. Dicha alteración tiene entre sus orígenes la entrada de algún virus o bacterias que afectan los intestinos, cirugía abdominal, trastornos químicos o minerales, reducción del riego sanguíneo en la zona intestinal, patologías renales o pulmonares y el consumo de ciertos fármacos.

Por su parte, las principales causas de la oclusión mecánica pueden ser cálculos biliares, retención fecal, ingesta de cuerpos extraños, tumores intestinales, hernias, vólvulo, que es la torsión del intestino sobre sí mismo, e intususcepción, que se caracteriza porque una parte del intestino se desliza dentro de otra parte del mismo.

La obstrucción del intestino delgado puede provocar molestias abdominales alrededor del ombligo o epigástricos, vómitos y en quienes sufren una oclusión total puede aparecer el estreñimiento.

En caso contrario, algunos pacientes con obstrucción parcial pueden presentar diarrea y dolores intensos que indican una estrangulación. Si este no es el caso, es posible que la persona que tiene este trastorno no sienta molestias a la palpación abdominal, aunque sí es común la contracción intestinal hiperactiva con cólicos.

Asimismo, pueden presentarse signos graves como un shock o disminución en la producción de orina, que señalan una obstrucción avanzada o una estrangulación, por lo que es indispensable acudir a un médico de forma urgente.

Por otra parte, quienes sufren de una oclusión en el intestino grueso presentan síntomas leves que pueden ir aumentando con el tiempo:

• El estreñimiento es muy común y puede incrementar cada vez más hasta producir una gran distensión abdominal.
• También se pueden presentar vómitos, pero estos no suelen ser tan frecuentes.
• Cólicos abdominales bajos sin la presencia de materia fecal pueden ser algo característico de esta alteración.
• El signo más habitual es la distensión abdominal, con el recto vacío, sin molestas a la palpación y, al palparse, puede sentirse una masa que indica la localización de la obstrucción.

Las personas que sufren de obstrucción intestinal es posible que requieran permanecer internados para ser diagnosticados correctamente y con un tratamiento riguroso, aunque el mismo estará limitado dependiendo del tipo de oclusión y de cada paciente. A pesar de esto, los médicos suelen optar por otras formas de tratamiento antes de someter a la persona a un tratamiento quirúrgico, por ejemplo, una aspiración nasogástrica.

Esta última opción implica la colocación de una sonda a través de la nariz y que recorre el organismo hasta llegar al estómago o al intestino y, de esta forma, mejorar la distensión abdominal y los trastornos provocados por la misma, como los vómitos. Si se trata de una obstrucción en el intestino grueso, este tratamiento comenzará con una sonda hasta el recto; sin embargo, los médicos también pueden recomendar la ingesta de ciertos fármacos, principalmente si se sospecha la presencia de isquemia intestinal.

Si el bloqueo en el intestino no es tratado a tiempo y de forma adecuada, puede causar ciertas complicaciones tales como:

• Deshidratación.
• Desequilibrios electrolíticos.
• Infección.
• Perforación en alguna parte del intestino.
• Ictericia, es decir, que la piel y los ojos tengan una tonalidad amarillenta.

Este artículo es meramente informativo, en ONsalus.com no tenemos facultad para recetar tratamientos médicos ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a acudir a un médico en el caso de presentar cualquier tipo de condición o malestar.

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